El Reina Sof¨ªa acoger¨¢ un mon¨®logo de Arrabal que interpreta Mar¨ªa Jes¨²s Vald¨¦s
A pesar de ser una de las actrices m¨¢s s¨®lidas y veteranas de la escena espa?ola, Mar¨ªa Jes¨²s Vald¨¦s no se hab¨ªa enfrentado nunca a un mon¨®logo. Por miedo. Ahora lo hace, 'm¨¢s que asustada, aterrorizada', con una de las ¨²ltimas obras de Fernando Arrabal, Carta de amor (Como un suplicio chino), en el Centro Dram¨¢tico Nacional, con puesta en escena de Juan Carlos P¨¦rez de la Fuente, director de esta unidad de producci¨®n. El estreno ser¨¢ el pr¨®ximo 18 de enero, en el Museo Nacional Reina Sof¨ªa.
Arrabal, quiz¨¢ el autor espa?ol vivo m¨¢s representado en el mundo, escribi¨® Carta de amor en 1999. Una misiva 'para la mujer que me dio a luz' en la que repasa parte de su vida. Era un regalo de cumplea?os para su madre, quien lleg¨® a leer la ep¨ªstola; falleci¨® hace un a?o, a los 94 a?os.
Mar¨ªa Jes¨²s Vald¨¦s le da tanta importancia a este trabajo que piensa que puede ser el inicio de lo que llamar¨ªa su cuarta vida. Y es que la actriz, que siempre se niega a desvelar su edad, cuenta con humor que ha vivido tres vidas. La primera, desde que inici¨® su carrera en los a?os cuarenta hasta convertirse en una de las actrices m¨¢s elogiadas del teatro espa?ol. La segunda, desde que en 1957 se retira del teatro 'por amor'. Y la tercera, desde que la llam¨® Marsillach en 1987 para devolverla al teatro.
El CDN, cuya sede del Mar¨ªa Guerrero est¨¢ en obras a causa de las termitas, inaugura como sala de teatro lo que hasta ahora ha sido un almac¨¦n del Reina Sof¨ªa. Se dice que cuando el edificio fue hospital era la sala de vivisecci¨®n o donde encerraban a los locos. P¨¦rez de la Fuente lucha para que el espacio quede para eventos especiales, y Vald¨¦s dice que hay en ¨¦l una extra?a paz: 'Es como si se notara que ha sido un lugar de sufrimiento, pero hay buenas vibraciones', afirma la actriz, que interpreta a un personaje que llega a los 100 a?os.
'Cre¨ªa que el montaje iba a ser en clave naturalista, territorio en el que yo estoy a mis anchas, pero Juan Carlos ha elevado el personaje a mito, a hero¨ªna, aunque en ¨¦l se encierran todas las madres, con su dolor, y como en todo el teatro de Arrabal hay una gran ceremonia. Es un teatro de rito y adem¨¢s hay algo m¨ªstico. Lo cierto es que estoy cometiendo una aut¨¦ntica osad¨ªa; si no, no lo har¨ªa'.
El montaje cuenta con im¨¢genes que forman parte de la memoria personal de Arrabal en torno a la misteriosa desaparici¨®n de su padre. 'Hay ausencia de personajes, salvo los tres sobre los que gira toda la obra de este autor, madre-padre-hijo', se?ala P¨¦rez de la Fuente, quien al leer Carta de amor concluy¨® que era como una s¨ªntesis de toda la obra de Arrabal. 'Para montarla s¨®lo me exig¨ªa dos cosas, una gran actriz que jugara con esa parte imp¨²dica de la obra y con la que hubiera compartido muchas cosas, para que no hubiera pudor ni extra?o respeto, y un espacio m¨¢gico, casi esot¨¦rico, como el que hemos encontrado', dice el director.
Arrabal cuenta as¨ª sus vivencias mientras creaba esta obra: 'Al escribir Carta de amor aniquilaba mi relaci¨®n con el tiempo y el espacio, como si encerrase el secreto de la eternidad. Ten¨ªa la garganta anudada por los lazos de amor-odio tejidos con la mujer que me hab¨ªa dado a luz. Como si el conflicto de Edipo y la tragedia de la historia, la condenaci¨®n a muerte de mi padre y el misterio de su desaparici¨®n acabaran de surgir en el instante'. El estreno mundial de Carta de amor fue en el Teatro Nacional de Israel en junio de 1999.
Babelia
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