El mayor envenenamiento de la historia
M¨¢s de 20 millones de personas est¨¢n afectadas por la contaminaci¨®n del agua con ars¨¦nico en Bangladesh
Desde hace ya casi una d¨¦cada el mundo asiste indiferente a una cat¨¢strofe de proporciones comparables a las de Bophal o Chern¨®bil. Ocurre lejos, en Bangladesh, y ocurre todo los d¨ªas cuando cualquier habitante del este o del sur o de este pa¨ªs asi¨¢tico bebe un vaso de agua o, lo que es lo mismo, su dosis letal de ars¨¦nico. La contaminaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas por este metal, de una toxicidad similar a la del plomo, afecta ya a m¨¢s de 20 millones de personas. El Banco Mundial calific¨® la situaci¨®n en 1998 como 'el mayor envenenamiento de poblaci¨®n de la historia', pero la tragedia sigue a¨²n sin alcanzar el honor de los grandes titulares. Tal vez esto cambie pronto: la organizaci¨®n no gubernamental Bangladesh International Action Network (BIAN), con base en Inglaterra, y otros grupos locales han conseguido que dentro de unas semanas un tribunal brit¨¢nico vea por primera vez el caso del ars¨¦nico.
Un tribunal brit¨¢nico estudiar¨¢ el caso por primera vez en las pr¨®ximas semanas
El problema se remonta a casi 30 a?os atr¨¢s, cuando naci¨® el pa¨ªs, y ense?a una fatal iron¨ªa de la historia. En aquellos a?os acudieron a Bangladesh diversas agencias de ayuda internacional, con Unicef a la cabeza, con la sana intenci¨®n de evitar las infecciones que provocaba el consumo de aguas estancadas. El objetivo era reducir el alto ¨ªndice de mortalidad, sobre todo el infantil, causado por enfermedades como la disenter¨ªa o el c¨®lera, y para ello se inici¨® un programa masivo de construcci¨®n de pozos artesianos.
El plan tuvo ¨¦xito pero a un precio muy alto: los ni?os salvados sufren horrendas enfermedades de adultos. A partir de 1993 -los efectos del ars¨¦nico tardan entre 8 y 14 a?os en hacerse visibles- se empez¨® a detectar una alt¨ªsima concentraci¨®n de ese metal en el agua, que fue confirmada dos a?os m¨¢s tarde. Luego aparecieron los primeros enfermos. La gente de las aldeas empezaba a presentar manchas negras en la piel, endurecimientos en las palmas de las manos y las plantas de los pies, se dispararon los casos de conjuntivitis, bronquitis, diabetes y comenzaron a desarrollar tumores, gangrena e incluso c¨¢ncer.
Lo que los campesinos confund¨ªan con la lepra fue achacado por los cient¨ªficos al ars¨¦nico, que recorr¨ªa el sistema de agua potable de Bangladesh con concentraciones de hasta 2 miligramos por litro, 200 veces m¨¢s de lo que admite la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), EE UU y, desde 1998, la Uni¨®n Europea (0,01 miligramos por litro de agua). Sus efectos son letales. El BIAN estima que una de cada 10 muertes que se producen en Bangladesh se debe al ars¨¦nico y la propia ONU calcula que este metal puede ser responsable de la muerte de 20.000 bangladesh¨ªes cada a?o. Y son 70 millones los que viven bajo esta amenaza.
La tragedia, seg¨²n el consenso cient¨ªfico, tiene una causa natural: los altos niveles de ars¨¦nico en las formaciones geol¨®gicas de Bangla desh, sin parang¨®n en otras partes del mundo. No obstante, otros expertos sostienen que el riego intensivo de los campos de cultivo y la utilizaci¨®n abusiva de fertilizantes ricos en fosfatos han contribuido decisivamente al problema. A este respecto, un bi¨®logo espa?ol, que ha trabajado en la vigilancia perif¨¦rica del desastre de Aznalc¨®llar y prefiere guardar el anonimato, explica que 'en tierras planas como las de Bangladesh y en terreno arenoso como puede ser el del delta del Ganges los metales se filtran con gran facilidad en los cauces subterr¨¢neos'. Y subraya: 'La aparici¨®n de ars¨¦nico es cada vez m¨¢s frecuente y, por tanto, motivo de preocupaci¨®n. Es adem¨¢s complejo de analizar, y su determinaci¨®n, mucho m¨¢s dif¨ªcil que la de otros metales'.
Es justo este car¨¢cter reciente de la detecci¨®n del ars¨¦nico la principal l¨ªnea de defensa en el juicio que se avecina de la British Geological Survey (BGS), prestigiosa organizaci¨®n fundada en 1935, a la que el BIAN, entre otras agencias, acusa de negligencia en los an¨¢lisis que realiz¨® de la calidad del agua de Bangladesh en 1991-1992 por no seguir rigurosamente las normas de la OMS. En aquel tiempo, sostiene el BGS, se midieron 22 par¨¢metros del agua, pero no se incluy¨® el ars¨¦nico porque 'hasta 1992 la comunidad cient¨ªfica no conoc¨ªa el peligro potencial del ars¨¦nico en las aguas subterr¨¢neas'. Un portavoz de BGS, en declaraciones a este diario, rest¨® el viernes importancia al juicio calific¨¢ndolo de simple 'vista preliminar, para la que a¨²n no hay fecha'. Tal vez. Pero seg¨²n la firma de abogados brit¨¢nica Leigh, Day & Co, que lleva el caso, ante el tribunal 'se pueden presentar 2.000 demandantes' con una reclamaci¨®n muy clara: el derecho a beber agua potable.
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