La psicolog¨ªa del profesor Manzano

?Har¨¢ Gregorio Manzano, el t¨¦cnico del Rayo, un entrenamiento visual para preparar el partido de hoy (17.00, Teletaquilla) contra el Barcelona en Vallecas? Es muy probable.

'Hicimos un trabajo el d¨ªa del Deportivo para dar pautas de comportamiento a los jugadores', dijo Manzano el pasado jueves con su timbre hipn¨®tico. 'Primero, por la ma?ana, relajaci¨®n. Y despu¨¦s, entrenamiento visual. Con esa relajaci¨®n conseguida les fui llevando mentalmente desde el hotel de la concentraci¨®n hasta el mismo partido y el pitido final, intentando hacerles ver que era posible ganar. El Deportivo ven¨ªa de una l¨ªnea exquisita de f¨²tbol, de batir al Manchester en Old Trafford. Esta pr¨¢ctica no predetermina un resultado. Simplemente, se intenta que un grupo de profesionales crea, a trav¨¦s de su visualizaci¨®n, que puede imponerse en un encuentro'.

El d¨ªa del Deportivo, en Vallecas, el trabajo visual fue un ¨¦xito. Un jugador recuerda: 'Visualizamos que gan¨¢bamos por 1-0 y terminamos ganando por 2-1. Despu¨¦s alguno le dijo al m¨ªster, de co?a, que nos falt¨® punter¨ªa para fallar el segundo gol'.

Ajeno a las frivolidades, Manzano argumenta las ventajas de este m¨¦todo: 'Cuando se imagina uno previamente algo que no ha vivido subsana muchas deficiencias. Hay que educar al futbolista en tener autoinstrucciones. Aqu¨ª hab¨ªa un chaval, Mainz, que jugaba en la Tercera Divisi¨®n hace tres meses. Le hemos metido en la Primera y debut¨® en el Calder¨®n [en la Copa, contra el Atl¨¦tico]. Jug¨® de titular contra Trist¨¢n. Ha tenido instrucciones, ideas, v¨ªdeos m¨ªos...'.

'Reducir el nivel de ansiedad' y 'evitar la desesperaci¨®n' en un equipo que, como el Rayo, ocupa el ¨²ltimo puesto de la clasificaci¨®n, a siete puntos de la salvaci¨®n, son dos de los objetivos de Manzano en el plano psicol¨®gico. 'Yo podr¨ªa marcar una ansiedad alta, por ejemplo, si dijera que, si no gan¨¢semos al Barcelona, estar¨ªamos ya en la Segunda Divisi¨®n. Podr¨ªa tener dos v¨ªas de conducta: personas deseperadas en ese sentido o personas que digan: 'No depende de nosotros. El rival es mayor. Estamos en Segunda'.

Manzano tambi¨¦n debe combatir el 'miedo a ganar' de sus jugadores. Parad¨®jicamente, para ello les advierte de que no ataquen mucho y no pierdan el orden. 'Irse para arriba' y 'desesperarse' son sin¨®nimos, en su criterio. 'El miedo a ganar existe en funci¨®n de que cuando uno se arriesga, en situaciones l¨ªmite, se puede encontrar con la derrota. Porque, por ejemplo, un equipo mal clasificado se va decididamente a atacar porque necesita los tres puntos como el comer. Est¨¢ desesperado y lo ¨²nico que le puede suceder es que lo goleen. ?Por qu¨¦? Porque si ese equipo est¨¢ abajo es porque tiene deficiencias para atacar y llevar el control de un partido. No tiene una estructura de ganador y esa desesperaci¨®n hace que se vaya para arriba'.

'Un caso, el Madrid-Rayo en el Bernab¨¦u', refiere; 'cuando quisimos ir a por ¨¦l, en el minuto 80, el Madrid nos hizo un descosido. Fue por la desesperaci¨®n. Yo, como entrenador, no mand¨¦ hacer eso. Y no es que mis jugadores no me obedecieran, sino que se desesperaron. Porque, en un momento dado, dijimos: 'En cuanto nos descubramos un poco, cualquier equipo nos puede romper. Nosotros tenemos que tener organizaci¨®n y disciplina y tenemos que aprovechar las poquitas ocasiones de que dispongamos. Desesperarnos ahora nos llevar¨ªa a la autodestrucci¨®n'.

'Me gusta hablar de psicolog¨ªa aplicada al f¨²tbol', concluye Manzano, 'porque la psicolog¨ªa aplicada al tenis no sirve para el f¨²tbol. Y se toma a mofa, pero luego los jugadores y la prensa usan muchos conceptos psicol¨®gicos: falta de concentraci¨®n, atenci¨®n, motivaci¨®n... La pregunta es: '?Se entrenan para ello?'. ?O es que basta con dar una palmada en la espalda a un futbolista profesional y decirle: 'Conc¨¦ntrese usted?'.

Rayo: Etxeberria; Cota, Mainz, De Quintana, Alc¨¢zar; Ferr¨®n, P. Sanz, Quevedo, Arteaga; M¨ªchel y Bolo.

Barcelona: Reina; Puyol, Christanval, De Boer, Sergi; Gabri, Xavi, Cocu; Rivaldo; Kluivert y Saviola.