Armas geniales y mucha m¨¢s vigilancia
LAS ARMAS UTILIZADAS por los militares norteamericanos son cada vez m¨¢s inteligentes... incluso ciertos comentaristas no dudan en calificarlas de 'geniales'. La gama va desde misiles teledirigidos a bombas que distinguen entre un bus y un cami¨®n y eligen el mejor objetivo. Todo ello es posible, por supuesto, debido a que las compa?¨ªas inform¨¢ticas, en particular las de Silicon Valley, producen microprocesadores, sistemas de ubicaci¨®n global, sensores... De ah¨ª su relativo optimismo actual.
El mercado creado por la situaci¨®n de guerra se extiende a buena parte del mundo civil. Jeff Jonas, especialista en la detecci¨®n de tramposos en los casinos de Las Vegas y jefe de Systems Research & Development (una empresa en la que ha invertido dinero la compa?¨ªa de capital riesgo de la CIA), no duda en declarar al Wall Street Journal: 'La verdadera soluci¨®n consiste en lograr que las empresas estadounidenses se protejan. Cuando lo hacen, protegen al pa¨ªs'. Lo cual tambi¨¦n resulta ser un buen plan de empresa.
La instalaci¨®n de c¨¢maras en Palm Springs, en California, caus¨® vivas protestas antes del 11-S pero en diciembre, los opositores hab¨ªan desaparecido
Si el Gobierno de los Estados Unidos no sabe d¨®nde y para qu¨¦ est¨¢ invirtiendo en tantas tecnolog¨ªas ligadas a la guerra puede llegar a tener problemas
La biometr¨ªa se extiende. Permite identificar a un individuo a partir de algunas de sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas (huellas digitales, retina o facciones del rostro). Identix, en Silicon Valley, que vende aparatos y programas para identificar huellas digitales, trabaja para el Pent¨¢gono y los servicios de migraci¨®n. El n¨²mero de aeropuertos de EE UU que utiliza sus peque?as cajas negras para reconocer electr¨®nicamente las huellas de sus empleados se ha cuadruplicado entre diciembre y enero (pas¨® de 7 a 31).
Elemento clave de su ¨¦xito, las tecnolog¨ªas de control y vigilancia ya no provocan alarma. Al contrario. La instalaci¨®n de c¨¢maras equipadas con sistemas de reconocimiento facial en las principales avenidas comerciales de Palm Springs, en California, caus¨® vivas protestas antes del 11 de septiembre pero, para diciembre, los opositores hab¨ªan desaparecido. 'Pienso que vemos menos un gran hermano que un peque?o amigo', declar¨® uno de los funcionarios de la ciudad al New York Times. Todos los datos que se recaban deben estar disponibles en tiempo r¨¦cord. En lo militar, combatientes y mandos est¨¢n enlazados mediante redes inal¨¢mbricas. La guerra se vuelve network centric, el fiel de la balanza est¨¢ en las redes.
La problem¨¢tica civil es semejante. No basta con identificar a un pasajero cuando est¨¦ en el avi¨®n, hace falta comparar sus datos con una base de datos. Ello conduce a Joseph Atick, CEO de la empresa de biometr¨ªa Visionics, a hablar sobre su escudo basado en la red. El sistema podr¨ªa contar con c¨¢maras instaladas en los aeropuertos. La base de datos contendr¨ªa im¨¢genes comprimidas. No es mucho m¨¢s complicado que el dispositivo de autorizaci¨®n de transacciones con tarjeta de cr¨¦dito.
La guerra actual deber¨ªa durar al menos seis a?os, si hemos de creer a expertos del Pent¨¢gono. Es una buena noticia para las empresas vinculadas a cuestiones de seguridad. Pero no est¨¢ carente de riesgos.
El primer tipo de amenaza se debe al proceso mismo. Si el Gobierno no sabe d¨®nde y para qu¨¦ est¨¢ invirtiendo en tantas tecnolog¨ªas de guerra puede tener problemas.
Un n¨²mero especial del Federal Computer Weekly dedicado a la defensa del territorio, explica que si el Gobierno no tiene una visi¨®n clara de donde est¨¢ la informaci¨®n requerida, de qu¨¦ quiere hacer con ella, 'puede anticipar resultados desiguales de sus inversiones en el ¨¢mbito tecnol¨®gico, a un costo potencialmente peligroso'.
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