El primo de Mohamed VI se va de Marruecos para huir del acoso
El 'pr¨ªncipe rojo' se exilia y denuncia la presi¨®n del servicio secreto
'Me voy para acabar con una tensi¨®n malsana'. Mulay Hicham, primo del rey Mohamed VI, ha tirado la toalla. Se march¨® ayer de Marruecos para exiliarse por un largo periodo y con toda su familia en Nueva Jersey (EE UU). La tensi¨®n, seg¨²n sus palabras, la provocan 'c¨ªrculos del poder marroqu¨ª', en alusi¨®n el general Hamidu Laanigri, que manda la Direcci¨®n de Vigilancia del Territorio (DST), el principal servicio secreto.
Con la partida de Mulay Hicham concluyen ocho meses de tensiones pol¨ªticas y policiales en torno a este pr¨ªncipe, de 37 a?os, hijo de Mulay Abdala y segundo en la l¨ªnea de sucesi¨®n del trono. Educado en EE UU, estudi¨® la carrera en la Universidad de Stanford y trabaj¨® despu¨¦s para Naciones Unidas en Kosovo antes de empezar a opinar, a partir de mayo pasado, sobre la monarqu¨ªa marroqu¨ª y el reinado de su primo.
'La democracia no acaba de llegar a Marruecos', declaraba, por ejemplo, Mulay Hicham a este peri¨®dico en mayo. El pa¨ªs 'tiene por delante enormes desaf¨ªos estructurales (...) en un contexto social explosivo', a?ad¨ªa preocupado. Partidario de una 'monarqu¨ªa fuerte', pero que s¨®lo desempe?e un 'papel de arbitraje', el pr¨ªncipe lleg¨® a hacer propuestas para sacar a Marruecos del atolladero.
En el oto?o empezaron sus problemas. El m¨¢s grave fue el supuesto secuestro por la DST, en noviembre, de un antiguo ch¨®fer para forzarle a revelar los 'contactos regulares' que el pr¨ªncipe manten¨ªa 'con los jerarcas del Ej¨¦rcito'. Poco antes, el mismo servicio secreto intent¨® aprovechar una broma pesada que un amigo de Mulay Hicham gast¨® a un empresario, envi¨¢ndole un sobre con un polvillo similar al ¨¢ntrax, para tratar de involucrar al pr¨ªncipe.
'Estoy harto, harto de ser escuchado y seguido', denunci¨® Mulay Hicham en los semanarios independientes marroqu¨ªes, los ¨²nicos dispuestos a recoger sus palabras. 'Estoy cansado de sentirme hostigado. Mi mujer tambi¨¦n recibe a diario decenas de llamadas telef¨®nicas an¨®nimas. La insultan y atentan contra su dignidad. Esto no puede seguir as¨ª. ?Esto debe acabar!'. 'Es', se?alaba, 'el general Laanigri el que est¨¢ detr¨¢s de todo esto'.
'Me marcho', explic¨® ayer por tel¨¦fono a EL PA?S durante una escala en Par¨ªs camino de EE UU, 'porque se interpretan mis tomas de posici¨®n en una l¨®gica de poder cuando, en realidad, se sit¨²an en una l¨®gica de participaci¨®n ciudadana, de deseo de ayudar al desarrollo'.
La ¨²ltima decisi¨®n del pr¨ªncipe rojo est¨¢ haciendo correr r¨ªos de tinta. La prensa oficialista da a entender que era un elemento desestabilizador con ambici¨®n de poder. 'Present¨ªamos', se?ala el diario Aujourd'hui le Maroc, 'que Mulay Hicham, que no llevaba a cabo una acci¨®n clandestina, no era, sin embargo, del todo ajeno a las convulsiones pol¨ªtico-medi¨¢ticas, marginales pero ruidosas, que nuestro pa¨ªs ha vivido desde hace dos a?os'.
En EE UU, escribe, en cambio, el semanario independendiente Demain, el pr¨ªncipe 'va a saborear la sencilla y normal existencia de un residente extranjero con sus tel¨¦fonos, fijos y port¨¢tiles, libres de cualquier escucha (...) sin tener la impresi¨®n de ser espiado o grabado con fines escabrosos'.
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