Gafe para grandes deportistas
'Sports Illustrated' reconoce el mal fario que sufren quienes salen en su portada
Sports Illustrated (SI) es uno de los semanarios deportivos m¨¢s le¨ªdos de Estados Unidos, con 20 millones de aficionados pendientes cada mi¨¦rcoles de su tema de portada, 2.456 en sus 47 a?os de historia. Su portada deber¨ªa ser codiciada plataforma para los atletas. Pero no. Una maldici¨®n persigue a la revista. No pocos deportistas creen que el protagonismo en la revista garantiza la perdici¨®n. Esta semana, la publicaci¨®n muestra un gato negro junto al titular: 'La portada para la que nadie quiso posar. ?Existe de verdad el gafe Sport Illustrated?'.
Basta asomarse a la historia. En el n¨²mero anterior, ¨²ltimo de una larga lista de desgracias, Michael Jordan aparec¨ªa en la portada por motivos deportivos justo al mismo tiempo que su mujer presentaba una demanda de divorcio. En el primer n¨²mero del semanario, en agosto de 1954, el protagonista era un jugador de b¨¦isbol, Eddie Mathews, estrella de un equipo que llevaba nueve partidos sin perder. Llegar la revistas a los quioscos y romperse la racha fue todo uno. A la semana siguiente, Mathews sufri¨® una lesi¨®n que le dej¨® fuera del rombo durante siete partidos.
'As¨ª naci¨® la leyenda del gafe de SI', dice la revista en un reportaje en el que ofrece un exhaustivo an¨¢lisis de toda clase de desgracias. La correcci¨®n pol¨ªtica es un fen¨®meno relativamente nuevo, pero el gafe de SI tiene una acrisolada historia de no discriminaci¨®n. Hombres y mujeres, blancos y negros, animales (caballos) y m¨¢quinas (coches), vivos y difuntos, promesas y veteranos, individuos y equipos... todos han sufrido el mal fario del protagonismo en la revista, en un abanico que cubre desde lo relativamente benigno de una derrota inesperada o una lesi¨®n a la tragedia del desastre a¨¦reo o el accidente mortal. Nada de extra?ar que cuando los New England Patriots ganaron en 1996 el t¨ªtulo de campeones de la Conferencia Americana de F¨²tbol, su entrenador, Bill Parcells, llamara urgentemente a su hija, que trabaja en la revista, con un mensaje imperativo: 'Nada de portadas'.
La tenista Anna Kournikova apareci¨® en la portada en junio de 2000, el d¨ªa antes de ser eliminada en la segunda ronda de Roland Garros, su m¨¢s tempranera derrota en tres a?os en un torneo del Grand Slam. Kournikova podr¨ªa ser tambi¨¦n una excepci¨®n: ning¨²n deportista con menos triunfos importantes ha sido capaz de capitalizar con tanto ¨¦xito una carrera.
El baloncestista Larry Bird, en cambio, fue gafado a lo largo de su extensa carrera. Como jugador universitario en 1979, como profesional con los Celtics en 1983 y como entrenador de los Pacers en 1997, salir en portada supuso sufrir inmediatas y decisivas derrotas. Todos los a?os ofrecen nutridos ejemplos de la vitalidad del gafe. En la pasada temporada, los Lakers fueron calificados de imbatibles dos d¨ªas antes de caer en Filadelfia. Los Titans de Tennessee fueron etiquetados como el mejor equipo de la liga de f¨²tbol americano la semana antes de ser eliminados en la disputa del t¨ªtulo.
Mark Mulvoy, que fuera director del semanario durante ocho a?os entre la d¨¦cada de los ochenta y los noventa, responde a los que ven fantasmas con el argumento de que Michael Jordan, Mohamed Al¨ª, Kareem Abdul-Jabai, Magic Johnson y Jack Nicklaus son quienes m¨¢s portadas se han llevado en la historia de la revista y nadie puede decir que ello afectara a sus carreras deportivas. Mulvoy puede decir lo que quiera, pero el an¨¢lisis estad¨ªstico demuestra que el 37,2% del protagonismo de la portada fue acompa?ado del fracaso deportivo. Evidentemente, hay excepciones; una de ellas, sin duda, fue el espaldarazo que experiment¨® la carrera de la modelo espa?ola Judit Masc¨®, que ocup¨® la portada de la revista hace algunos a?os en un n¨²mero especial de verano.
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