La Hayward de Londres resalta el car¨¢cter anal¨ªtico en la obra de Klee
Cerca de un centenar de trabajos se exhiben en la antol¨®gica del artista
La Galer¨ªa Hayward de Londres propone una reflexi¨®n sobre la obra de Paul Klee a partir de la concepci¨®n del artista suizo sobre el proceso creativo como un ejercicio din¨¢mico que parte simult¨¢neamente en varias direcciones. La naturaleza de la creaci¨®n, la exposici¨®n que podr¨¢ visitarse hasta el 1 de abril, agrupa cerca de un centenar de ¨®leos, acuarelas y dibujos de un creador decisivo en la evoluci¨®n de la pintura del siglo XX.
Cuesta encasillar al suizo Paul Klee en un g¨¦nero art¨ªstico determinado. En sus 60 a?os de vida, desde 1879 a 1940, dej¨® un legado de 10.000 trabajos pict¨®ricos conectados con los m¨¢s importantes movimientos y tendencias del arte moderno. Se movi¨® entre la figuraci¨®n y la abstracci¨®n, compartimentaliz¨® el papel en bloques de colores, se aproxim¨® al constructivismo y anticip¨® con manifestaciones po¨¦ticas y musicales la llegada del surrealismo. 'Su desarrollo art¨ªstico nunca fue lineal, sino que avanzaba simult¨¢neamente en diferentes niveles explorando las conexiones y relaciones entre las distintas rutas', explica Robert Kudielka, profesor de Est¨¦tica y Filosof¨ªa del Arte en la Universidad Kunste, de Berl¨ªn y comisario de la muestra junto con la artista brit¨¢nica Bridget Ridley.
En sus relaciones con diferentes movimientos pict¨®ricos, y en las interconexiones entre ¨¦stos, se fundamenta la retrospectiva, que los comisarios estructuran en seis grandes apartados. Arranca en 1914, con el regreso de Klee de T¨²nez donde se sinti¨® renacer art¨ªsticamente. 'El color me ha pose¨ªdo, ya no tengo que perseguirlo. El color y yo somos uno. Soy un pintor', escribi¨® entonces en su diario. De esta etapa datan sus pinturas rectangulares, bloques geom¨¦tricos en colores vivos que sugieren, en ocasiones, paisajes de la urbe magreb¨ª.
Congraciado con el color, Klee comenz¨® a crear movimiento en sus cuadros dejando 'caminar' a la l¨ªnea, como ¨¦l mismo describi¨® metaf¨®ricamente. 'El movimiento original es un punto que ¨¦l mismo se pone en marcha. As¨ª nace la l¨ªnea. Sale a dar un paseo, sin rumbo fijo, por el placer de pasear', argument¨®. Diferentes composiciones de los a?os veinte dejaron una huella obvia en la obra de artistas como Joan Mir¨® o Andr¨¦ Masson. 'Fueron probablemente los primeros pintores j¨®venes que descubrieron en el trabajo de Klee la dinamita que necesitaban para liberarse de la ortodoxia imperante, en su caso, el dominio del cubismo', se?ala Kudielka.
D¨¦cadas m¨¢s tarde, Klee segu¨ªa influyendo en las generaciones emergentes. Para el maestro suizo, que imparti¨® clases en la Escuela de Arte y Dise?o de la Bauhaus y en la Academia de D¨¹sseldorf, la teor¨ªa y la pr¨¢ctica estaban intr¨ªnsecamente unidas. 'El arte visual nunca empieza con una idea o un sentimiento po¨¦tico, sino con la construcci¨®n de una o varias figuras, con la armonizaci¨®n de algunos colores o calculando las relaciones espaciales', escibi¨® en Credo creativo.
Klee no ces¨® de experimentar con la relaci¨®n entre superficie e imagen, forma y color, materiales y perspectivas. Pensaba que la identidad de uno mismo como artista tambi¨¦n cambia y se compone de muchos aspectos que le permit¨ªan adoptar diferentes aproximaciones a su obra', apunta el comisario.
As¨ª, los cuadros de su ¨²ltima etapa no representan la madurez de un artista tanto como la apertura de una nueva vertiente. Instalado en Suiza en 1933, le diagnosticaron una rara e incurable enfermedad de la piel. Produjo entonces a un ritmo m¨¢s lento, con pinceladas gruesas y menos detalles. Una d¨¦cada antes de su ocaso, Klee se consagr¨® como artista internacional en la retrospectiva del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
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