El decisivo apoyo de la presidencia espa?ola

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, espera contar hoy con el apoyo de la presidencia espa?ola para resolver de una vez por todas el contencioso sobre los representantes de Italia en la Convenci¨®n que sentar¨¢ las bases de la futura Constituci¨®n europea. La controversia entre Giuliano Amato, ex primer ministro del centro-izquierda, elegido en la cumbre de Laeken vicepresidente de la Convenci¨®n, y Gianfranco Fini, n¨²mero dos del Gobierno de Roma, quedar¨ªa resuelta con la admisi¨®n de los dos. Berlusconi se presenta hoy en Bruselas convencido de contar con todos los ases en la mano para colocar a Fini y a Amato. Las reticencias de Alemania a los dos puestos para Italia habr¨ªan sido superadas gracias a la mediaci¨®n espa?ola. Il Cavaliere espera vencer tambi¨¦n la oposici¨®n de Suecia y Holanda. Pero si fracasara, como ¨¦l mismo ha declarado a sus colaboradores, 'saldr¨ªan perdiendo los socialistas europeos' (el bloque en el que se encuadra Amato) y no Italia.

El sitio de Fini estar¨ªa asegurado en cualquier caso. Para el l¨ªder posfascista, nacido en Bolonia hace 50 a?os, la Convenci¨®n se convierte en la mejor puerta de acceso a una Europa que todav¨ªa mira con suspicacia sus credenciales democr¨¢ticas. Fini est¨¢ preparando al mismo tiempo cambios fundamentales en la 'est¨¦tica' y en el ideario de AN. De la bandera del partido, seg¨²n el diario La Stampa, desaparecer¨¢n en el congreso del pr¨®ximo abril las siglas (MSI) y el s¨ªmbolo, la llama que arde en la tumba de Benito Mussolini, el l¨ªder hist¨®rico del fascismo italiano. Pese a las cr¨ªticas del ala dura de AN, descontenta con el perfil bajo del partido dentro de la coalici¨®n de centro-derecha y con la l¨ªnea reformista de Fini, el que fuera delf¨ªn de Giorgio Almirante, l¨ªder hist¨®rico del partido, est¨¢ decidido a aproximarse lentamente al Partido Popular Europeo, y hasta se habla de una invitaci¨®n extendida ya al secretario de los populares europeos, Alejandro Agag, para que asista al congreso de la derecha italiana.

A cambio de este billete de primera clase para Europa, Fini dejar¨ªa definitivamente la gu¨ªa del Gobierno italiano en manos de Berlusconi. Una situaci¨®n que era ya efectiva pero que no dejaba de colocar al vicepresidente en situaciones desairadas de vez en cuando. Por ejemplo, la 'crisis del euro', que termin¨® con la dimisi¨®n obligada del ministro de Exteriores, Renato Ruggiero, se desarroll¨® con total desconocimiento de Fini, que pasaba las vacaciones de Navidad en el Caribe y se enter¨® de los cambios por una llamada telef¨®nica de Il Cavaliere.

Los nombramientos italianos para la Convenci¨®n europea han abierto tambi¨¦n una crisis en el centro-izquierda, entre La Margarita, minicoalici¨®n que agrupa a cuatro partidos del Olivo, liderada por el jefe de ¨¦ste, Francesco Rutelli, y el principal partido de la izquierda, los Dem¨®cratas de Izquierda. Massimo D'Alema, presidente de esta formaci¨®n pol¨ªtica, aspiraba a uno de los dos puestos que corresponder¨¢n a los parlamentarios italianos, pero los presidentes de la C¨¢mara y del Senado (ambos de la oposici¨®n) eligieron a otro diputado del centro-derecha, el democristiano Marco Follini, para formar parte de la Convenci¨®n. El otro puesto le correspond¨ªa a un senador, y recay¨® sobre el ex ministro de Exteriores Lamberto Dini, un pol¨ªtico todoterreno que ha colaborado con Berlusconi en el pasado y hoy lidera un min¨²sculo grupo de derecha encuadrado en El Olivo. D'Alema y el l¨ªder del DS, Piero Fassino, han acusado veladamente a Rutelli de no haber apoyado su candidatura, en defensa de la de Dini, cuyo grup¨²sculo pertenece a La Margarita. Las espadas en el centro-izquierda est¨¢n en alto. Y la tensi¨®n ha aumentado hasta el punto de exigir la convocatoria urgente de una reuni¨®n de la coalici¨®n prevista para ma?ana.