Primeros amagos de una guerra por las primas econ¨®micas

Las quejas por la irregularidad del funcionamiento de los parques e¨®licos no han surgido de Red Electrica, compa?¨ªa propietaria de la red de transporte. En el fondo de las cr¨ªticas subyacen distintas posturas, desde la defensa de las nucleares a la de los partidarios del mercado como garante de una mayor eficiencia en¨¦rgetica. Tambi¨¦n hay quien persigue un nuevo reparto de las primas al fomento de las energ¨ªas renovables, o quien aspira a introducir los certificados verdes.

Desde la Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa se dice que los consumidores pagan sin enterarse un sobrecoste del 7% en su tarifa el¨¦ctrica para promover las energ¨ªas renovables. A?ade que ser¨ªa preferible el sistema de certificados verdes implantado en los pa¨ªses n¨®rdicos, Australia o Italia, que permite a los consumidores adquirir unos derechos verdes desgravables por la compra de energ¨ªa renovable. Estos derechos podr¨¢n ser canjeables en el mercado de emisiones previsto en una Directiva que desarrollar¨¢ el protocolo de Kioto a partir de 2005. 'Espa?a no ha apostado por este sistema, as¨ª que se colocar¨¢ en desventaja. No poner en marcha estos mecanismos es un suicidio', se lamenta un portavoz de la Comisi¨®n. 'Las primas', a?ade, 'est¨¢n muy bien para empezar, pero con el tiempo son ineficientes'.

La pol¨¦mica subir¨¢ de tono a medida que transcurra 2002. Antes de que acabe este a?o, se revisar¨¢n las primas vigentes para los pr¨®ximos cuatro a?os. Cada sector pide que le suban la suya. El e¨®lico no figura entre los pedig¨¹e?os (algunos promotores aseguran poder competir sin ayudas). El de biomasa (energ¨ªa que se obtiene por la combusti¨®n de residuos vegetales) se siente discriminado, aunque seg¨²n el IDAE, la biomasa no es un recurso excedentario en Espa?a. 'Lo que es absurdo, a?aden, es que algunos promotores quieran cobrar dos primas, una por librarse de unos residuos como los purines y otra por vender la energ¨ªa generada al quemarlos'.