Fischer no jugar¨¢ con las reglas cl¨¢sicas "ni por diez millones de d¨®lares"
Bobby Fischer, de 58 a?os, no volver¨¢ a jugar al ajedrez cl¨¢sico, "ni siquiera por diez millones de d¨®lares [11,5 millones de euros]". Pero desea hacerlo en la modalidad que ¨¦l denomina "Fischer random", sorteando la posici¨®n inicial de las piezas para evitar la influencia de las computadoras. El estadounidense, campe¨®n del mundo en 1972, pide que Gari Kasp¨¢rov, a quien acusa de ama?ar partidas, se someta a un detector de mentiras.
"El ajedrez cl¨¢sico est¨¢ muerto", asegur¨® Fischer el lunes desde Jap¨®n, donde reside, durante una entrevista con la cadena de televisi¨®n Strik, de Islandia, donde destron¨® al sovi¨¦tico Bor¨ªs Spasski en el hist¨®rico duelo de 1972, durante la guerra fr¨ªa entre EEUU y la URSS.
Tras renunciar a la defensa del t¨ªtulo por desavenencias con la Federaci¨®n Internacional (FIDE), Fischer desapareci¨® de la vida p¨²blica hasta 1992, cuando viol¨® el embargo contra Yugoslavia al enfrentarse de nuevo a Spasski en Sveti Stefan y Belgrado. Volvi¨® a ganar, cobr¨® 2,2 millones de euros y se retir¨® otra vez. Desde entonces ha vivido en Hungr¨ªa y Jap¨®n, principalmente. En septiembre de 2001, el brit¨¢nico Nigel Short, subcampe¨®n del mundo en 1993, asegur¨® que hab¨ªa jugado varias partidas por Internet con Fischer. ?ste lo neg¨® tajantemente el lunes.
El excampe¨®n alega dos razones para promover la modalidad que bautiza con su nombre. La primera es compartida por algunos: los quince o veinte primeros movimientos de muchas partidas se realizan de memoria, debido al uso de computadoras en el entrenamiento de los jugadores, que aceleran mucho el aprendizaje. En el 'Fischer random' hay 960 maneras distintas de empezar el juego, lo que convierte la memorizaci¨®n en casi imposible. La posici¨®n de las piezas de la primera fila, sim¨¦trica para blancas y negras, se sortea inmediatamente antes de cada partida con dos condiciones: el rey debe tener una torre a su izquierda y otra a su derecha; un alfil debe partir de una casilla blanca, y el otro de una negra. Las competiciones experimentales organizadas hasta ahora tuvieron poco ¨¦xito porque los jugadores de la ¨¦lite no se sienten c¨®modos con ese sistema.
El segundo motivo, que casi nadie comparte, es una de las obsesiones de Fischer: "La mayor¨ªa de las partidas de alto nivel est¨¢n ama?adas. Hay jugadores muy inteligentes, armados con potentes computadoras, que se dedican a crear preciosas partidas, muy espectaculares, que luego se juegan en los torneos. Yo disfruto mucho con ellas, pero sus protagonistas deber¨ªan admitir que est¨¢n preparadas de antemano", afirma en la entrevista.
En concreto, Fischer reitera sus viejas acusaciones contra Kasp¨¢rov, aunque esta vez las adorna: "Su duelo de 2000 contra Vlad¨ªmir Kr¨¢mnik, as¨ª como el primero que disput¨® contra Anatoli K¨¢rpov [1984-85] est¨¢n ama?ados de principio a fin. Le desaf¨ªo a que se someta a un detector de mentiras sobre este asunto". No hace mucho, los aficionados islandeses votaron mayoritariamente, por Internet, a favor de Fischer cuando les preguntaron si ¨¦ste jugaba mejor en 1972 que Kasp¨¢rov en 1990. Durante la entrevista, Fischer remach¨®: "Por favor, no me comparen con un delincuente".
Fischer, a quien se atribuye un cociente de inteligencia (180) digno de un superdotado, se convirti¨® en un mito desde 1972. Idolatrado como jugador por millones de aficionados, su prestigio personal ha ca¨ªdo en picado durante los ¨²ltimos a?os por su odio paranoico a los jud¨ªos. Lleg¨® a justificar el holocausto nazi, y a mostrar su alegr¨ªa por los ataques terroristas del 11 de septiembre, durante unas espantosas entrevistas con la emisora filipina Bombo Radio, cuyo locutor le permiti¨® hacerlo con un lenguaje extremadamente soez.
La entrevista del lunes tuvo un tono mucho m¨¢s suave, aunque el presentador island¨¦s, Helgi Helgasson, le advirti¨® tres veces de que controlase sus palabras. Acus¨®, una vez m¨¢s, a "la comunidad jud¨ªa" de perpetrar el robo de todos los efectos personales que guardaba en EEUU, y de estafarle con los derechos de autor de su libro 'Bobby Fischer ense?a ajedrez' y de la pel¨ªcula 'Buscando a Bobby Fischer'. Se mostr¨® orgulloso de haber ganado trece veces seguidas al excampe¨®n de EEUU Arthur Bisguier, jud¨ªo. Neg¨® que exista una orden de busca y captura contra ¨¦l por la violaci¨®n del embargo contra Yugoslavia -en 1992 escupi¨® ante las c¨¢maras de televisi¨®n sobre un documento del Gobierno de EEUU en el que se le conminaba a no disputar el duelo contra Spasski- y por no pagar impuestos. Pero, al mismo tiempo, se mostr¨® convencido de que ser¨¢ arrestado si vuelve a su pa¨ªs natal: "En Jap¨®n vivo mucho mejor que en una c¨¢rcel de EEUU", agreg¨®. Tambi¨¦n dijo que est¨¢ perfeccionando un reloj de ajedrez inventado por ¨¦l.
El principal interlocutor de Fischer en el programa televisivo fue Saemundur Palsson, su guardaespaldas en 1972, quien insinu¨® que Fischer es el padre de una ni?a islandesa, sin que el ajedrecista lo negase. ?ste se mostr¨® encantado ante la posibilidad de volver a Islandia para disputar un duelo de 'Fischer Random' "si consiguen un patrocinador", y a?adi¨® algunos consejos para el Gobierno de ese pa¨ªs n¨®rdico: "Ustedes son gente muy civilizada. Deber¨ªan cerrar la base militar de EEUU, as¨ª como la Embajada, y salir de la OTAN".
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