La lealtad institucional: el caso del algod¨®n
Si tuvi¨¦ramos que destacar tres sectores agrarios que definan claramente Andaluc¨ªa no tendr¨ªamos m¨¢s remedio que referirnos al olivar, las hortalizas extratempranas y al algod¨®n. En este ¨²ltimo caso, se cultiva en Andaluc¨ªa m¨¢s del 95% de todo el algod¨®n espa?ol, y forma parte de la econom¨ªa, cultura y tradici¨®n de todo el valle del Guadalquivir, y los riegos del Guadalete y del Barbate en la provincia de C¨¢diz.
La importancia social y econ¨®mica de este cultivo, asentado en las zonas m¨¢s desfavorecidas del territorio de la UE (Andaluc¨ªa y Grecia) ha sido la causa de que desde Bruselas se mantenga un r¨¦gimen de ayuda muy especial que permite mantener el cultivo con un nivel alto de subvenci¨®n que asegura la renta de los agricultores y el desarrollo de una industria desmotadora que transforma el 100% de nuestra producci¨®n. Para Andaluc¨ªa supone la columna vertebral de las alternativas de cultivo de nuestros regad¨ªos extensivos, con una ocupaci¨®n de cerca de un tercio de la superficie de riego andaluza dedicada a cultivos extensivos. La buena salud de este sector es fundamental para todo el sector agrario andaluz. Desde la Consejer¨ªa de Agricultura y Pesca as¨ª lo entendemos, y por ello hemos mantenido siempre una lealtad y colaboraci¨®n exquisita con el Ministerio de Agricultura y Pesca, que se ha traducido, hasta la fecha, en unos resultados muy satisfactorios en todo lo relacionado con la defensa del r¨¦gimen de ayuda en Bruselas.
La reforma del r¨¦gimen de ayuda al algod¨®n aprobada en mayo del 2.001 puede considerarse como un ¨¦xito, fruto de la colaboraci¨®n entre administraciones y el sector, y de la lealtad a un proceso de negociaci¨®n y di¨¢logo llevado hasta el final. Se consigui¨® mantener la ayuda y un nivel de producci¨®n para Espa?a razonable, en un contexto de animosidad a este cultivo por parte de los trece pa¨ªses comunitarios que no lo siembran. Pero la historia del algod¨®n no acaba con la reforma. Desde Bruselas nos han dado dos claros mensajes si queremos seguir manteniendo las ayudas a este cultivo: debemos limitar las producciones y tomar medidas para seguir mejorando la relaci¨®n entre la producci¨®n y el medio ambiente.
Con estos objetivos, y con el mismo esp¨ªritu que ha presidido el proceso de reforma, la Consejer¨ªa constituy¨® un grupo de trabajo en el que han estado todas las organizaciones de agricultores e industriales, la propia Consejer¨ªa y la Direcci¨®n General correspondiente del Ministerio de Agricultura. Los trabajos de este grupo dieron como consecuencia un documento de alegaciones al Real Decreto por el que el Ministerio deb¨ªa regular el r¨¦gimen del algod¨®n en Espa?a, y que fue suscrito el pasado 21 de diciembre de 2.001 por todo el sector, a excepci¨®n de una organizaci¨®n, ASAJA, que manifest¨®, sin embargo, compartir el 90% del documento. Incluso algunas de las organizaciones provinciales de ASAJA han manifestado apoyar este documento, en contra del criterio de la organizaci¨®n ASAJA Sevilla. En estas alegaciones se proponen medidas para limitar el cultivo del algod¨®n utilizando la rotaci¨®n como pr¨¢ctica agron¨®mica obligatoria, exceptuando de la misma a aquellas explotaciones que por su tama?o o por razones agron¨®micas no puedan cumplir con este requisito, y proponiendo que la Comunidad Andaluza pudiera tomar medidas de car¨¢cter excepcional de limitaci¨®n en a?os en los que se prevean problemas de superproducci¨®n, como es el caso de la presente campa?a.
Sin embargo el Ministro de Agricultura, de forma unilateral, decide sacar de la noche a la ma?ana una Orden por la que pretende imponer a Andaluc¨ªa quien debe y quien no debe sembrar algod¨®n. Y lo hace adem¨¢s, con un sistema de rotaci¨®n que obligar¨¢ a limitar sus siembras a los cultivadores m¨¢s peque?os (el 85% de los cultivadores de algod¨®n andaluces siembran menos de 10 hect¨¢reas de algod¨®n) dejando libertad a las grandes explotaciones para sembrar a su antojo. Claramente el ministro se ha puesto del lado, con una decisi¨®n personal, de una peque?a minor¨ªa del sector, aparte de romper el consenso, el di¨¢logo y la lealtad que hab¨ªan sido la norma en este sector.
Invoca para esto el Ministro a razones de 'competencia exclusiva en materia de bases y coordinaci¨®n de la planificaci¨®n general de la actividad econ¨®mica'. Cuando este tema se analiza desde la necesaria lealtad institucional para el funcionamiento arm¨®nico del Estado de las Autonom¨ªas, la decisi¨®n resulta sorprendente. ?Puede alguien, en su sano juicio, suscribir que una orden ministerial que establece medidas transitorias para la siembra de un cultivo casi 100% andaluz son cuestiones de ordenamiento general de la econom¨ªa? ?No parece m¨¢s bien una invasi¨®n premeditada de las competencias de nuestra autonom¨ªa, que nada tiene que ver con la defensa de los intereses generales, y s¨ª con la cesi¨®n del cultivo a una parte minoritaria y oportunista del sector?
Desde la Consejer¨ªa de Agricultura tenemos claro que nos corresponde a los andaluces fijar nuestras prioridades y, dentro de nuestras necesidades, establecer algo tan vital para nuestro equilibrio territorial, econ¨®mico y social como es la distribuci¨®n de cultivos.
En estos d¨ªas, en los que desde el partido del Gobierno tanto se ha insistido en la defensa de los intereses generales y en la necesaria lealtad institucional entre las Administraciones para el desarrollo del modelo auton¨®mico que nos hemos dado los espa?oles, decisiones como ¨¦sta del Ministro de Agricultura denotan el divorcio estridente que puede existir entre las palabras y los hechos. Como dice un conocido refr¨¢n, obras son amores y no buenas razones.
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