La contracultura radical entra en el Macba de la mano del artista californiano Raymond Pettibon
La contracultura radical, aunque asimilada ya por el mercado art¨ªstico m¨¢s elitista, ha entrado con todos los honores en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) de la mano de Raymond Pettibon (Tucson, Arizona, 1957). Cerca de un millar de dibujos, fanzines, discos, libros, documentos y murales hechos para la ocasi¨®n en las paredes del museo centran esta primera retrospectiva del artista en Espa?a, que podr¨¢ verse hasta el 11 de abril.
Criado en Los ?ngeles y cercano al c¨ªrculo punk de finales de la d¨¦cada de 1970, a Pettibon se le considera integrante de la nueva generaci¨®n de artistas de la Costa Oeste estadounidense que, al igual que Mike Kelley o Paul McCarthy, mezclan las subculturas urbanas con la est¨¦tica hollywoodense. Con un tipo de dibujo cercano al c¨®mic, temas extra¨ªdos de la cultura de masas y el cine negro y referencias literarias que abarcan desde Blake o Proust a la novela barata, Pettibon realiza ¨¢cidos comentarios, casi siempre pol¨ªticamente incorrectos, sobre la sociedad occidental, la pol¨ªtica interna y exterior de su pa¨ªs, la religi¨®n, el sexo, las drogas o el mismo arte.
Pero, por si los temas y el tratamiento formal de ellos que realiza el artista no fueran suficientemente expl¨ªcitos, en la presentaci¨®n de la exposici¨®n Pettibon demostr¨® que en su filosof¨ªa de vida y su pensamiento mantiene la misma radicalidad que expresa su obra: 'Admiro a gente como Bin Laden o Mohamed Atta, en el sentido de que comparto su filosof¨ªa contrar¨ªa a la actual pol¨ªtica exterior estadounidense y a su petici¨®n de que deje de hacer lo que est¨¢ haciendo en Israel, Arabia Saud¨ª o Egipto'.
Poco antes se hab¨ªa manifestado partidario de la no violencia y el anarquismo y despu¨¦s se declar¨® amante de su pa¨ªs, 'al menos en lo que respecta a sus principios originales'. Y es que, a?adi¨®, 'no todo el mundo en Estados Unidos est¨¢ de acuerdo con este r¨¦gimen radical de derechas que hemos tenido con los gobiernos de Reagan, Clinton y Bush'.
De forma nerviosa y un tanto inconexa -a su lado ten¨ªa una botella de mezcal-, Pettibon aguant¨® el bombardeo de preguntas reconociendo que resultaba 'extra?o ir a otro pa¨ªs y hablar de pol¨ªtica'. 'No me escondo, pero resulta dif¨ªcil porque no vengo aqu¨ª como portavoz de Estados Unidos ni nada parecido. Estoy contra la violencia y soy partidario de la libertad. Pero me hubiera gustado que se hubieran cargado el Pentagono, el Capitolio y la Casa Blanca...'.
En este punto, se impuso un cambio de tercio que Pettibon acept¨® encantado: 'Soy un artista que hace su trabajo, no pretendo transgredir ni provocar. No soy responsable de mi arte. Lo que se impone en mi obra es el punto de vista del mundo y no el m¨ªo personal'.
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