El Deportivo se ofusca
El cuadro de Irureta, incapaz de abrir brecha en el buen orden del Villarreal
El Deportivo va al ritmo de la Liga, desquiciada y caprichosa como nunca. Lo que se impone es contradecir las previsiones, faltar a las citas que parec¨ªan seguras y emerger con estruendo en el momento en que ya nadie te espera. Tras su fulgurante paso por Bala¨ªdos, el Depor dilapid¨® la ocasi¨®n de engancharse de nuevo a la cabeza cuando Riazor contaba con una victoria segura. El cuadro de Irureta confirm¨® algunos de los s¨ªntomas de recuperaci¨®n ofrecidos contra el Celta, pero no acert¨® con el gol al principio y acab¨® ofusc¨¢ndose ante un Villarreal que nunca perdi¨® el orden, ni siquiera en el agobio del ¨²ltimo cuarto de hora.
Esta Liga arruinar¨ªa la carrera del m¨¢s prestigioso profeta. Ya nada es lo que parece ni hay teor¨ªa que valga entre tanta intriga y tantos golpes de efecto. La teor¨ªa indicaba que el Depor hab¨ªa recibido supervitaminas por su triunfo ante el eterno rival y que se med¨ªa a un equipo que conjuga el buen f¨²tbol con las concesiones al adversario. El pron¨®stico parec¨ªa tan claro que el duende burl¨®n no pod¨ªa pasar por alto la oportunidad de atentar contra la l¨®gica. Y el Depor no s¨®lo fue incapaz de ganar, sino que el Villarreal se fue de Riazor con su porter¨ªa inmaculada.
DEPORTIVO 0| VILLARREAL 0
Deportivo: Molina; Scaloni, Donato (C¨¦sar, m. 7), Naybet, Capdevila; Sergio, Duscher; V¨ªctor, Valer¨®n (Djalminha, m. 66), Fran (Makaay m. 74); y Trist¨¢n. Villarreal: L¨®pez Vallejo; Galv¨¢n, Ballesteros, Quique ?lvarez, Arruabarrena (Xavi Roca, m. 62); Amor, Galca; Jorge L¨®pez (Gracia, m. 90), Guayre (Escoda, m. 40), Calleja; y Pizzi. ?rbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Naybet, Arruabarrena, C¨¦sar, Duscher, Galv¨¢n y Quique ?lvarez. Unos 30.000 espectadores en Riazor.
Los ben¨¦ficos efectos de la victoria sobre el Celta pudieron comprobarse al principio. Al Depor se le vio otra vez muy suelto y con ganas de coser bien su f¨²tbol. Trist¨¢n estuvo hiperactivo y en un cuarto de hora rond¨® el gol en tres ocasiones mientras el Villarreal apenas ten¨ªa peso. Pero tanto convencimiento result¨® pernicioso. El Depor, confiado en que el tiempo pondr¨ªa las cosas en su sitio, fue aflojando poco a poco y recay¨® en algunos defectos recientes: prescindi¨® demasiado de las bandas y la defensa recobr¨® sus inseguridades despu¨¦s de la tempranera lesi¨®n de Donato, cuyo golpe en el gemelo podr¨ªa dejarle fuera de combate durante tres meses.
Como al Depor le sobraba paciencia, el Villarreal decidi¨® aventurarse con empresas mayores. Apareci¨® la habilidad de Guayre, Calleja y Jorge L¨®pez, junto al tenaz empe?o goleador de Pizzi, y el partido se equilibr¨®. Hasta mediada la segunda parte, el choque fue de ida y vuelta, con desordenadas acometidas del Depor e inquietantes contragolpes del Villarreal. Como el tiempo pasaba sin que la teor¨ªa se cumpliese, Irureta tuvo que sacar el batall¨®n de ataque completo, con Djalminha y Makaay, para reforzar la pugna de Trist¨¢n.
El cuarto de hora final se convirti¨® en una prueba de resistencia cardiaca. El Depor, arropado por un p¨²blico que no se mov¨ªa del asiento, martille¨® una y otra vez la defensa visitante con tanta dedicaci¨®n que hasta acab¨® exponi¨¦ndose a que un contragolpe visitante aumentase la magnitud del tropiezo. Nadie se escondi¨® en esos momentos, especialmente Djalminha, dispuesto a ganar el partido a cualquier precio. El Depor toc¨® el gol con los dedos en m¨¢s de ocasi¨®n: en un par de lanzamientos de falta de Djalminha o en un nervioso tumulto en el ¨¢rea tras una acometida de V¨ªctor por la banda. Pero el Villarreal, al que se supon¨ªa un equipo blandengue, aguant¨® con aplomo y organizaci¨®n. No iba a ser ayer el d¨ªa en que la Liga decidiese retornar a lo previsible.
Donato se lesiona y Lendoiro le renueva
La temporada de Donato concluy¨® la tarde que cumpl¨ªa 450 partidos en Primera. Con s¨®lo 12 minutos jugados, el hispano-brasile?o acudi¨® a rematar un c¨®rner y, al caerse al suelo tras saltar, se le desencaj¨® el gemelo derecho. Una lesi¨®n 'grave', seg¨²n el doctor Cobi¨¢n, y que le obliga a una convalecencia de tres meses.
A sus 39 a?os, puede ser un contratiempo serio. Pero el presidente del club, Augusto C¨¦sar Lendoiro, anunci¨® de inmediato que le renovar¨¢ su contrato, que conclu¨ªa el 30 de junio. As¨ª, Donato quedar¨¢ para siempre inscrito en la historia de la Liga: cumplir¨¢ 40 a?os como futbolista de Primera.
A medida que ha ido avanzando camino de la cuarentena, Donato, cuyo nombre core¨® Riazor, ya s¨®lo firmaba compromisos de un a?o, aunque con una cl¨¢usula de renovaci¨®n inmediata en el caso de jugar la mitad de los partidos de cada campa?a. En ¨¦sta llevaba 27, un n¨²mero que podr¨ªa ser insuficiente si el Depor llegase lejos en la Liga de Campeones. Pero Lendoiro fue tajante: 'Seguir¨¢ un a?o m¨¢s'.
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