Una de romanos
Los escolares se convierten en legi¨®n del C¨¦sar para aprender historia en Carmona
'Nos dieron ropa de esclavo, despu¨¦s de habernos dado una charla. Hicimos un teatro, cada uno en su papel. Por ejemplo: el muerto, los que llevaban las antorchas, los familiares, las lloronas. Me lo pas¨¦ muy bien haciendo el canelo con dos amigas m¨¢s'. Estas impresiones forman parte de la descriptiva redacci¨®n que realiz¨® Alejandra Creo, de cuarto de Primaria, despu¨¦s de su visita a la Carmona romana.
Como Alejandra, cada a?o cerca de 4.000 escolares andaluces, que tienen entre ocho y 16 a?os, hacen una especie de viaje en el tiempo para trasladarse a Carmo, como se llamaba Carmona (Sevilla) en el siglo I antes de Cristo. En lugar de aprender los hitos de la civilizaci¨®n romana estudiando en clase, sin m¨¢s horizonte que su libro de texto, los alumnos que realizan el programa Carmo-romano se sienten protagonistas de la historia.
Se dividen en legiones, liberan a los patricios capturados por los cartagineses, acu?an monedas y hasta conocen los secretos de los rituales religiosos. Pero, sin duda, lo que m¨¢s atrae a los estudiantes que participan en estas visitas es el asalto al Alc¨¢zar. Para entrar a la fortaleza tienen que sortear una lluvia de flechas y bola?os (de trapo) que los malvados cartagineses (varios monitores disfrazados) les lanzan desde las almenas cuando la legi¨®n romana intenta penetrar por la Puerta de Sevilla.
'He matado a dos cartagineses', dice orgullosa Jara Ram¨ªrez, una arquera de 11 a?os que el pasado 5 de febrero form¨® parte de la legi¨®n romana. 'Me gusta el C¨¦sar porque manda mucho', aclara la arquera quien, como el resto de sus 44 compa?eros, cursa sexto de primaria en el colegio p¨²blico Arboleda, en Sevilla.
'La experiencia sustituye el contenido de varias clases de historia. Si las clases que nos visitan son de 5? de primaria en adelante, uno de nuestros monitores imparte una clase antes de la visita, con diapositivas para que conozcan los distintos tipos de edificios con los que se encontrar¨¢n', explica Ernesto Gallego, director de Esco.Cultura, la empresa sevillana que organiza estas visitas desde 1994.
La idea parti¨® del propio Ayuntamiento de Carmona y Mario Serrano, profesor de Educaci¨®n F¨ªsica, la puso en marcha hace ocho a?os. Ahora Esco.Cultura, integrada dentro de Ib¨¦rica de Servicios, la forman nueve profesionales entre monitores, historiadores, maestros y especialistas en turismo. 'Estas actividades se realizan desde hace d¨¦cadas en Gran Breta?a. Nosotros hemos aprendido de sus m¨¦todos. Hacemos todo el programa en colaboraci¨®n con la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y siempre tenemos en cuenta la opini¨®n de los colegios que participan y sus alumnos por medio de encuestas', comenta Mario Serrano, quien tambi¨¦n ha trabajado con el tema de las granjas-escuela.
'El curso pasado realizaron la visita 3.617 alumnos de 60 colegios acompa?ados por 220 profesores. La mayor¨ªa de los centros de ense?anza, 36, llegaron de la provincia de Sevilla, aunque tambi¨¦n acuden colegios de otras capitales andaluzas. La edad media de los chicos est¨¢ entre nueve y 12 a?os', precisa Ernesto Gallego, bi¨®logo y profesor de instituto.
La visita comienza a las diez de la ma?ana y se prolonga hasta las 16.30 horas. Parten de la famosa Necr¨®polis romana. All¨ª un centuri¨®n romano les corta el paso. 'Extranjeros, ?c¨®mo os¨¢is entrar en un lugar sagrado sin ser romanos ni conocer nuestras leyes?'. El centuri¨®n les deja paso franco una vez que los extranjeros se han vestido convenientemente (con petos de cuatro colores, uno para cada legi¨®n) y han jurado las leyes Carmo-romanas. La legi¨®n est¨¢ ya preparada para una larga jornada de lucha.
'Hemos aprendido c¨®mo se civilizaron los romanos y hemos visto las tumbas', dice impresionado Manuel Jes¨²s Paredes, de 11 a?os. A este chico le fascin¨® el paseo por la tumba de Servilia o la del Elefante. Ellos mismos escenifican un cortejo f¨²nebre con muerto incluido, un papel para el que siempre hay voluntarios porque el elegido pasea en parihuelas.
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