La corista era Rosa L¨®pez Cort¨¦s
La concursante granadina forj¨® su sue?o haciendo coros en verbenas, bodas y comuniones
Hace un par de a?os, en un concierto de verano en un pueblo granadino, una joven hac¨ªa los coros de apoyo de un cantante local con ¨ªnfulas de Ricky Martin o Enrique Iglesias. El cantante, a mitad de la actuaci¨®n, dijo: 'Ahora voy a dejar que cante mi corista'. La chica, t¨ªmidamente, interpret¨® una canci¨®n de Witney Houston. La gente se qued¨® petrificada. Luego, el cantante volvi¨® a retomar el mando. Algunos espectadores empezaron a gritar: 'Que se vaya el cantante, que cante la corista'. Al final, la mayor parte del p¨²blico ped¨ªa lo mismo. La cantante era Rosa L¨®pez Cort¨¦s. Rosa: la que ahora ha desatado la locura en su pueblo, Armilla.
Una parapsic¨®loga de Logro?o ha predicho que ganar¨¢ Eurovisi¨®n. Una radio local argentina le ha dedicado programas especiales olvid¨¢ndose de la crisis que asola el pa¨ªs. Desde Suiza la votaron por Internet. Y en Radio Armilla -la emisora municipal de la localidad granadina, a dos kil¨®metros de la capital, donde vive con su familia de la nueva estrella-, los tel¨¦fonos arden a diario, literalmente. El pueblo est¨¢ empapelado con el rostro de la joven que, hace s¨®lo un par de a?os, se ganaba la vida haciendo bolos en ferias locales. Armilla vive estos d¨ªas la locura Rosa.
'Es incre¨ªble c¨®mo se ha desmadrado todo', confiesa una periodista local que apenas ha dormido en las ¨²ltimas 24 horas por culpa de la demanda de informaci¨®n de todo el pa¨ªs sobre Rosa. 'Alucinante, de verdad'.
Rosa siempre quiso cantar. No le gustaban mucho los estudios y abandon¨® la ESO para dedicarse a las tareas de la casa. Se hac¨ªa su dinerillo con los bolos. Sigui¨® algunos cursos de piano y voz. La llamaban para actuar, esencialmente, en bodas y comuniones. Sus amigos dicen que era consciente de su val¨ªa como vocalista, pero que sent¨ªa su exceso de peso como un cataclismo, algo que hac¨ªa imposible su sue?o de ser una estrella. Los hechos han demostrado que, con una c¨¢mara delante y algo que ofrecer, el p¨²blico responde.
Ahora, en su pueblo, todo es Rosa. Hay carteles de Rosa por todas partes. Fotos en blanco y negro de Rosa. Fotos en color de Rosa. Fotos de Rosa en rosa. Y en la reposter¨ªa Marisol, donde antes Rosa se echaba habitualmente unos cuantos pasteles al cuerpo, el confitero Emilio Salguero le ha hecho una tarta rematada con una foto suya. 'Han querido compr¨¢rnosla muchas veces', comenta Marisol, su esposa. 'Pero no est¨¢ en venta'.
Muy pocos apostaban por la joven de 21 a?os hace ocho meses. Ya es un fen¨®meno de masas con un club de fans al lado de su casa. Los problemas de Rosa empezar¨¢n ahora, cuando vuelva a Armilla y se encuentre con que, en lugar de vecinos, tiene miles de seguidores colados por ella.
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