Las tendencias por montera
Paul Smith, 55 a?os, un producto t¨ªpico de Nottingham, abri¨® su primera tienda en Londres en 1980 y ya so?aba con el palacio-objeto (lo que logr¨® dos d¨¦cadas despu¨¦s en la Westbourne House de Notting Hill): una tienda at¨ªpica y cara donde van a la par la presentaci¨®n l¨²dica y la oferta consumista. Es el secreto 'imperial' ingl¨¦s de vender bien. Lo saben los londinenses desde Liberty y sus sue?os modernistas. Pero Paul Smith nunca ha sido un so?ador, sino un dise?ador m¨¢s emp¨ªrico que formalista, capaz de controlar la fiera creativa con el mercado, el acento pop de la mal llamada street fashion con la dictadura de las tendencias, a las que eventualmente se pone por montera.
La fascinaci¨®n por Paul Smith empez¨® por Oriente: en Tokio le veneran (y llega a los 100 puntos de venta en todo Jap¨®n). Los neomodernos nipones de pro peregrinan a Westbourne House como otros van al Vaticano. ?Qu¨¦ queda hoy entonces del joven que empez¨® en 1970 a vender sus prendas en su casa natal? Pues casi todo, es decir: el estilo. En 2000, Dylan Jones (editor de GQ) lo calific¨® en una frase brillante: 'Cl¨¢sico, pero con un toque a la izquierda'. Hoy le podemos llamar sin rubor y con acento british: 'Lo ecl¨¦ctico-chic'. Paul Smith supera hoy las 160 tiendas en todo el mundo, su facturaci¨®n es la m¨¢s alta del mercado de la moda brit¨¢nica y es capaz de hacer la ropa adecuada para ni?os, adolescentes rupturistas, mujeres urbanas sin complejos y agresivos j¨®venes a la moda. Tambi¨¦n tiene una ristra de clientes ilustres a los que de paso exhibe como verdaderos amigos personales: Norman Foster, David Bowie, Mick Jagger o David Hockney, a los que tambi¨¦n viste 'adecuadamente' y a la vez, muy personalizados.
Pero ?adecuada a qu¨¦? Smith defiende algo que, en principio, y para cualquier adorador de lo est¨¦tico, pone los pelos de punta: 'El gusto ingl¨¦s', un gusto que ¨¦l y s¨®lo ¨¦l ha reinventado y elevado tras cualquier lugar com¨²n. A la vez que internacional, Smith sigue siendo profundamente brit¨¢nico: su sentido ir¨®nico, su sobriedad de ra¨ªz tan neocl¨¢sica como ilustrada y los condimentos ex¨®ticos o artesanos le hacen un creador capaz de saltar del sastre al pareo sin que se le mueva un m¨²sculo. El uso apasionado del negro y el blanco, los colores puros juntados sin pudor en la asociaci¨®n libre de las prendas, los acentos e influencias provenientes del ¨¢mbito de la m¨²sica, del arte contempor¨¢neo y del arco medi¨¢tico, hacen de su estilo una mezcla contempor¨¢nea y armonizada de elementos divergentes.
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