Soledad
'UN HOMBRE solo es realmente poca cosa, lo ¨²nico que puede hacer es expresarse, nada m¨¢s'. Quien as¨ª se manifiesta es el protagonista de El libro de un hombre solo (Ediciones del Bronce), de Gao Xingjian. Se trata de un protagonista muy singular, porque, a pesar de que nos relata la experiencia de un hombre real, la vivida por este escritor y artista chino durante los cuarenta a?os que pas¨® bajo el r¨¦gimen mao¨ªsta, del que logr¨® escapar a fines de la d¨¦cada de 1980, carece de 'yo'.
De manera que, sin dejar de usar la f¨®rmula literaria autobiogr¨¢fica m¨¢s personal e ¨ªntima, la de la 'confesi¨®n', la primera persona se nos presenta como una inferencia a partir del 't¨²' de quien circunstancialmente le da la r¨¦plica o del '¨¦l' con que se evoca no s¨®lo el pasado, sino, sobre todo, lo que le pas¨®. Y lo que le pas¨® a este hombre solo fue precisamente que le despojaron de todo menos de su soledad, que naturalmente defiende como su ¨²nico baluarte, incluso tras haber huido de la persecuci¨®n, de toda doctrina y hasta de la identidad. Para el hombre solo, la soledad es el hueco de la inmensidad ¨ªntima, el ¨²nico reino de la libertad, ese pozo profundo de donde brotan palabras e im¨¢genes, donde el hombre se descubre como tal cuando se expresa.
En este sentido, frente al Archipi¨¦lago Gulag, de Alexandr Solzhenitsin, donde una perpleja conciencia moral trata de hacer el inventario de las v¨ªctimas sacrificadas por sistema, El libro de un hombre solo, de Gao Xingjian, nos revela c¨®mo la soledad es la ¨²nica conquista del hombre capaz de poner coto a cualquier abuso del poder, que puede controlar todo menos precisamente ese reducto ¨ªntimo de la conciencia, aunque luego ¨¦sta no use el 'yo' para expresarse.
Antes de cursar sus estudios universitarios en filolog¨ªa francesa y antes de llegar a ser el escritor hoy mundialmente c¨¦lebre, Gao Xingjian tuvo una primera formaci¨®n art¨ªstica, que luego sigui¨® cultivando a trav¨¦s de la simult¨¢nea pr¨¢ctica de la pintura. Ahora mismo, nos visita -primero en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, de Madrid, y, luego, en el Museo de Bellas Artes de A Coru?a- una exposici¨®n antol¨®gica de las obras de Gao Xingjian, realizadas en tinta china sobre papel, donde fluye visualmente su rico mundo interior. Son como el mejor testimonio ic¨®nico de la soledad, las fr¨¢giles y breves sombras surgidas del pincel de un hombre solo, las im¨¢genes de quien s¨®lo pretende expresarse, avivando su ¨ªntima luz en medio de una realidad tenebrosa. Pintor o escritor, da igual: he aqu¨ª el alma de un artista.
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