Integraci¨®n y gazpacho
Representantes de los partidos pol¨ªticos catalanes analizan la aportaci¨®n de la cultura andaluza a Catalu?a
La Virgen de la Alcantarilla, los ancestros de Belalc¨¢zar, las bondades del gazpacho y las citas de Salvador Espriu y Jaume Vicens Vives fueron algunas de las muletas que utilizaron hace un par de noches representantes de los partidos pol¨ªticos del arco parlamentario para explicar las aportaciones de la cultura andaluza a Catalu?a. Esquerra Republicana, el PP, el PSC, CiU e Iniciativa per Catalunya establecieron un di¨¢logo alrededor de este asunto en el acto organizado por la Federaci¨®n de Entidades Andaluzas en Catalu?a (FECAC), entidad que preside Francisco Garc¨ªa Prieto. Tan complaciente result¨® todo que los ponentes, que hab¨ªan iniciado su exposici¨®n en catal¨¢n, acabaron practicando un riguroso monoling¨¹ismo castellano en sus respuestas al p¨²blico.
Montilla tuvo que salir en defensa de ERC y afirmar que la financiaci¨®n es injusta
Las izquierda cl¨¢sica acudi¨® a la cita con sus mejores galas. Se visti¨® de luces y estuvo representada por Jos¨¦ Montilla -primer secretario del PSC y alcalde de Cornell¨¤- y Joan Saura, presidente de ICV y diputado en el Congreso. El impreciso centro derecha o izquierda, seg¨²n gustos, cont¨® con Rafael Luna, secretario general del PP de Catalu?a, y Marta Llorens, secretaria de organizaci¨®n de Uni¨®. Esquerra Republicana estuvo presente en la persona de Maria ?ngels Prats, miembro de la ejecutiva del partido: 'Josep Llu¨ªs Carod tiene gripe', se excus¨®. Pero la Virgen de la Alcantarilla debi¨® de actuar con eficacia, pues ayer por la ma?ana, a las nueve, un Carod completamente restablecido participaba en el coloquio de Catalunya R¨¤dio.
Hab¨ªa predisposici¨®n a la complicidad entre ponentes y p¨²blico. Algunos pol¨ªticos part¨ªan con la ventaja -que utilizaron- de tener relaciones privilegiadas con Andaluc¨ªa y especialmente con C¨®rdoba. Montilla naci¨® en Izn¨¢jar; la representante de ERC est¨¢ casada con un cordob¨¦s de Belalc¨¢zar y Rafael Luna es hijo de un vecino de la misma localidad que el marido de la dirigente de Esquerra. Con estos precedentes de parentesco y proximidad, todo fue sobre ruedas. Luna lleg¨® a referirse a la republicana Prats, en un lapsus, como 'mi compa?era de partido'. En nombre de la federaci¨®n de CiU, Marta Llorens compar¨® Catalu?a y Andaluc¨ªa como tierras de frontera. Y, ?c¨®mo no!, los nombres de Estopa, Ginesa Ortega y Chicuelo -la mayor¨ªa hijos de extreme?os- se agitaban como ejemplos del mestizaje y de esa integraci¨®n cultural.
Los pol¨ªticos quer¨ªan ser amables y conjurar los pol¨¦micos nubarrones lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. Con estos ingredientes se dieron todos los matices integradores posibles: desde quienes consideraban que no se pod¨ªa hablar de inmigraci¨®n andaluza, puesto que Catalu?a es Espa?a (versi¨®n PP), hasta que es catal¨¢n quien paga sus impuestos en Catalu?a (ERC). Donde saltaron m¨¢s chispas fue en las preguntas y, sobre todo, cuando se abord¨® el espinoso asunto de la inmigraci¨®n. Tuvo que aparcarse cualquier posible paralelismo entre lo andaluz y lo magreb¨ª. El p¨²blico estaba inc¨®modo. No hab¨ªa que mezclar una cosa con la otra. S¨®lo un viejo luchador, con muletas, espet¨® desde su butaca: 'Los explotan igual que hac¨ªan con nosotros, cuando en los a?os cincuenta ten¨ªamos que recurrir a prestamistas para tener trabajo'. Esa fue la intervenci¨®n m¨¢s pol¨ªticamente incorrecta, secundada s¨®lo parcialmente a nivel te¨®rico por los representantes de Esquerra e Iniciativa, que echaron las culpas a la falta de previsi¨®n gubernamental. Pero ah¨ª se acabaron las salvas, porque ni en el asunto de la financiaci¨®n hubo debate. Un empresario asegur¨® desde el patio de butacas que a ¨¦l no le importaba pagar m¨¢s si se beneficiaba a Extremadura o Andaluc¨ªa. Y aqu¨ª el propio Montilla -el de or¨ªgenes m¨¢s legitimados- tuvo que salir en defensa de la representante de ERC y afirmar que la financiaci¨®n de Catalu?a es injusta y que los socialistas, cuando gobiernen, la cambiar¨¢n.
Al final, pues, dos peque?as pol¨¦micas. En definitiva, m¨¢s comuni¨®n que heterodoxia. Y un colof¨®n: no se ha hecho tan mal. Entre todos hemos salvado la cohesi¨®n y la sociedad no se ha fracturado. Reconocimiento al papel de amortiguaci¨®n nacional del PSUC y al buen tino de las fuerzas pol¨ªticas catalanas. Y, al final, una pregunta que revolote¨® por la sala sin llegar a posarse sobre ninguno de los ponentes: ?Por qu¨¦ hay tanta abstenci¨®n en las auton¨®micas?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.