La rebeli¨®n que cambi¨® la historia

En 1970, el prestigioso hispanista franc¨¦s Joseph P¨¦rez dio a luz una excelente y extensa monograf¨ªa sobre las Comunidades de Castilla, que aparec¨ªan como una revoluci¨®n protagonizada por las clases medias castellanas para imponer un gobierno representativo opuesto tanto al ascenso del absolutismo como a la bien asentada hegemon¨ªa de la aristocracia. Los comuneros, que trataron sin ¨¦xito de atraerse a su causa a la leg¨ªtima soberana de Castilla, la reina Juana llamada la Loca, fueron derrotados por la l¨®gica alianza de la Monarqu¨ªa y la nobleza en el campo de batalla de Villalar, que constituy¨®, en palabras del ilustrado Juan Amor de Soria, el '¨²ltimo suspiro de la libertad castellana'. Unos a?os antes y unos a?os despu¨¦s, y con todos los matices que se quieran, hab¨ªan amparado esta interpretaci¨®n Juan Antonio Maravall y Juan Ignacio Guti¨¦rrez Nieto, el ¨²ltimo de los cuales puso el acento en la vertiente campesina y antise?orial que acompa?¨® a una revuelta nuclearmente urbana.

Pues bien, el ¨²ltimo libro del

profesor de Burdeos vuelve a reafirmarse, 30 a?os despu¨¦s, en las mismas tesis, aunque naturalmente incorpora la bibliograf¨ªa m¨¢s reciente y aprovecha la ocasi¨®n para discutir algunos de los planteamientos expuestos por otros autores. As¨ª, frente a Antonio M¨¢rquez, niega las relaciones entre comuneros y alumbrados m¨¢s all¨¢ de la mera coincidencia cronol¨®gica y geogr¨¢fica, del mismo modo que antes hab¨ªa rechazado una especial incidencia de la mentalidad o de la actividad de los conversos en el desencadenamiento de la revuelta. M¨¢s a¨²n se extiende en rebatir, con una reflexi¨®n muy convincente, las propuestas de Stephen Haliczer, ya sea su consideraci¨®n de las Comunidades como una rebeli¨®n del patriciado urbano, ya sea su argumentaci¨®n a favor de las consecuencias supuestamente favorables de la rebeli¨®n, a saber, la profunda reforma de la Administraci¨®n y la justicia y el restablecimiento del papel pol¨ªtico y legislativo de las Cortes, que el historiador franc¨¦s desmiente en todos sus extremos.

Hasta aqu¨ª, las novedades del

libro. El resto es un apretado y vigoroso relato del movimiento comunero, donde se explican los hechos m¨¢s significativos con la autoridad de uno de los mejores conocedores de la materia. As¨ª, se pasa revista al nacimiento de la oposici¨®n, la formaci¨®n de la Junta de ?vila, la ocupaci¨®n de Tordesillas, la espera de Torrelobat¨®n, la derrota de Villalar, la defensa de Toledo. Y por las mismas p¨¢ginas desfilan los actores del drama: los jefes militares (Juan de Padilla, Juan Bravo, Francisco Maldonado), los ¨²ltimos protagonistas de la resistencia (el obispo Acu?a, Mar¨ªa Pacheco), los comuneros de a pie (caballeros, labradores, artesanos, comerciantes, letrados) y algunas figuras controvertidas, como singularmente la reina Juana, que apoya las buenas intenciones de los comuneros en materia de gobierno, pero se niega a firmar ning¨²n documento contrario a su hijo Carlos.

En definitiva, una valiosa y concisa s¨ªntesis de uno de los episodios m¨¢s decisivos de nuestro pasado y de uno de los hechos hist¨®ricos de mayor perdurabilidad en la imaginaci¨®n colectiva de los espa?oles.