O¨ªdo, voz y confianza
Frente al orteguiano 'Espa?a es el problema; Europa, la soluci¨®n', 16 a?os despu¨¦s de su ingreso en la Uni¨®n Europea (UE), Europa le plantea un problema a Espa?a: la participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas en la toma de decisiones en Bruselas. Pero esta vez tendr¨¢ que resolverlo sola. No estamos ante un sistema federal en el que cada parte es m¨¢s o menos igual en competencias e instituciones. Cada Estado de la UE tiene su propia ordenaci¨®n. No se entiende la cerraz¨®n del Gobierno ante esta cuesti¨®n, pues si la deja para negociar con los nacionalistas tras las pr¨®ximas elecciones, la desvirtuar¨¢, especialmente cuando ¨¦sta es una de las cuestiones subyacentes a la Convenci¨®n para una reforma cuasi constituyente de la UE que echa a andar esta semana.
La Constituci¨®n se?ala que la pol¨ªtica exterior (y la interior) la dirige el Gobierno. Ahora bien, cuando se dise?¨® la Constituci¨®n de 1978, ni el Estado de las autonom¨ªas estaba fijado, ni la vida europea cubr¨ªa tantas ¨¢reas como ahora. La pol¨ªtica europea es ya algo distinto de la pol¨ªtica interior o exterior. Es una nueva categor¨ªa. Apostar a fondo por el Estado de las autonom¨ªas no significa tener que darle una ingobernable representaci¨®n directa a las CC AA en el Consejo de Ministros en Bruselas, pero s¨ª que est¨¦n de alg¨²n modo presentes, y participen en la formaci¨®n de la posici¨®n espa?ola y en la aplicaci¨®n de normas de su competencia exclusiva o compartida. Ser¨ªa deformar el esp¨ªritu del autonomismo actuar de otro modo y recuperar el Gobierno v¨ªa Bruselas las competencias que corresponden a las regiones, m¨¢s a¨²n cuando asistimos a una evoluci¨®n en la UE hacia menos reglamentos comunitarios (de aplicaci¨®n directa) y m¨¢s directivas (que requieren que cada Estado las transpongan a su legislaci¨®n interna).
Las regiones con capacidad legislativa (unas 80 de un total de 200, como se ha puesto de relieve en Madrid en un debate hispano-alem¨¢n sobre la Clarificaci¨®n del sistema de competencias en Europa), no son directamente responsables ante la UE, ya sea ante el Tribunal de Justicia comunitario o las multas de la Comisi¨®n, por ejemplo, si se sobrepasa una cuota de producci¨®n lechera. Los responsables son los Estados. Y dejar que las regiones puedan acudir directamente al Tribunal de Luxemburgo llevar¨ªa a que ¨¦ste, en algunos aspectos cada vez m¨¢s b¨¢sicos, reemplazase a los tribunales constitucionales nacionales. No parece razonable, al menos en el estadio actual de desarrollo de la integraci¨®n europea.
Fij¨¦monos, en otra contradicci¨®n: la de que desde algunos sectores se pida la participaci¨®n auton¨®mica en el Consejo de Ministros, pero no en el otro poder pr¨¢cticamente colegislador en todo con esta instituci¨®n, a saber, el Parlamento Europeo. Probablemente haya que convivir con algunas contradicciones. Pero una cosa es no resolverlas del todo y otra ignorar que hay un problema y que las CC AA tienen hoy una actividad exterior tan notable que, en Espa?a, la ayuda al desarrollo que dan al exterior es superior a la del Estado central.
La soluci¨®n pasa por la cooperaci¨®n. Pero ¨¦sta s¨®lo puede hacerse desde la tan insistida lealtad constitucional, que no es un camino de sentido ¨²nico, sino de, al menos, tres direcciones: de las CC AA hacia las instituciones centrales, de ¨¦stas hacia aqu¨¦llas, y entre las propias CC AA. En resumen, una cuesti¨®n de confianza que habr¨ªa de llevar a reformar el Senado, una instituci¨®n in¨²til en su configuraci¨®n actual. Ahora que Europa se mete en una senda cuasi constituyente, el 'patriotismo constitucional' tambi¨¦n tiene que tener una dimensi¨®n europea, de 'patriotismo europeo'. Y una potencia intermedia como Espa?a, la m¨¢s descentralizada de Europa y que aspira a estar en el grupo de los grandes, tiene que poder resolver de forma razonable este problema. Que la pr¨®xima ampliaci¨®n, con la excepci¨®n de Polonia, sea a pa¨ªses peque?os, deber¨ªa llevar a acelerar la soluci¨®n, para no ver que territorios menos poblados que muchas regiones espa?olas logran mayor capacidad de decisi¨®n en la UE.
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