Sobre r¨ªos, vertidos y gesti¨®n ambiental

Durante las ¨²ltimas semanas del pasado a?o y las primeras de este 2002 hemos tenido ocasi¨®n de asistir a varios episodios de vertidos de aguas residuales con una elevada carga contaminante en distintos r¨ªos catalanes. Han sido vertidos incontrolados y no han cumplido los requisitos legales exigidos, lo cual permite calificarlos de vertidos salvajes, si bien algunos de ellos han sido definidos como vertidos accidentales, extraordinarios, involuntarios, etc¨¦tera; pero en cualquier caso han originado un da?o, a¨²n por evaluar, a los propios r¨ªos y a la fauna y flora de los cauces fluviales donde han acabado desembocando. En pr¨¢cticamente todos los casos, la Administraci¨®n ha abierto expediente informativo ante las evidencias de que pueda tratarse de una infracci¨®n administrativa. En alg¨²n vertido, la Administraci¨®n ha tenido que paralizar sus actuaciones y comunicar a la fiscal¨ªa los indicios de delito ecol¨®gico con los que se estaba encontrando para que ¨¦sta iniciara sus diligencias por la v¨ªa penal.

M¨¢s all¨¢ de que se trate de episodios espor¨¢dicos o simplemente accidentales, de que la Administraci¨®n haya abierto inmediatamente expedientes informativos o de que la fiscal¨ªa tenga que trabajar casi a destajo, los interrogantes se acumulan y rozan la alarma social. Las respuestas a esta lamentable situaci¨®n probablemente requieren una explicaci¨®n razonada, lejos del alarmismo y el catastrofismo, pero tambi¨¦n muy lejos del cofoisme con que se vienen enfocando desde diversas instancias.

Puede pensarse que estos episodios de vertidos han tenido su origen en la falta de leyes y de normativa jur¨ªdica, pero resulta que hay m¨¢s de 162 normas jur¨ªdicas relativas a la gesti¨®n del medio ambiente, 41 de las cuales se refieren a las aguas. Son normas tanto europeas como estatales y auton¨®micas, a las que hay que a?adir las normas locales, pues pr¨¢cticamente todos los municipios tienen una ordenanza sobre vertidos de aguas residuales al alcantarillado, desde donde son conducidas a una depuradora municipal para ser tratadas y posteriormente, ya con unos criterios de calidad de vertido correctos, vertidas directamente al r¨ªo.

Ante tama?o volumen de normativa sobre vertidos de aguas residuales, la ¨²nica explicaci¨®n que cabe dar a los vertidos salvajes de estos d¨ªas es que no toda la normativa -o por lo menos no siempre- se est¨¢ cumpliendo. Porque un vertido accidental tiene su l¨®gica y sus soluciones, nos guste o no, pero que en pocas semanas haya pr¨¢cticamente vertidos accidentales a diario nos obliga a concluir que en algunos casos no se han respetado las obligaciones legales en materia de vertidos.

Por otro lado, podemos pensar que esos vertidos salvajes son debidos a una actitud deshonesta de algunas empresas; sin embargo, sabemos que en toda Catalu?a hay m¨¢s de 1.740 sociedades con una depuradora instalada para tratar las aguas residuales de su proceso productivo y que son decenas de miles las que realizan su Declaraci¨®n del Uso y la Contaminaci¨®n del Agua (DUCA). Pero habr¨¢ que insistir en la minimizaci¨®n de la contaminaci¨®n en el origen, reducirla desde el momento mismo en que se genera, sobre todo en los procesos industriales m¨¢s contaminantes. Es ¨¦sta una l¨ªnea de trabajo que desde el Centro de Empresa y Medio Ambiente se viene apoyando desde hace a?os con resultados muy satisfactorios, aunque los hechos de los d¨ªas pasados nos hacen ver la necesidad de continuar insistiendo.

Las empresas adem¨¢s tienen ya asumida la gesti¨®n medioambiental como parte del conjunto de variables que forman parte de la gesti¨®n de una empresa, tal como acreditan las aproximadamente 117 firmas con un sistema de gesti¨®n medioambiental verificado con el Reglamento Europeo EMAS o las 450 compa?¨ªas que ya tienen la norma ISO 14001. Dentro de esos sistemas, se establece la posibilidad de que se produzcan accidentes o situaciones extraordinarias, y se determina c¨®mo actuar al respecto enesos casos. Tal parece ocurrir con alguno de los ¨²ltimos vertidos: la empresa comunica inmediatamente el problema a la Administraci¨®n e inicia sus actuaciones para poner fin al vertido y solucionar los problemas causados. Esta loable actitud no puede ocultarnos que en el resto de casos el vertido ni ha sido comunicado, ni se han iniciado actuaciones para controlarlo, con lo que estaremos por lo menos ante una infracci¨®n de la normativa administrativa o, en el peor de los casos, ante un simple caso de delito ecol¨®gico.

Por ¨²ltimo, tenemos otro punto de atenci¨®n en las inspecciones que se realizan en los r¨ªos catalanes, dependientes todas ellas de la Agencia Catalana del Agua (ACA). Durante el periodo 2000- 2001, y como consecuencia de las m¨¢s de 20.000 inspecciones realizadas, se abrieron 994 expedientes sancionadores que acabaron en 418 multas por un total de casi medio mill¨®n de euros (unos 83 millones de pesetas). Las cifras parecen razonables hasta que se observa el n¨²mero de inspectores para el conjunto de r¨ªos catalanes: 43, a repartir por todo el territorio en varios turnos, pues los vertidos son de lunes a domingo, desde las 0 hasta las 24 horas y los 365 d¨ªas del a?o. Es muy dif¨ªcil controlar los m¨¢s de 1.200 vertidos de aguas residuales a los cauces p¨²blicos de toda Catalu?a con ese reducido contingente de inspecci¨®n. Tal vez haya que plantearse c¨®mo reducir esos vertidos directos al r¨ªo, y todo ello debe formar parte de los planes de protecci¨®n de los acu¨ªferos y de cada cuenca hidrogr¨¢fica que inexplicablemente se vienen posponiendo desde hace a?os.

Algo est¨¢ fallando cuando se repiten los vertidos salvajes de las ¨²ltimas semanas. Un mayor cumplimiento de la normativa existente, una mayor sensibilizaci¨®n de las empresas y una mayor eficacia en las actividades de inspecci¨®n de la Administraci¨®n probablemente ayudar¨ªan a mejorar la situaci¨®n.

Joan Maties Garc¨ªa es director de Ingenieros Asesores Medio Ambiente.