Aguas socialistas
Los socialistas han preferido la incoherencia de votar de tres maneras diferentes en el Parlamento Europeo al riesgo de imponer la disciplina de voto a sus eurodiputados en torno al Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN). La semana pasada, en la Comisi¨®n de Medio Ambiente de la Euroc¨¢mara, los socialistas votaron a favor de una resoluci¨®n que implicaba negar a dicho plan los fondos comunitarios comprometidos para su financiaci¨®n. El jueves, en la votaci¨®n del pleno, unos socialistas apoyaron esa resoluci¨®n, otros votaron en contra y el resto, la mayor¨ªa, se abstuvieron.
El Plan Hidrol¨®gico fue objeto de debate y votaci¨®n en el Parlamento espa?ol. El Gobierno hizo pesar su mayor¨ªa absoluta para rechazar todas las enmiendas alternativas de la oposici¨®n. Sin embargo, negoci¨® contrapartidas con los nacionalistas de Pujol, que votaron en Madrid lo contrario de lo que hab¨ªan votado en el Parlamento catal¨¢n, y tambi¨¦n con algunas comunidades aut¨®nomas gobernadas por los socialistas, que obtuvieron compromisos de inversi¨®n en sus territorios. Un plan hidrol¨®gico nacional exige delicados equilibrios territoriales que a veces provocan encendidas rupturas en el interior de los partidos. De ah¨ª que sea aconsejable la b¨²squeda de consensos parlamentarios que vayan m¨¢s all¨¢ de la mayor¨ªa de Gobierno, pero ello no resta legitimidad a la aprobaci¨®n del PHN por el Parlamento espa?ol.
El texto que se somet¨ªa a votaci¨®n en la C¨¢mara europea expresaba la preocupaci¨®n por la existencia en toda Europa de planes 'insostenibles' de gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos, entre los que citaba expresamente el plan espa?ol, incluso con una referencia a la construcci¨®n de 118 embalses, y ped¨ªa a la Comisi¨®n Europea que no aportara financiaci¨®n a esos planes.
La viabilidad del PHN depende de los fondos comunitarios, cerca de 5.000 millones de euros. Tal como estaba redactada, la resoluci¨®n del Parlamento Europeo supon¨ªa en la pr¨¢ctica otorgar a ese foro la condici¨®n de tercera C¨¢mara, capaz de anular lo decidido por las Cortes espa?olas. Los socialistas estaban obligados a rectificar. Lo han hecho a medias, porque los intereses territoriales han vuelto a imponerse sobre la deseable coherencia de la oposici¨®n.
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