Santi da el pen¨²ltimo empuj¨®n hacia Primera
Un gol del central rescata al Atl¨¦tico en Badajoz de otra actuaci¨®n mediocre
El f¨²tbol, de vez en cuando, le gui?a un ojo a tipos con los que guarda alguna deuda pendiente. Con Santi, por ejemplo, manten¨ªa varias y ayer le recompens¨® con un gol, que es el lenguaje bajo el que mejor se comprenden los desquites. Un gol trascendente en un partido enrevesado que su equipo no mereci¨® ganar. Un gol, de alguna manera, definitivo: salvo cat¨¢strofe, con 15 puntos de colch¨®n a falta de 12 jornadas, el Atl¨¦tico est¨¢ en Primera. Un trozo de la reconquista corre por cuenta de Santi. Por la humildad con la que ha aceptado su cuesta abajo, por el respeto con el que ha asumido su falta de protagonismo, pero ya tambi¨¦n, que siempre se lee m¨¢s f¨¢cil, por un gol importante.
BADAJOZ 0| ATL?TICO 1
Badajoz: Baines; Mar¨ªn (Z¨¦ T¨®, m. 36), Pedro Nieto (Tulipa, m. 67), Amarilla, Cidoncha, Oscar S¨¢nchez; Xavi Moro; Pep¨ªn, David Bauz¨¢, Jorge (Rodri, m. 70); y Molist. Atl¨¦tico: Burgos; Armando, Santi, Garc¨ªa Calvo, Carreras (L¨®pez, m. 44); Aguilera, Movilla, Nagore, Dani; Fernando Torres (Roberto, m. 60) (Colsa, m. 67) y Diego Alonso. Gol: 0-1. M. 17. Dani saca un c¨®rner, toda la defensa del Badajoz se va al primer palo, y Santi, de cabeza desde el punto de penalti, marca. ?rbitro: Rom¨¢n. Amonest¨® a Amarilla, P. Nieto, Xavi Moro, Carreras, Garc¨ªa Calvo y Movilla. Nuevo Vivero. 8.000 espectadores. Roberto sufri¨® un fuerte esguince de ligamento lateral externo del tobillo derecho.
H¨¦roe del doblete, la ¨²ltima p¨¢gina notable del Atl¨¦tico, Santi es ahora un actor secundario, olvidado y hasta despreciado por los suyos. Lejos del arquetipo ego¨ªsta del futbolista, Santi acept¨® su rebaja de rol con profesionalidad y en silencio. Y cuando el descenso, mientras la mayor¨ªa de sus compa?eros hu¨ªa en desbandada, Santi subi¨® al despacho de su jefe y le dijo: cambie mi sueldo, ponga usted la cifra que quiera, que yo firmo. Nadie se lo reconoci¨®. El gesto tampoco le sirvi¨® para ganar minutos de juego, ni siquiera para recuperar la estima de la gente, que se la retir¨® hace dos a?os por su empe?o en actuar pasado de revoluciones, desesperado.
Ayer, la baja de Hibic le entreg¨® a Santi un hueco en el once inicial. Y no lo desaprovech¨®. Defendi¨® con orden y una serenidad desconocida. Y adem¨¢s, a los 17 minutos, cuando el partido ya pintaba mal para su equipo, con el Badajoz al mando de la pelota y los ataques, el central acudi¨® a por recompensa al saque de un c¨®rner y la encontr¨® en un poderoso cabezazo. No se recuerda, eso s¨ª, un c¨®rner peor defendido: tres hombres concentrados en el primer palo vigilando a Fernando Torres, otros dos que acuden despu¨¦s a esa zona persiguiendo a Diego Alonso y Garc¨ªa Calvo, y el punto de penalti, la zona sagrada del ¨¢rea, libre. All¨ª, claro, acudi¨® Santi a la carrera; all¨ª se produjo el encuentro entre el bal¨®n y su cabeza.
El gol de Santi, tambi¨¦n alguna intervenci¨®n de Burgos llena de sangre fr¨ªa, fue lo ¨²nico rescatable en otra actuaci¨®n mediocre del Atl¨¦tico. Hasta el descanso, vivi¨® tranquilo. Sin hacer sufrir al Badajoz, pero tranquilo. Pero en la segunda parte el cuadro extreme?o le super¨® con creces. El Atl¨¦tico ni siquiera supo sacar tajada del asedio con un solo contragolpe coherente, la mejor arma que se le supon¨ªa. El Badajoz le hizo pasar una mala tarde al Atl¨¦tico, rond¨® el empate hasta el ¨²ltimo minuto, pero al final se fue del Vivero sin ninguno de los puntos. Los tres se los llev¨® el Atl¨¦tico. Y la culpa fue de Santi, que decidi¨® dejar un regalo para la causa antes de emprender un seguro viaje de vuelta a su silenciosa vida de suplente.
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