La pasarela de Par¨ªs propone la mezcla de estilos, tejidos y colores

Aunque los desfiles no terminan hasta el viernes, la jornada de ayer marc¨® el final no oficial de las pasarelas parisienses despu¨¦s de la colecci¨®n de Chanel y Valentino. Durante una semana, se ha comprobado que los efectos del 11 de septiembre no han limitado la imaginaci¨®n de los grandes dise?adores y, a diferencia de Mil¨¢n, donde hubo poco riesgo, Par¨ªs ha demostrado su capacidad para mantenerse como la gran olla de creatividad y fantas¨ªa de la moda.

Los jugos creativos de los estilistas han estado en plena ebullici¨®n en esta semana del pr¨ºt-¨¤-porter de Par¨ªs, que se inici¨® el d¨ªa 7 con las propuestas para el oto?o-invierno 2002-2003. Desde el lejano Oriente a las montanas de Per¨², de Rusia a Laponia, pasando por el romanticismo de las novelas del siglo XVIII, los atuendos de los guerreros afganos y los paracaidistas de las fuerzas militares, adem¨¢s de toda la ropa de inspiracion deportiva, se ha hecho una fusi¨®n incombustible. Se superponen piezas sobre piezas y se mezclan estilos sin ning¨²n pudor. Se contrastan tejidos, colores, texturas. Cueros desgastados, costuras y bajos deshilachados, pieles vueltas y terciopelos conviven a veces en un mismo look.

Ha habido momentos brillantes y emocionantes, como el desfile ayer de Valentino, marcado por el lujo y el glamour, o el de Tom Ford para Yves Saint Laurent Rive Gauche, quien lanz¨® mujeres agresivas, sofisticadas, pero a la vez rom¨¢nticas, envueltas en encajes, terciopelo, satenes y tafet¨¢n negro, con blusas de chiffon con lazos cruzando pechos y mangas tres cuartos, pu?os de dobles volantes de blondas y pantalones ce?idos a la rodilla.

Alexander McQueen, en su segunda colecci¨®n bajo el paraguas del Grupo Gucci, ofreci¨® un espectacular desfile con lobos acompa?ando a una Caperucita Malva con minicapa de este color, con gran capucha y botas altas, seguida de sastres y trajes pantalones de cortes impecables en lanas o napas beis, complementados con arneses de cuero marr¨®n en pechos, hombros, espaldas y cinturas, adem¨¢s de sus colegialas malvadas, con minifaldas tableadas y botas plateadas hasta los muslos, o la serie rom¨¢ntica al estilo Cumbres borrascosas.

En Louis Vuitton, Marc Jacobs se inspir¨® en ropa deportiva como los anoraks en alpaca con bordados de pasamaner¨ªa y pedrer¨ªa en pasteles rosa, azul o hueso con capuchas de piel en el borde al estilo esquimal, los pantalones de napa tipo motorista o las chaquetas bomber en conejo.

John Galliano, para su propia firma, sigui¨® su viaje ecl¨¦ctico por las rutas de la seda dentro del mismo tono que hizo para Dior: aires ex¨®ticos para prendas envolventes, como los enormes chaquetones aquimonados en piel vuelta sobre faldas tipo patinador con vueltas en bajos, adornadas con medallones, o los abrigos en punto y ganchillo con bordados.