El tridente, monopolio del bien y del mal

Todo el Camp Nou estar¨¢ esta noche pendiente del tridente: de que Rivaldo acierte en el lanzamiento de una falta, Saviola se escurra en el ¨¢rea y Kluivert, siempre tan irregular, tenga uno de sus d¨ªas. El capital ofensivo del Bar?a se sustenta m¨¢s que nunca en esta tripleta de jugadores que monopoliza, para bien y para mal, la mayor¨ªa de los goles de su equipo. Los tres han marcado hasta hoy, en las tres competiciones, 49 de los 71 tantos de su equipo, lo que supone el 69,01%. No queda margen para casi nadie m¨¢s porque la t¨¢ctica ha estrangulado la llegada de los volantes y ha cedido todo el protagonismo a un tr¨ªo que, a principios del curso, promet¨ªa deslumbrar y desaf¨ªar la hegemon¨ªa del Madrid de Ra¨²l, Figo y Zidane.

La historia se empez¨® a escribir en agosto, cuando los tres delanteros protagonizaron su ansiada puesta de largo -no hab¨ªan coincidido todav¨ªa por las lesiones de Rivaldo y la muerte del padre de Saviola- en el Camp Nou. El rival, en la ronda previa de la Liga de Campeones, era el modesto Wisla de Cracovia y el resultado fue premonitorio: 1-0, gol de... Luis Enrique. Carles Rexach dijo entonces que los tres hab¨ªan querido hacerlo 'demasiado bonito, demasiado complicado'. Fue una forma de admitir que hab¨ªan abusado del virtuosismo y se empe?aron en entrar por el centro del ¨¢rea. De ese partido hace ya m¨¢s de seis meses y las cosas no han cambiado demasiado porque el tridente ha convertido el campo en un tubo y no ha logrado imponerse como un arma letal en el Bar?a.

Rexach era consciente de las limitaciones que supon¨ªa apostar por Rivaldo, Saviola y Kluivert porque implicaba eliminar el juego de los extremos, que entronizaron Stoichkov y Beguiristain en el dream team y consagr¨® a Figo. Pero su idea de compaginar el tr¨ªo y abrir el campo hasta el bander¨ªn seg¨²n el calendario se le cay¨® de las manos. Hubo dos razones de peso: Overmars, el futbolista m¨¢s caro de la historia del club, mostr¨® una desidia e ineficacia m¨¢s alarmante que la de la campa?a anterior y Geovanni, el brasile?o que lleg¨® envuelto en sombras de corrupci¨®n, desapareci¨® en el oto?o.

Quedaba, entonces, recurrir a la fiabilidad de Rivaldo, la fantas¨ªa de Kluivert y la piller¨ªa de Saviola, pero con una salvedad: s¨®lo para lucirse en casa. Quiz¨¢ influido por sus dos ayudantes, Alexanko y De la Cruz, ambos ex defensas azulgrana, Rexach ha mostrado este a?o un perfil conservador lejos del Camp Nou. Saviola ha sido casi siempre reserva en terreno contrario porque los t¨¦cnicos consideran que tiene un f¨ªsico demasiado liviano para medirse a las f¨¦rreas coberturas, especialmente si el Bar?a intenta jugar al contraataque. El pibito, entre la Liga espa?ola y la europa, suma 14 goles, 13 de ellos ante su afici¨®n. Kluivert lleva 22 y Rivaldo 13.

Todo est¨¢ en sus manos. Porque el tridente ha impuesto un peaje: ha apagado la llegada de los volantes como Luis Enrique o Cocu, destinados a tareas m¨¢s defensivas. El asturiano alcanz¨® la veintena de goles en sus dos primeros a?os -con 6 goles, ahora es el cuarto goleador- y Cocu, que registraba en Holanda una decena,marc¨® esta temporada su primer tanto hace dos semanas, ante el M¨¢laga, tras ser obligado a controlar al media punta rival.

El centro del campo tambi¨¦n ha perdido su gu¨ªa sin la presencia de Xavi, el mediocentro, otra de las figuras capitales en la reciente historia del club. Sin pases en profundidad ni toque hacia las bandas, los delanteros ya no reciben asistencias y deben conformarse con los centros de los laterales como Puyol -con dos pases suyos se fragu¨® la ag¨®nica victoria sobre el Depor y el empate ante el Roma- o de Coco. Todos acaban embotellados en el ¨¢rea y esperando un bal¨®n que caiga del cielo. Este retrato se ve a diario en el Camp Nou, donde los pases en vertical se acogen como regalos.

Casi en la reserva la opci¨®n de Overmars -de ser la carta que jug¨® el Bar?a en el Bernabeu pas¨® el mi¨¦rcoles, ante el Liverpool, a la grada-, el tridente manda en el campo y ha dejado las migajas para sus compa?eros: Gabri, con tres goles; Puyol, Xavi y Rochemback, con dos, y otros cinco, con uno. Toda la realidad queda a expensas del ciclot¨ªmico Kluivert -igual mete un d¨ªa tres goles que se queda dos a cero-, de la piller¨ªa de Saviola y, sobre todo, de Rivaldo, que, maltratado y apesadumbrado por las lesiones, muestra este a?o -no golea desde hace mes y medio- su perfil m¨¢s bajo desde que lleg¨® al Bar?a.