El acero europeo se rebela ante EE UU
Los productores temen que las barreras arancelarias estadounidenses hagan caer los precios en Europa
Los productores europeos de acero est¨¢n a la defensiva. Mantienen, de la mano de la Comisi¨®n Europea, que las barreras arancelarias de EE UU son ilegales, y preparan las contramedidas. Si ¨¦stas no llegan, se enfrentan a una ca¨ªda de los precios de los productos afectados. Tras el conflicto comercial con EE UU se esconde la necesaria reestructuraci¨®n del sector estadounidense.
La industria europea prev¨¦ el establecimiento de cuotas de importaci¨®n para los productos afectados por los aranceles
Mientras las importaciones en EEUU han ca¨ªdo un 20% en 2000, en la UE se han multiplicado por cuatro en cuatro a?os
La guerra del acero entre EE UU y el mundo tiene detr¨¢s un problema estructural: la necesaria transformaci¨®n de un sector excesivamente atomizado. Los 10 primeros fabricantes mundiales del autom¨®vil controlan el 95% del mercado; los 10 primeros fabricantes de electrodom¨¦sticos el 80% del mercado; y las 10 primeras firmas del acero tan s¨®lo el 30% del mercado mundial. Mientras la industria de la Uni¨®n Europea ha vivido un largo proceso de transformaci¨®n en los ¨²ltimos 20 a?os, que la ha redimensionado y la ha hecho competitiva, la estadounidense tiene en gran parte los deberes por hacer. Pr¨¢cticamente la mitad del sector se encuentra en una situaci¨®n cuanto menos dif¨ªcil.
Las medidas de protecci¨®n anunciadas por la Administraci¨®n de George Bush, que establecen aranceles de hasta un 30% en tres a?os (v¨¦ase gr¨¢fico) se escudan en el da?o que la importaciones han hecho a su industria. Sin embargo, entre 2000 y 2001 han ca¨ªdo en m¨¢s de un 20%. Frente a esta ca¨ªda las importaciones europeas, de acuerdo con Eurofer (Confederaci¨®n Europea de Industrias del Hierro y el Acero), se han multiplicado por cuatro en cuatro a?os y los precios ha mantenido una senda bajista continua. La diferencia estriba en que Europa tiene un sector restructurado frente al de EE UU con el cambio pendiente.
Un ejemplo de transformaci¨®n es el vivido por la industria espa?ola. La vieja siderurgia, ligada al sector p¨²blico (Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya), dio paso a Corporaci¨®n Sider¨²rgica, y en su privatizaci¨®n, a Aceralia y a la entrada en un grupo internacional de la mano de la luxemburguesa Arbed. El ¨²ltimo paso en ese camino de modernizaci¨®n y toma de dimensi¨®n se tom¨® el pasado a?o cuando se decidi¨® la creaci¨®n de Arcelor, la primera siderurgia mundial, por la integraci¨®n de Aceralia, Arbed y la francesa Usinor.
Ya el pasado diciembre en Luxemburgo, uno de los dos copresidente de Arcelor, Francis Mer, advert¨ªa de los riesgos de no pensar en un mercado mundial. As¨ª, ped¨ªa a la Uni¨®n Europea que actuara para evitar medidas contrarias al libre mercado. Aquella petici¨®n en alto era un anticipo de lo que ya se esperaba en la industria europea. La siderugia estadounidense estaba presionando a su presidente para que estableciera un sistema de protecci¨®n y el sistema ha llegado.
La decisi¨®n de Bush del pasado 5 de marzo recibi¨® los aplausos del American Iron and Steel Institute, que re¨¢ne al sector en este pa¨ªs. Justific¨® que la decisi¨®n no vulneraba el libre comercio y que servir¨ªa para apoyar a una industria estrat¨¦gica en problemas por las importaciones de terceros pa¨ªses. EE UU entiende que la medida servir¨¢ para 'reestructurar su industria, reducir su capacidad e incrementar su productividad'. Al mismo tiempo reconoce que aproximadamente el 30% de su industria sider¨²rgica est¨¢ en bancarrota.
Sin euforia
En los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y entre sus productores la noticia no se recibi¨® con la misma euforia. Por un lado, desde Eurofer se considera que no est¨¢ justificada y no se ampara en las excepciones de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, ya que no existe una amenaza real de las exportaciones. As¨ª, apuntan que siempre que EE UU han buscado esta justificaci¨®n han perdido y que esta vez 'no ser¨¢ una excepci¨®n'. Pero asumen que el proceso de decisi¨®n es lento en la OMC, puede llevar dos a?os, y que el da?o est¨¢ hecho.
Por otro lado, Eurofer no cree que las medidas proteccionistas vayan a mejorar la situaci¨®n de una industria en crisis. Es m¨¢s, entienden que van a ser negativas para el sector. Consideran que la industria que ya es competitiva saldr¨¢ reforzada y se beneficiar¨¢ de una subida de precios y que los sectores consumidores de acero ver¨¢n c¨®mo se encarece toda la cadena productiva (automoci¨®n, electrodom¨¦sticos, construcci¨®n...).
El impacto directo que las medidas arancelarias de EE UU pueden tener en los productores en principio no es muy elevado. Desde la Comisi¨®n Europea se ha estimado que podr¨ªa alcanzar los 2.500 millones de euros. Afecta directamente a 6 millones de toneladas de acero. La cantidad no es muy significativa si se piensa que en Europa se producen 160 millones de toneladas de acero bruto. El problema es que los productos afectados son de gran valor a?adido.
Pero m¨¢s all¨¢ del efecto econ¨®mico directo, est¨¢ el indirecto. Los aranceles estadounidense van a impedir que muchos productos de otras zonas del mundo, especialmente de Asia (China y Korea) puedan ser vendidos en ese mercado. As¨ª, en los productos afectados por los aranceles va a darse una sobrecapacidad y se intentar¨¢n colocar en otros mercados, especialmente el europeo. Este temor es el que ha llevado a los productores a refugiarse en la Comisi¨®n Europea y a pedir a su vez un sistema de salvaguarda o protecci¨®n.
Los sistemas de protecci¨®n, seg¨²n la industria del acero europea, no deben impedir que las conversaciones multilaterales para redimensionar el sector sigan su curso. Un portavoz de Arcelor manifestaba desde Luxemburgo la necesidad de que los Gobiernos contin¨²en el proceso abierto en el seno de la OCDE para reducir capacidad productiva. Esta misma tesis negociadora es la que se mantiene desde el International Iron and Steel Institution, una suerte de organizaci¨®n mundial de productores. Su portavoz aseguraba que los 'aranceles no son buenos' y que 'las regulaciones nacidas de la negociaci¨®n son mejores que la intervenci¨®n de los Gobiernos'. En cualquier caso, aunque consideran que es a¨²n pronto para saber c¨®mo van a afectar los aranceles, s¨ª que creen que los precios pueden caer en algunos productos y se alegran de que las medidas de Bush no sean tan amplias como hab¨ªa solicitado la industria local.
Pero los productores europeos y la Comisi¨®n Europea no quieren esperar. Casi con toda certeza las contramedidas de protecci¨®n europeas estar¨¢n listas a finales de mes. As¨ª lo acordaron la pasada semana en Londr¨¦s en un encuentro los m¨¢ximos responsables de las empresas europeas y los comisarios de Industria, Erkki Liikanen, y de Comercio, Pascal Lamy. Desde la industria se asegura que las medidas de protecci¨®n cumplir¨¢n todos los requisitos de la OCM. Solamente se establecer¨¢n salvaguardas para los productos afectados por los aranceles de EE UU.
Sistema de cuotas
En cualquier caso, se prev¨¦ alg¨²n tipo de arancel, pero fundamentalmente cuotas que mantengan las importaciones europeas de los productos afectados por las medidas estadounidenses en los mismos niveles existentes. Los productores rechazan frontalmente que sus medidas respondan a una carrera proteccionista y defienden que lo ideal ser¨ªa que no hubiera ning¨²n tipo de protecci¨®n.
Desde Eurofer se entiende que Bush 'despu¨¦s de pensarlo bien, ha escogido privilegiar los asuntos de pol¨ªtica interna frente a los compromisos internacionales'. As¨ª, creen que la reestructuraci¨®n es 'dif¨ªcil' y que solamente se est¨¢ aplazando el problema.
Los efectos en el mercado espa?ol estan relativamente repartidos. Hay empresas a las que no les afecta, como Acerinox, Tubos Reunidos o Tubacex, y otras que s¨ª, como Aceralia, hoy integrada en Arcelor, o Sidenor, primer fabricante espa?ol de aceros especiales. Se dan casos, como el de Sidenor, que llevan a?os intentando lograr su implantaci¨®n productiva en EE UU, algo que es bastante dif¨ªcil por la negativa del sindicato del acero de este pa¨ªs a que las empresas pasen a manos extranjeras. As¨ª las cosas, en el sector hay quien piensa que el futuro exige la implantaci¨®n directa.
El conglomerado germano
ThyssenKrupp Stahl, el sexto productor mundial de acero y el tercer europeo, es una divisi¨®n de un conglomerado industrial alem¨¢n. El representante en el mundo del acero del poder econ¨®mico del gigante centroeuropeo se siente fundamentalmente 'decepcionado'. El efecto directo sobre sus ventas no es muy elevado, no llega al 1% o 2%, 200 millones de euros, seg¨²n la propia empresa. La decepci¨®n llega, de acuerdo con su principal ejecutivo, doctor Middelmann, porque la Administraci¨®n de George Bush no ha hecho caso a la industria demandante de acero de su pa¨ªs, sino a la sider¨²rgica. Thyssen en ning¨²n caso quiere perder su mercado en EE UU y se ha puesto ya en contacto con sus principales clientes para discutir bajo qu¨¦ condiciones se puede mantener el suministro. 'El presidente Bush ha tomado una decisi¨®n que representa un serio problema econ¨®mico para los productores de acero europeos. Prevemos que Europa, al ser un mercado muy liberalizado, va a tener un avalancha de productos, lo que podr¨ªa poner en peligro el proceso de estabilidad que se est¨¢ imponiendo en la econom¨ªa y en el mercado del acero', asegura Middelmann.
El peso de la libra
Corus es el segundo productor europeo de acero y el quinto mundial. En 1999 naci¨® de la fusi¨®n de British Steel y Koninklijke Hoogovens. Sus esperanzas descansan ahora en las medidas que la Comisi¨®n Europea pueda llevar adelante para contrarrestar las acciones de EE UU. 'La Comisi¨®n est¨¢ trabajando hombro con hombro con las compa?¨ªas', asegura Mike Hitchcock, portavoz de la empresa. Su preocupaci¨®n es similar a la del resto de los fabricantes europeos, pero mantiene una diferencia esencial: mientras en el continente se trabaja en euros, en la isla se hace en libras esterlinas. 'Para nosotros es m¨¢s duro por la fortaleza de la libra y nuestro Gobierno lo sabe. Pensamos que el euro deber¨ªa ser m¨¢s fuerte y la libra m¨¢s d¨¦bil para beneficiar a las exportaciones. Habr¨¢ que ver qu¨¦ pasa', se?ala Hitchcock. Tras lamentarse del impacto que las medidas pueden tener en los precios en Europa, en Corus insisten en que la Comisi¨®n Europea no puede perderse en cuestiones t¨¦cnicas y debe acelerar la puesta en marcha de las medidas de protecci¨®n. El efecto directo sobre sus ventas es mayor que en sus dos principales competidores europeos y llega al 4,1% de las ventas.
El temor del m¨¢s grande
Arcelor se enfrenta a su primera crisis internacional como primer productor mundial reci¨¦n estrenada en los mercados tras la fusi¨®n entre la francesa Usinor, la luxemburguesa Arbed y la espa?ola Aceralia. Los efectos directos que la actuaci¨®n de EE UU van a tener sobre su producto no son muy intensos, ya que las ventas a este pa¨ªs representan el 2% del total. Es m¨¢s, reconocen que las exportaciones hacia ese mercado estaban en regresi¨®n. Sin embargo, son tan beligerantes como los dem¨¢s. Su fusi¨®n es el ejemplo claro de la reestructuraci¨®n de la siderurgia europea. Las viejas estructuras de Francia, Luxemburgo y Espa?a unidas para incrementar su acci¨®n y poder seguir al cliente en todo el mundo. As¨ª, mantiene un acuerdo comercial con la japonesa Nippon Steel, segundo productor mundial. Tiene una posici¨®n de dominio, pero no es aplastante: controla el 60% del mercado de la UE y s¨®lo el 6% del mercado mundial. Su principal inquietud son los efectos indirectos, el precio. 'La Uni¨®n Europea es un mercado muy liberalizado y la medida nos puede causar problemas', asegura P. Sailer, portavoz de la empresa, quien recuerda que Estados Unidos sigue necesitando acero que no produce.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Corus
- Importaciones
- Tasas
- Industria acero
- Thyssen Krupp Ag
- Arcelor
- Competencia
- Comercio internacional
- Cuenta resultados
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica exterior
- Sector metal
- Comercio exterior
- Uni¨®n Europea
- Empleo
- Organizaciones internacionales
- Tributos
- Finanzas p¨²blicas
- Empresas
- Relaciones exteriores
- Trabajo
- Industria
- Finanzas
- Econom¨ªa
- Comercio