Nueva esperanza
El Congreso del Partido Socialista de Euskadi eligi¨® ayer al l¨ªder encargado de llevar adelante la l¨ªnea pol¨ªtica que se aprobar¨¢ hoy. Gan¨® Patxi L¨®pez, secretario general de los socialistas vizca¨ªnos y el de perfil menos definido de los tres candidatos. Venci¨® holgadamente, con el 57% de los votos, lo que significa que una mayor¨ªa conf¨ªa en ¨¦l para cerrar las heridas abiertas en el socialismo vasco por la derrota electoral de mayo pasado y la posterior dimisi¨®n de Nicol¨¢s Redondo.
La v¨ªspera del inicio del congreso, uno de los candidatos, Carlos Totorika, se mostr¨® claramente favorable a la reforma legal tendente a hacer posible la ilegalizaci¨®n de Batasuna; Gemma Zabaleta, la tercera en liza, se manifest¨® en contra. Patxi L¨®pez expres¨® sus dudas al respecto; no estaba en contra, pero dudaba de su oportunidad y eficacia. Seguramente muchos socialistas vascos comparten esas dudas. Sin embargo, el sector representado por Totorika ha defendido la idea de que ha llegado el momento de dejar de dudar, no s¨®lo sobre ese punto, sino sobre la actitud en general ante el nacionalismo; de defender abiertamente una pol¨ªtica de alternativa con todas las consecuencias, incluyendo la pol¨ªtica de alianzas que se deduce de ello.
Los delegados han rechazado, por amplio margen, una definici¨®n neta de ese tipo, respaldando la opini¨®n expresada por Ram¨®n J¨¢uregui nada m¨¢s tomar posesi¨®n como presidente de la gestora que ha dirigido el partido desde la dimisi¨®n de Redondo: que hab¨ªa que impedir una decantaci¨®n demasiado cortante que rompiera el partido en dos. Los delegados han preferido un partido menos definido, con la esperanza de que ello favorezca la sutura de las heridas. A ello ha contribuido seguramente el retraso de los redondistas en presentar a su propio candidato, y cierta dificultad por su parte para contrarrestar la fuerte desconfianza hacia cualquier pacto con el PP.
Pero la victoria de L¨®pez es tambi¨¦n el resultado de un pacto interno entre el sector de Eguiguren, que lleva a?os teorizando la necesidad de una alianza estrat¨¦gica con el nacionalismo, y el del propio secretario de los socialistas vizca¨ªnos, que ha rechazado las iniciativas m¨¢s extremas de sus aliados, pero sin plantear otras claramente diferenciadas. Ha insistido en la necesidad de tender puentes hacia el nacionalismo, y de acabar con lo que ha denominado pol¨ªtica de trincheras. Pero en su discurso ante el congreso, y en sus primeras declaraciones tras su elecci¨®n, ha tenido inter¨¦s en dejar claras dos ideas: su postura 'exigente' ante el nacionalismo, y que actualmente, a la vista de las actitudes del partido de Arzalluz, no hay posibilidad de coincidencia m¨¢s all¨¢ de la de todos los dem¨®cratas contra ETA.
Con su amplia victoria, Patxi L¨®pez se ha ganado el derecho a dirigir el partido y a demostrar que es compatible tender puentes al PNV para atraerle al autonomismo y al frente contra ETA sin por ello dejar de ser exigente con ¨¦l. Es decir, sin ofrecerle pactos que completen mayor¨ªas. Esa pol¨ªtica pasar¨¢ por una doble prueba: la receptividad del PNV ante la misma y las elecciones municipales del a?o pr¨®ximo. Sobre lo primero, existe la experiencia de Redondo, que tambi¨¦n gan¨® con un programa de tender puentes que el PNV dinamit¨® en Lizarra. Sobre lo segundo, habr¨¢ que ver el efecto sobre el electorado de la 'nueva etapa'.
Tambi¨¦n ser¨¢ una prueba para la Ejecutiva del PSOE, que ha intervenido en la crisis con regular fortuna, aunque con final esperanzador. La crisis no fue propiciada por Ferraz, sino por el propio Redondo con su dimisi¨®n por sorpresa, pero la Ejecutiva tropez¨® en su intento de inspirar una candidatura de integraci¨®n en torno a Javier Rojo, e incluso en torno a un t¨¢ndem Rojo-Totorika, hip¨®tesis defendida en un momento dado por J¨¢uregui como la que combinaba un presidente senior de confianza con un futuro candidato electoral con gancho. Tal como han rodado las cosas, sin embargo, no parece que las hip¨®tesis sobre el tir¨®n electoral hayan tenido un peso especial, primando, en cambio, la cohesi¨®n interna.
La amplitud de la victoria de L¨®pez le permitir¨¢ abrir su Ejecutiva a los derrotados. Y es de esperar que sin riesgo de que le pase lo que a Redondo. Depender¨¢ de factores dif¨ªciles de prever, muchos de ellos exteriores. Uno de ellos ser¨¢ la actitud del PP, que por boca de Jaime Mayor Oreja ya ha expresado su actitud, escasamente respetuosa con el partido con el que ha firmado el Pacto Antiterrorista. Esta elecci¨®n 'nos obliga mucho m¨¢s a reforzar nuestras convicciones y tambi¨¦n a seguir en el esfuerzo de aislar a los violentos frente a la estrategia de los que intentan aislar la pol¨ªtica del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco', ha dicho Mayor. Ojal¨¢ que Patxi L¨®pez acierte, porque es mucho lo que est¨¢ en juego y muchos los que intentar¨¢n imped¨ªrselo.
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