Manfredo Kempff mezcla los chismes con el poder en 'Margarita Hesse'
Su comedimiento como diplom¨¢tico le impide ser amigo de esos abruptos u opiniones dolientes de las que a veces hacen gala los escritores. Pero Manfredo Kempff (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1945) recurre a la literatura para verter sus dotes de observador en las novelas sat¨ªricas que escribe. Ahora aparece en Espa?a, donde Kempff es embajador de su pa¨ªs, Margarita Hesse (Alfaguara), despu¨¦s de haber contado con ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico en Bolivia. Esta novela describe la historia de una mujer que sorprende a su c¨ªrculo de amistades conservador y cerrado contando con detalles sus amores ad¨²lteros.
'No est¨¢ basada en ning¨²n hecho real', afirma el escritor, 'pero s¨ª plasma algunos acontecimientos de los que he sido testigo'. De hecho, Kempff ha escrito Margarita Hesse, que junto a Luna de locos y Sandiablo son sus tres obras publicadas, para desentra?ar los, dice, 'endebles mecanismos que a veces aguantan el poder'. Y de paso, criticar muchos de ellos, a veces de manera aguda y descarnada, aunque no sea un fan¨¢tico de la literatura de compromiso: 'Creo que tan importante como la denuncia es el entretenimiento', confiesa.
Sobre todo en lo referente a un mal que ¨¦l considera el m¨¢s preocupante en los pa¨ªses de su entorno: 'La corrupci¨®n', afirma. 'Cuando ya hemos superado la amenaza de los levantamientos militares, la falta de limpieza en nuestros asuntos p¨²blicos se ha convertido en uno de nuestros mayores problemas'. Cuando se le pide que personifique o ponga ejemplos concretos, Kempff desenvaina sus credenciales: 'No puedo hacerlo, comprenda usted que represento a mi pa¨ªs', esgrime de manera muy convincente y con la mejor de sus sonrisas.
Ser diplom¨¢tico en Am¨¦rica Latina es una buena forma de dedicarse a la literatura. 'Hay una gran tradici¨®n de escritores en la carrera diplom¨¢tica, desde Pablo Neruda a Jorge Edwards, pasando por Carlos Fuentes, han existido grandes ejemplos', dice Kempff. 'Supongo que es porque tenemos que escribir bien. Debemos mandar informes diarios y para eso en la escuela nos exigen un alto nivel de escritura que nosotros cultivamos toda la vida', comenta. 'Y tambi¨¦n porque desarrollamos mucho nuestra capacidad de observaci¨®n'.
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