Un postre para el mal sabor de boca

Los matrimonios y los embarazos son dos de los m¨¢s angustiosos s¨ªntomas de desesperaci¨®n narrativa en una telecomedia o una serie de televisi¨®n: cuando no queda nada m¨¢s a lo que recurrir, una buena boda o un mal parto pueden dar un ¨²ltimo aliento al producto. Como norma general, cuando este recurso de telenovela se aplica a una comedia el resultado se mueve entre lo vergonzoso y lo pat¨¦tico. En cambio, Friends -que ahora descansa en Canal +- apunta un m¨¦rito m¨¢s a los muchos de su historia al haber sabido renacer con bodas y embarazos cuando se daba por firmado su certificado de defunci¨®n.

El p¨²blico de Estados Unidos est¨¢ repentinamente volcado en esta serie sobre seis neoyorquinos supuestamente j¨®venes. Los actores acaban de firmar un contrato que convertir¨¢ cada minuto de la pr¨®xima y ¨²ltima temporada de Friends en los 60 segundos m¨¢s caros de la historia de la televisi¨®n. Cada uno de ellos facturar¨¢ un mill¨®n de d¨®lares (1,15 millones de euros) por cap¨ªtulo, hasta un total de 24 episodios -y millones- al final de la temporada. La NBC pagar¨¢ a la productora de la telecomedia, Warner Bros., casi siete millones de d¨®lares por cada episodio de 22 minutos de duraci¨®n. Se calcula que los casi 200 episodios de Friends grabados hasta ahora han generado ya en torno a 1.000 millones de d¨®lares en beneficios.

La serie propone 'una Nueva York en la que los atentados nunca han ocurrido', asegura un experto

Este a?o, 25 millones de estadounidenses dan a la NBC su mejor resultado semanal de audiencia cada jueves a las 20.00 con esta serie. Por si a Friends le faltaba ¨¦xito, los ¨²ltimos episodios han contado con estrellas invitadas del tama?o de Sean Penn o Brad Pitt. ?C¨®mo ha logrado Friends superar su propio ¨¦xito ocho a?os despu¨¦s de su estreno, cuando deber¨ªa entrar en una espiral de declive o en una parodia de s¨ª mismo? La prensa de EE UU, que otorga a la televisi¨®n el valor sociol¨®gico que merece en este pa¨ªs, debate en art¨ªculos sesudos los m¨¦ritos recientes de esta telecomedia.

Hay un consenso general sobre el valor de lo que alguien denomin¨® 'factor familiaridad': Friends empez¨® su octava temporada cuando EE UU estaba en plena conmoci¨®n por los atentados del 11 de septiembre. El p¨²blico se aferr¨® a la cordialidad de caras conocidas capaces de devolver a los espectadores a una normalidad ficticia.

Lisa de Moraes, columnista de televisi¨®n en The Washington Post, cuenta a EL PA?S que los ejecutivos de las televisiones llegaron a acu?ar una definici¨®n para ese inter¨¦s s¨²bito por las comedias cl¨¢sicas: 'Lo llamaron 'programaci¨®n de alivio'. Los espectadores se volcaron en las series confortables y familiares. Por eso Friends es este a?o la telecomedia que m¨¢s ha crecido en t¨¦rminos de audiencia y popularidad, lo cual es sumamente inusual para una serie que est¨¢ en su octava temporada', asegura De Moraes.

Friends ofrec¨ªa una Nueva York irreal pero ideal a quienes ten¨ªan en su retina la imagen de la tragedia terrorista. La telecomedia se convirti¨® en 'una especie de postre capaz de limpiar el mal sabor de boca', cuenta Robert Thompson, catedr¨¢tico de Estudios de Televisi¨®n en la Universidad de Syracuse. 'La Nueva York de Friends es escapista. Es una ciudad en la que los j¨®venes se pueden permitir apartamentos inmensos, en la que se puede dejar abierta la puerta sin que entren a robarte y en la que aparentemente se puede vivir sin trabajar. Pero por encima de todo Friends proporciona una Nueva York en la que los atentados nunca han ocurrido', dice Thompson.

Friends tiene varias virtudes desde su nacimiento, como su capacidad para mantener viva cualquier trama sin designar a un protagonista concreto o su habilidad en extender la telecomedia m¨¢s all¨¢ de los n¨²cleos convencionales (la familia o el lugar de trabajo). Pero, por encima de todo, Friends incorpor¨® tramas adultas a un formato hist¨®ricamente familiar. De alg¨²n modo, ha liberalizado al espectador medio de EE UU. El p¨²blico ha aceptado sin reparos las relaciones extraconyugales, la paternidad fuera del matrimonio o incluso una cierta promiscuidad.

Ahora, una de las chicas se ha casado con uno de los chicos, otra est¨¢ embarazada de otro de ellos, pero es el tercero de los varones el que est¨¢ enamorado de ella. 'Cualquier otra serie habr¨ªa muerto con estas tramas igual que Murphy Brown nunca pudo superar la maternidad de la protagonista', dice el cr¨ªtico del Post. Varios de los actores est¨¢n al borde de los cuarenta y alguno se ti?e las canas. El contrato establece que la pr¨®xima sea, sin vuelta atr¨¢s, la ¨²ltima temporada.