?Importan los palestinos?
'Siempre hay un pueblo de m¨¢s sobre la Tierra', escrib¨ªa m¨¢s de dos d¨¦cadas atr¨¢s Wladimir Rab¨ª, refiri¨¦ndose a los jud¨ªos durante una parte de este siglo, y a los millones de refugiados palestinos que en esos a?os nadie quer¨ªa, y nadie quiere. La tragedia es que el palestino se haya convertido en ese 'pueblo que sobra' (y el siguiente puede ser el kurdo). ?Importa la suerte de los palestinos? En t¨¦rminos morales, por supuesto.
Israel sabe, por la de 1973, que puede ganar militarmente una guerra y perderla pol¨ªticamente. Moral y pol¨ªticamente, de la mano de Sharon, Israel est¨¢ perdiendo la partida justo cuando el mundo ¨¢rabe estaba, finalmente, dispuesto a aceptar su derecho a existir. Israel, que saca su legitimidad del holocausto, est¨¢ aplicando m¨¦todos no tan dispares de los perseguidores nazis y otros. Conminar por altavoces en Ramala a salir a los varones de 15 a 50 a?os tiene un resabio de los pogromos centroeuropeos contra los jud¨ªos.
La justicia belga est¨¢ examinando si es aplicable contra Sharon la ley nacional, con jurisdicci¨®n universal, por la participaci¨®n del ahora primer ministro en las matanzas en los campos de Sabra y Chatila en 1982. Est¨¢ a punto de entrar en vigor el tratado que crea la Corte Penal Internacional -el 11 de abril se proclamar¨¢ la ratificaci¨®n de los, al menos, 60 Estados necesarios-, con lo que, al no tener car¨¢cter retroactivo, todo crimen contra la Humanidad, de genocidio, de guerra o de agresi¨®n, empieza a contar a partir del 1 de julio, aunque el Tribunal como tal no est¨¦ en condiciones de funcionar hasta casi un a?o despu¨¦s. Si Israel sigue con su actual pol¨ªtica, los palestinos podr¨ªan intentar acusar a Sharon y a su Gobierno no de genocidio, pero s¨ª de cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad, aunque, al no ser Israel parte ni pedirlo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pocos efectos pr¨¢cticos tendr¨ªa tal acusaci¨®n.
?Importan los palestinos? La cumbre de la Liga ?rabe en Beirut ha reflejado que, para los ¨¢rabes, no tanto, aunque Sharon hace todo lo posible para que importen. Para la Administraci¨®n polif¨®nica de Bush, tampoco mucho. Parecen pesar m¨¢s los votos jud¨ªos en EE UU y, tras el 11-S, la lucha global contra el terrorismo. ?Qu¨¦ ceguera! Durante unos a?os, ante el proceso de paz y con algunas medidas, el terrorismo palestino, tanto dentro como fuera de Israel, hab¨ªa remitido. Ha regresado en zonas de Israel que los terroristas no hab¨ªan atacado anteriormente de la mano de grupos capaces de matar muriendo, sin importarles nada lo que piensen los ¨¢rabes, como han demostrado estos d¨ªas. Si la situaci¨®n se agrava, el terrorismo palestino puede, de nuevo, internacionalizarse con caracter¨ªsticas m¨¢s brutales. Crece as¨ª el peligro de que el conflicto entre israel¨ªes y palestinos, si se vuelve irreversible, genere una nueva ola terrorista y desestabilice la regi¨®n y m¨¢s all¨¢. Aunque s¨®lo fuera por este inter¨¦s pragm¨¢tico, los palestinos importan, pero la comunidad internacional, aunque hable, mira para otro lado, a pesar o a causa, del 11-S.
En general, la pol¨ªtica occidental en Oriente Pr¨®ximo no ha sido muy racional. La mejor descripci¨®n hist¨®rica de c¨®mo ministerios diferentes en Londres siguieron pol¨ªticas divergentes la ha dado David Fromkin en su obra adecuadamente titulada Una paz para acabar con toda paz, pues mucho en Oriente Pr¨®ximo gira en torno a una contradicci¨®n: la de que el petr¨®leo sobre el que a¨²n funciona Occidente est¨¢ en las mismas tierras que los lugares santos del islam como La Meca y Medina, en el caso de Arabia Saud¨ª, por no hablar del mejunje de Jerusal¨¦n. Pero si hasta los cristianos llegaron a un complejo acuerdo para custodiar los supuestos santos lugares, israel¨ªes y palestinos tambi¨¦n deber¨ªan poder hacerlo. La gran oportunidad que ha perdido Israel es la oferta ¨¢rabe de existir e integrarse en Oriente Pr¨®ximo. Quiz¨¢s la nueva multiculturalidad israel¨ª le impide aceptar ese destino.
aortega@elpais.es
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