Dos guerras palestino-israel¨ªes
En esta regi¨®n han estallado dos guerras entre palestinos e israel¨ªes. Una es la guerra de la naci¨®n palestina para liberarse de la ocupaci¨®n y por el derecho a ser un Estado independiente. Cualquier persona decente debe apoyar esta causa. La segunda guerra es la que libra el islam fan¨¢tico, desde Ir¨¢n hasta Gaza y desde L¨ªbano hasta Ramala, para destruir a Israel y expulsar a los jud¨ªos de su tierra. Cualquier persona decente debe aborrecer esta causa.
Yasir Arafat y sus hombres llevan a cabo ambas guerras al mismo tiempo, con la pretensi¨®n de que son la misma. Los terroristas suicidas, desde luego, no hacen distinciones. Gran parte de la perplejidad del mundo a prop¨®sito de Oriente Pr¨®ximo, gran parte de la confusi¨®n entre los propios israel¨ªes, nacen de la superposici¨®n de estas dos guerras. Las personas decentes que buscan la paz, tanto en Israel como en otros lugares, se ven arrastradas con frecuencia a posiciones simplistas. O bien defienden que Israel prosiga con la ocupaci¨®n de Cisjordania y Gaza y afirman que el pa¨ªs ha sido blanco de la guerra santa musulmana desde su fundaci¨®n, en 1948, o bien critican a Israel porque dicen que la ocupaci¨®n es lo ¨²nico que impide tener una paz justa y duradera. Un argumento simplista permite a los palestinos matar a todos los israel¨ªes bas¨¢ndose en su derecho a resistir contra la ocupaci¨®n. Un argumento contrario, pero igualmente simplista, permite a los israel¨ªes oprimir a todos los palestinos porque se ha emprendido una yihad isl¨¢mica abierta contra ellos.
En esta regi¨®n se libran dos guerras. Una es una guerra justa, la otra es injusta e in¨²til
En esta regi¨®n se libran dos guerras. Una es una guerra justa, la otra es injusta e in¨²til.
Israel debe abandonar la guerra en los territorios palestinos. Debe comenzar el fin de la ocupaci¨®n y evacuar los asentamientos jud¨ªos que se han erigido deliberadamente en el coraz¨®n de las tierras palestinas. Es preciso trazar fronteras -si es necesario, unilateralmente-, que tengan en cuenta la l¨®gica de la demograf¨ªa y la obligaci¨®n moral de dejar de gobernar sobre una poblaci¨®n hostil.
Ahora bien, ?el fin de la ocupaci¨®n terminar¨ªa con la guerra santa musulmana contra Israel? Es dif¨ªcil de predecir. Si la yihad llega a su fin, ambos bandos podr¨ªan sentarse a negociar la paz. Si no, tendr¨ªamos que sellar y fortificar la frontera l¨®gica de Israel, la frontera demogr¨¢fica, y seguir luchando por nuestras vidas contra el fanatismo musulm¨¢n.
Si, a pesar de las opiniones simplistas, el fin de la ocupaci¨®n no produce la paz, al menos s¨®lo tendremos una guerra que librar en vez de dos. No una guerra por nuestra plena ocupaci¨®n de la Tierra Santa, sino una guerra por nuestro derecho a vivir en un Estado jud¨ªo libre y soberano, situado en parte de esa tierra. Una guerra justa, sin alternativas. Una guerra que ganaremos. Como cualquier pueblo que se ha visto forzado a luchar por su hogar, su libertad y su vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.