Sue?o y pesadilla de Am¨¦rica
Frank Darabont sigue -apoyado en la trama, muy bien urdida, de un habil¨ªsimo gui¨®n de Michael Sloane- abri¨¦ndose camino como relator de milagros de este mundo. Milagros de este mundo son sus paseos sentimentales sobre miserias humanas que rozan la gloria en Cadena perpetua y La milla verde. Son pel¨ªculas amables, solidarias, brillantes y que, aunque hablan de cosas sabidas, buscan con eficacia el punto de mira de la originalidad. Y a ratos lo encuentran.
Como lo encuentra esta The Majestic, en la que Sloane y Darabont embarcan a un Jim Carrey sin muecas, que vuelve a demostrar que, bajo el dislocado payaso que le abastece de dinero y de popularidad, hay un actor equilibrado, que se sabe de corrido el abec¨¦ de su oficio y logra dar credibilidad a un personaje tra¨ªdo por los pelos y sobre el papel poco cre¨ªble.
THE MAJESTIC
Int¨¦rpretes: Jim Carrey, Martin Landau, Laurie Holden, Amanda Datmer, Bob Balaban. Director: Frank Darabont. G¨¦nero: drama, Estados Unidos, 2002. Duraci¨®n: 153 minutos.
Lo que Sloane, Darabont y Carrey proponen en The Majestic tiene gancho. Es una visi¨®n del mito de la Arcadia americana, la dulce y esperanzada Am¨¦rica del new deal de los a?os treinta y primeros cuarenta, que cant¨® con genio Frank Capra, ahora de pronto en choque con la negra y turbia Am¨¦rica del fascismo emergente de los a?os cincuenta, tiempo de apogeo del macarthysmo. Cuenta The Majestic el extra?o caso de un guionista de aquel Hollywood que, v¨ªctima de un zarpazo de la caza de brujas del senador McCarthy huye sin destino, carretera adelante, de la gran pesadilla americana y, tras un accidente en el que pierde la memoria, sus huesos van a parar a una peque?a ciudad del interior de California en la que vive por dentro el rev¨¦s de aquella pesadilla, el sue?o americano so?ado por Capra.
Darabont echa una mirada premeditadamente agridulce, pero m¨¢s dulce que agria, al interior de la herida o la grieta, abierta y sin fondo, de ese abismo agazapado bajo la vida estadounidense de los ¨²ltimos decenios, que hace abrir c¨ªclicamente, a una sociedad en la que hay aut¨¦ntico arraigo del culto a la libertad, la espita del fascismo cotidiano y de la negaci¨®n de la libertad. La pel¨ªcula est¨¢ planeada con anterioridad al 11-S, pero, casualmente o no, las turbadoras e inquietantes consecuencias de esa fecha en la vida norteamericana, y de rebote en todo el planeta, obtienen en The Majestic un espejo y un b¨¢lsamo.
Pero el b¨¢lsamo se apodera de la pantalla, y lo que en The Majestic quiere tener de espejo de la zona oscura de la vida cotidiana y la historia reciente de Estados Unidos es arrinconado y diluido por el lado azucarado de la met¨¢fora, que va perdiendo progresivamente la acidez cr¨ªtica que deja ver en su planteamiento, para desembocar finalmente en una par¨¢bola con mensaje abiertamente conservador. De ella queda el buen sabor de boca de un reparto ancho y excelente, adem¨¢s de algunos bonitos homenajes expl¨ªcitos al Hollywood cl¨¢sico y libre, a trav¨¦s de im¨¢genes de pel¨ªculas de Elia Kazan, Vincente Minnelli y Robert Wise, adem¨¢s del homenaje impl¨ªcito al cine de Frank Capra que es toda la pel¨ªcula, que sigue al principio de cerca las huellas del maestro, pero acaba perdi¨¦ndole el rastro.
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