El Supremo reduce la pena al 'descuartizador de Mislata' en 5 a?os
El tribunal considera los hechos como homicidio porque hubo una ri?a previa
El Tribunal Supremo ha rebajado en cinco a?os, de 20 a 15, la condena a Pedro Nueda, el descuartizador de Mislata. El alto tribunal ha considerado que Nueda, que mat¨® y descuartiz¨® a su mujer embarazada de ocho meses en 1995, cuyos restos reparti¨® en varias bolsas y enterr¨® en diferentes puntos, cometi¨® un homicidio, no un asesinato, porque la pareja discuti¨® fuertemente antes de los hechos.
Los magistrados del tribunal Supremo que han visto el recurso a la sentencia de la Audiencia de Valencia que conden¨® a Pedro Nueda a 20 a?os de c¨¢rcel por asesinato y aborto no han corregido una coma de los hechos probados. Nueda, el 6 de octubre de 1995, con 23 a?os, discuti¨® con su mujer, de 24 a?os, la agarr¨® por el cuello hasta que desvaneci¨® asfixiada, la remat¨® estrangul¨¢ndola, se fue a trabajar y a su regreso introdujo el cad¨¢ver en la ba?era, lo descuartiz¨®, reparti¨® los restos en varias bolsas y las enterr¨® en diferentes puntos. Pero esos hechos han tenido un valor diferente para el Supremo.
Seg¨²n consta en la sentencia notificada ayer, entiende el alto tribunal que Pedro Nueda ten¨ªa la voluntad de matar a su mujer, hecho que necesariamente provocar¨ªa la muerte del beb¨¦ que esperaba. Es decir, que un hecho es consecuencia de otro. Adem¨¢s entiende que fue un homicidio porque antes de los hechos hubo entre la pareja una fuerte ri?a y, por tanto, no hay elemento sorpresa en la agresi¨®n. Al condenado corresponder¨ªa as¨ª una pena de 12 a?os y medio. El Supremo suma a esa condena dos agravantes: la de parentesco y la de superioridad. Con ellas, el alto tribunal entiende que hubo una alevos¨ªa menor en la acci¨®n.
Es por ello que corrige a la baja la condena, porque entiende que no fue un asesinato y que el aborto no ser¨ªa un delito independiente (que estar¨ªa penado con ocho a?os). En la sentencia el Supremo reconoce que no es 'pac¨ªfica' la postura sobre si esa otra muerte debe o no entenderse como consecuencia de la primera.
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