Conflicto en el 'Metro' de Par¨ªs
Una juez cuestiona las condiciones de la prensa gratuita en Francia
La irrupci¨®n de la prensa gratuita en Par¨ªs, de la mano de grupos escandinavos, demuestra otra vez por qu¨¦ Francia es el pa¨ªs de las excepciones. No hay otro en el mundo en el que el intento de romper el consenso sobre las condiciones de trabajo y de distribuci¨®n de la prensa se haya visto contestado con tanta fuerza.
Una sucesi¨®n de violencias ha golpeado a las imprentas y a los repartidores de los t¨ªtulos gratuitos, pero la detenci¨®n de dos de estos ¨²ltimos, parad¨®jicamente, ha llevado a una juez a procesar a tres responsables en Francia de Metro, el grupo sueco que edita el t¨ªtulo del mismo nombre.
El problema es la desigualdad de condiciones entre la prensa de pago y la nueva prensa gratuita. En nombre de la libertad de mercado, Metro ha intentado saltarse la regla de producir sus ejemplares bajo las normas laborales que constri?en a los dem¨¢s, lo cual ha sido contestado por el Sindicato del Libro-CGT con una ofensiva en toda regla. La otra transgresi¨®n es el sistema de distribuci¨®n: mientras la prensa de pago pasa por el aro de un reparto conjunto, a trav¨¦s de la cooperativa Nuevas Mensajer¨ªas de Prensa, la empresa de Metro ha sorteado este canal, utilizando sus propios repartidores.
Si la situaci¨®n no fuera tan conflictiva, nadie se habr¨ªa enterado de que los repartidores son estudiantes y empleados eventuales, una parte de ellos extranjeros en situaci¨®n irregular. A partir de esa constataci¨®n, la Gendarmer¨ªa registr¨® las oficinas de Metro y detuvo a su presidente, Jan var der Marel, de nacionalidad holandesa, as¨ª como al director financiero, Philippe Bloch, y al consejero Charalombos Lingris, griego. Los tres permanecieron detenidos 24 horas antes de ser presentados a la juez, que les puso en libertad, tras procesarles por contrataci¨®n ilegal y por emplear a 'extranjeros desprovistos de permiso de trabajo'.
El abogado de los tres directivos considera 'excesiva' la detenci¨®n de sus clientes para una imputaci¨®n de ese tipo. Recuerda, adem¨¢s, que existe otra denuncia por los ataques de grupos de sindicalistas contra los repartidores del peri¨®dico. Pero adem¨¢s ha negado toda relaci¨®n de Metro con las presuntas irregularidades de los repartidores, porque ¨¦stos corresponden a una subcontrata que, tal vez, habr¨ªa 'abusado' de la editora de Metro.
El diario apareci¨® en Par¨ªs, por sorpresa, el 18 de febrero. El t¨ªtulo se imprime en Luxemburgo y los ejemplares son trasladados cada noche en camiones. Tras un boicoteo sistem¨¢tico por parte del Sindicato del Libro, la editora ha aceptado imprimirlo en los talleres de France Soir, cerca de Par¨ªs, y, por tanto, bajo las condiciones laborales previstas en el sector. Pero la situaci¨®n del gratuito no se ha normalizado, porque est¨¢ sin decidir si el nuevo peri¨®dico deber¨ªa emprender el circuito cl¨¢sico de distribuci¨®n de la prensa parisiense o continuar con el sistema de repartidores, sean propios o 'subcontratados'.
El conflicto oculta la existencia de expectativas considerables detr¨¢s del lanzamiento de los t¨ªtulos gratuitos. As¨ª, el grupo de prensa regional Ouest-France imprime ya la versi¨®n marsellesa de Metro y est¨¢ dispuesto a acoger otras, bajo la idea de que los gratuitos terminar¨¢n instal¨¢ndose en todas las grandes ciudades. Directivos del grupo publicitario Carat, por su parte, defienden el derecho a existir de los gratuitos, cuya econom¨ªa se basa en no cobrar al lector y financiarse por medio de la publicidad.
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