Por un Algar limpio

Jueves Santo. Algunos turistas pueden ver como, a pesar del fuerte viento de levante, aproximadamente cuarenta personas pintan en Altea una pancarta gigante en la desembocadura del r¨ªo Algar. El texto: No a la urbanitzaci¨® del riu: L'Algar net i viu. S¨¢bado santo. Por la ma?ana la pancarta de 60 metros fue desplegada en el puente del trenet. Domingo de resurrecci¨®n: la pancarta ya no est¨¢. Ha desaparecido por la noche. Vida ef¨ªmera la de ¨¦sta reivindicaci¨®n. Altea, pueblo que no admite opiniones discordantes, nos acusa de ser forasteros a los que defendemos el r¨ªo. No puedo sino preguntarme: ?de qui¨¦n es la tierra, de qui¨¦n la raz¨®n: del que vende su pasado a especuladores para urbanizar o del que defiende un paisaje para sus hijos e hijas, una tierra habitable para las generaciones venideras?.

Domingo por la tarde. La pancarta quiere resucitar pero no puede. Como tantos forasteros que visitan Altea, yo que vivo aqu¨ª, salgo de mona y paseo por el r¨ªo Algar. En unas naves construidas sobre dominio p¨²blico, en el lecho del r¨ªo, donde curiosamente nuestro Ayuntamiento guarda material urbano, veo la pancarta enrollada. Mis hijos, que pasean conmigo, tambi¨¦n la ven: '?Con el trabajo que nos ha costado!, si era muy bonita, ?por qu¨¦ la han quitado?'. Vivir sin raz¨®n o luchar por ella. Mis hijos han nacido en Altea, espero que luchen por nuestra tierra en cualquier lugar en el que vivan, que amen el paisaje que les acoja y que sepan escuchar el latido de la vida en cualquier pueblo o rinc¨®n, incluido el que les ve crecer sin considerarlos suyos.