La II Guerra Mundial, el horror que no cesa
Una matanza en un pueblo polaco, el papel de los alemanes y la historia militar, en tres libros
El nuevo milenio ya ha mostrado nuevas formas de horror, pero las crueldades de la II Guerra Mundial siguen ah¨ª como un gran interrogante: ?c¨®mo fue posible? La editorial Cr¨ªtica ha publicado simult¨¢neamente tres libros que abordan desde perspectivas muy diferentes la dram¨¢tica historia de aquellos tiempos. La guerra que hab¨ªa que ganar es un recorrido que analiza minuciosamente los episodios militares. No s¨®lo Hitler desentra?a el papel de los alemanes frente a la maquinaria de exterminio que gener¨® el f¨¹hrer. Vecinos, por fin, reconstruye un pogromo en un peque?o pueblo polaco.
El 10 de julio de 1941, la mitad de la poblaci¨®n de Jedwabne, un peque?o pueblo polaco, se carg¨® a la otra mitad. Lo cuenta Jan T. Gross, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas y de Estudios Europeos en la Universidad de Nueva York, en el libro Vecinos, que fue presentado esta semana en Madrid (junto a los otros dos t¨ªtulos) por Jorge M. Reverte, que ha sido el responsable del pr¨®logo.
'Jedwabne est¨¢ situado en la intersecci¨®n de dos valles fluviales. Los r¨ªos Narew y Biebrza se desbordan cada primavera y la regi¨®n es c¨¦lebre por sus pintorescos estanques, llenos de incontables variedades de aves acu¨¢ticas y de una vegetaci¨®n frondosa', escribe Gross. En ese id¨ªlico marco, conviv¨ªan en Jedwabne jud¨ªos y no jud¨ªos, y juntos hab¨ªan padecido los inevitables vaivenes que padece cualquier lugar sometido a distintas dominaciones.
Pese a determinadas tensiones y conatos de conflicto, Gross explica que jud¨ªos y no jud¨ªos hab¨ªan conseguido llevarse como buenos vecinos. Hasta ese fat¨ªdico d¨ªa de 1941, cuando casi todos los jud¨ªos de Jedwabne, unas 1.600 personas entre hombres, mujeres y ni?os, fueron aniquilados por el resto de los habitantes del pueblo. 'Fue la poblaci¨®n polaca la que los asesin¨® brutalmente, y los alemanes s¨®lo estuvieron presentes y tomaron fotograf¨ªas', recoge Gross de uno de los pocos testigos que sobrevivieron a la masacre.
Los alemanes tomaban fotograf¨ªas, 'pero tambi¨¦n es evidente que, de no haber estado ocupado el pueblo por los alemanes, los jud¨ªos de Jedwabne no habr¨ªan sido asesinados por sus vecinos', escribe Gross. A esa gran inc¨®gnita, ¨¦sa de 'los alemanes', dedica Robert Gellately, catedr¨¢tico de Historia del Holocausto en la Clark University (Estados Unidos), otro de los libros que acaba de publicar Cr¨ªtica, No s¨®lo Hitler. La Alemania nazi entre la coacci¨®n y el consenso.
La gente corriente
'El principal objeto de inter¨¦s del libro son las facetas sociales y p¨²blicas de la dictadura [de Hitler], no lo que suced¨ªa a puerta cerrada y en secreto', explica Gellately, que, en su trabajo, pretende escudri?ar hasta qu¨¦ punto sab¨ªa la gente corriente de Alemania los horrores que desencadenaron los nazis, para mostrar que 'la mayor¨ªa de ellos 'supieron lo que eran' la Gestapo, los tribunales de justicia y los campos de concentraci¨®n'. La cuesti¨®n, como ocurre tambi¨¦n en el caso del peque?o pueblo polaco, es sacudir de nuevo ese viejo interrogante. ?C¨®mo fue posible? ?Qu¨¦ mecanismos intervinieron para que tanta gente hiciera lo que hizo una se?ora alemana de clase media, que 'quer¨ªa ver solamente lo bueno' y que a lo dem¨¢s 'simplemente le daba la espalda'?, se pregunta Gellately. Y m¨¢s lejos, ?qu¨¦ resortes profundos del ser humano se tocaron y manipularon para desencadenar por doquier las m¨¢s brutales de las matanzas?
Dice Gellately: 'Hitler y sus secuaces no pretendieron acobardar a la totalidad del pueblo alem¨¢n y conseguir su sometimiento, sino que intentaron gan¨¢rselo mediante la creaci¨®n de im¨¢genes populares, ideales y fobias profundamente enraizadas en la poblaci¨®n del pa¨ªs'.
Junto a estos dos libros, Cr¨ªtica ha publicado un tercero, La guerra que hab¨ªa que ganar, de Williamson Murray (Senior Fellow en el Institute for Defense Analysis de Washington, DC) y Allan R. Millet (catedr¨¢tico de Historia Militar en la Ohio State University). 'Nos hemos concentrado en c¨®mo dirigieron las operaciones las organizaciones militares que hicieron la guerra', explican. As¨ª que han hecho una historia de la Segunda Guerra Mundial que 'examina la influencia rec¨ªproca de la estrategia y las operaciones'.
Murray y Millet creen que 'individuos situados en todos los niveles de mando tuvieron importancia'. De ah¨ª que su historia no sea s¨®lo un an¨¢lisis abstracto de lo que ocurri¨® militarmente, sino un retrato de los hombres (fuera cual fuera su nivel jer¨¢rquico) que hicieron la guerra.
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