Peleas y amor en Gomorra

Cuatro mil a?os antes de la construcci¨®n de la Gran Pir¨¢mide en Egipto, el cruel Memmon rige el destino de las tribus diseminadas por el desierto, en gran parte gracias a las predicciones de su adivina Cassandra. Sin embargo, el invencible Mathayus no s¨®lo logra quitarle el amor de Cassandra, sino apropiarse de la ciudad de Gomorra y acabar con la vida del tirano.

Con estos ingredientes, que tienen m¨¢s de un punto de contacto con la serie de producciones protagonizadas por el guerrero Conan a principios de los a?os ochenta, el director Chuck Russell hace una pel¨ªcula que parece extra¨ªda de una t¨ªpica historieta gr¨¢fica y tiene un exceso de violencia. No obstante, encierra cierto inter¨¦s por su absoluta falta de pretensiones, por el r¨¢pido ritmo de su relato, por durar tan s¨®lo 93 minutos y, muy en especial, por el trato dado a los personajes femeninos.

Adem¨¢s de recuperar la historia de amor entre los protagonistas, desaparecida hace m¨¢s de una d¨¦cada de este tipo de producciones, las mujeres no son, tal como era tradicional en estas pel¨ªculas, sino piezas fundamentales en las luchas del h¨¦roe e incluso bellas y formidables guerreras.

Lo cual no es poco dado que El rey Escorpi¨®n en realidad est¨¢ planteada como el lanzamiento de La Roca, un luchador profesional que ha ganado seis veces seguidas el campeonato de la Federaci¨®n Mundial de Lucha, una especie de Arnold Schwarzenegger con m¨¢s m¨²sculos, pero bastantes menos a?os, incapaz de cualquier conato de interpretaci¨®n. Tampoco tiene mucho encanto el debutante Steven Brand, que encarna a su oponente, el malvado Memmon.