Greenpeace asalta la central de Zorita y pone en evidencia su seguridad
El Consejo de Seguridad Nuclear anuncia que impondr¨¢ una sanci¨®n a la planta
Unos cuarenta activistas de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace de varias nacionalidades invadieron a las siete de la ma?ana de ayer la central nuclear de Zorita y pusieron en evidencia su seguridad. Mientras 20 de ellos permanec¨ªan en la puerta, ocho se encadenaron a las rejas y otros seis escalaron el exterior de la c¨²pula. Todos exhib¨ªan carteles en los que reivindicaban el cierre de la central, la m¨¢s antigua de Espa?a (1968). Debido al incidente, la central ha quedado parada y el Consejo de Seguridad Nuclear ha anunciado una sanci¨®n 'muy importante'.
Para ser la primera vez que lo intentaban en Espa?a, la operaci¨®n sali¨® perfecta. Greenpeace ha invadido recintos nucleares con anterioridad en el Reino Unido, Suiza o B¨¦lgica, pero nunca en Espa?a.
Un d¨ªa despu¨¦s de que el Foro Nuclear (agrupaci¨®n empresarial del sector nuclear) pidiera que se construyan nuevas centrales, Greenpeace ha lanzado el mensaje contrario; que se cierren las que est¨¢n funcionando. A las siete de la ma?ana, los cuarenta activistas, acompa?ados por c¨¢maras de televisi¨®n (un free lance y fot¨®grafos) enfilaron la carretera de acceso a la central nuclear Jos¨¦ Cabrera, situada en el municipio de Almonacid de Zorita, Gualadajara.
Como era la hora en que muchos trabajadores acceden a la central del turno de ma?ana, los primeros coches pasaron al recinto confundidos con ellos. Nadie les dio el alto, seg¨²n Carlos Bravo, director de campa?as contra la energ¨ªa nuclear. Los que ven¨ªan andando saltaron la valla y se encaramaron por la escalerilla exterior de la c¨²pula que protege el reactor. Entre ellos, escaladores italianos, brit¨¢nicos, belgas, holandeses, neozelandeses, daneses y alemanes, adem¨¢s de espa?oles. En quince minutos ya estaban arriba y pod¨ªan haberlo hecho en menos tiempo si un guarda jurado no les hubiese interrumpido el ascenso. En un forcejeo realiz¨® un disparo al aire, pero desisti¨® de enfrentarse en cuanto los activistas le gritaron que eran 'limpios' y 'pac¨ªficos'. 'Llev¨¢bamos camisetas y chalecos amarillos que nos identificaban como miembros de Greenpeace', relata Bravo. Una vez arriba, desplegaron la pancarta en la que ped¨ªan el cierre de la central. Un operario de la central amenaz¨® con lanzar su coche contra los que permanec¨ªan en la puerta, pero finalmente par¨® en seco y evit¨® el atropello.
Hasta una hora despu¨¦s no lleg¨® la primera pareja de la Guardia Civil. Luego, otra, y finalmente, miembros del servicio de informaci¨®n, que identificaron a todos los activistas y les protegieron de las amenazas de algunos trabajadores. Seg¨²n Bravo, la operadora de la central, Uni¨®n Fenosa, que ha declinado hacer declaraciones, ha presentado una denuncia por el asalto.
El colectivo abandon¨® la planta (nunca penetr¨® en el recinto vital) pasado el mediod¨ªa, tras ser recibido Jos¨¦ Luis Garc¨ªa por el subdirector de Energ¨ªa Nuclear, del Ministerio de Econom¨ªa. Pretend¨ªa entrevistarse con la directora de la Energ¨ªa, Carmen Bacerril, pero no estaba. Greenpeace critica el plan energ¨¦tico del Gobierno y su mutismo sobre la energ¨ªa nuclear. 'La vida de las centrales se agota y nos tememos que van a autorizar su prolongaci¨®n', dice Bravo. A?ade que la de Zorita 'padece corrosi¨®n en la vasija del reactor, grietas en los tubos de su generador de vapor y deficiencias en su sistema de emergencia'.
Sanci¨®n importante
Zorita funciona desde 1968. Es la central m¨¢s vieja y la de menor potencia instalada (s¨®lo 160 megavatios). En octubre de 1999 obtuvo la renovaci¨®n del permiso de explotaci¨®n por tres a?os m¨¢s, que expiran el 15 de octubre pr¨®ximo. El CSN otorg¨® ese plazo para que en su transcurso se renovara la sala de control de la central, ya que en caso de incendio no dispone de alternativas para mantener el control. La propia presidenta del CSN, Mar¨ªa Teresa Estevan, afirm¨® hace unos d¨ªas en el Congreso que la central 'era obsoleta y ten¨ªa fallos'.
Estevan calific¨® los sucesos de ayer como 'deplorables y lamentables' y anunci¨® que el CSN impondr¨¢ a la operadora una sanci¨®n 'muy importante'. Los asaltantes eran miembros de Greenpeace, pero, a?adi¨®, 'pod¨ªan no serlo'. De hecho, todas las nucleares recibieron la orden de reforzar sus medidas de seguridad tras los atentados del 11 de septiembre en EE UU.
La central permanece en parada por decisi¨®n de la operadora y no podr¨¢ reanudar su funcionamiento hasta que lo autorice el CSN. Uni¨®n Fenosa pidi¨® seguir operando hasta 2008. Ser¨ªa la primera central en superar los 40 a?os en Espa?a. El PSOE, que ha reclamado reiteradamente su cierre, ha pedido la comparecencia en el Congreso del ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, para que explique los fallos de seguridad que permitieron la acci¨®n de Greenpeace.
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