Tributo verde
Desde el inicio de mayo est¨¢ vigente la ecotasa de las Baleares, un impuesto auton¨®mico destinado a financiar medidas de conservaci¨®n de la naturaleza. Lo tendr¨¢n que pagar unos diez millones de turistas a raz¨®n de un euro por d¨ªa de estancia en las islas.
La iniciativa ha resultado muy pol¨¦mica. El primer Gobierno regional alternativo a la derecha -una compleja alianza de socialistas, nacionalistas, poscomunistas y verdes- ha tardado casi tres a?os en poder alzar su declarada bandera fiscal 'en defensa de los intereses generales'. Tanta espera merec¨ªa un acuerdo con el sector hotelero, pero no se ha producido. Tal vez porque no se conoce el caso de ning¨²n impuesto aplaudido.
Sin embargo, la idea es todo menos absurda. Del mismo modo que en muchos pa¨ªses los fumadores contribuyen con impuestos especiales a sufragar los costes adicionales que el tabaco ocasiona a la sanidad p¨²blica, deber¨ªa considerarse normal que el turismo aporte ingresos destinados a compensar el deterioro ambiental que provoca. La discusi¨®n, por tanto, es m¨¢s bien de oportunidad: si esa tasa no tendr¨¢ un efecto psicol¨®gico desincentivador para el turismo. Sin embargo, pagar al d¨ªa el equivalente al precio de un caf¨¦ no parece un factor capaz de desanimar a nadie. Y la necesidad de un turismo sostenible, con proyecci¨®n de futuro, implica medidas proteccionistas que cuestan dinero. Un impuesto finalista puede contribuir a suscitar un mayor equilibrio entre el pan para hoy y el hambre para ma?ana.
Pero ello tambi¨¦n implica una gran transparencia en la utilizaci¨®n de los fondos obtenidos por esa v¨ªa. Tienen que destinarse a unas claras finalidades medioambientales, culturales y patrimoniales, incluyendo la restauraci¨®n de zonas litorales asoladas en la ¨¦poca aut¨¢rquica y la preservaci¨®n de espacios v¨ªrgenes.
Aunque la iniciativa podr¨ªa considerarse una aplicaci¨®n del principio de corresponsabilidad fiscal reclamado por Aznar, el Gobierno central y el PP han sido beligerantes contra ella, incluyendo la presentaci¨®n de un recurso ante el Tribunal Constitucional. Esa beligerancia, en consonancia con la del sector hotelero, ha provocado alarmas en los pa¨ªses de origen de los turistas en beneficio de otros destinos. Claro ejemplo de los efectos perniciosos del exceso de celo de quienes anteponen los intereses pol¨ªticos o econ¨®micos particulares a los generales que dicen defender.
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