El cine detenido
La pasi¨®n de numerosos directores de cine por la instant¨¢nea es una constante en la historia del medio; unos por las de sus propios rodajes y otros, sencillamente, apostaron por la fotograf¨ªa como un met¨®do m¨¢s ¨¢gil y complementario (a veces muy distante) de su forma de expresi¨®n habitual en la pantalla, cuando no mezclaron ambas f¨®rmulas encontrando en la c¨¢mara fotogr¨¢fica su m¨¢s fiel compa?¨ªa. En Espa?a tenemos referentes contempor¨¢neos como Carlos Saura, Pedro Almod¨®var, Gonzalo Su¨¢rez, Fernando Trueba... Cada uno se aproxima a ella a su manera. Ahora dos muestras de sesgo bien distinto subrayan esta tendencia: una selecci¨®n de la obra fotogr¨¢fica del director iran¨ª Abbas Kiarostami (Teher¨¢n, 1940), en la que evidencia su especial sensibilidad en retratar la naturaleza y otra la del fot¨®grafo barcelon¨¦s David Airob (1967), A prop¨®sito de Shangai, sobre el filme El embrujo de Shangai, de Trueba.
A PROP?SITO DE SHANGAI
Fotograf¨ªas de David Airob FNAC Callao. Preciados, 28 Madrid. Hasta el 16 de mayo
Comentaba Almod¨®var, respecto de las tomas que ¨¦l mismo hizo de su ¨²ltima realizaci¨®n Hable con ella (recientemente expuesta en Madrid, Par¨ªs y pr¨®ximamente en la FNAC de Cannes, del 6 al 26 de mayo), que con la fotograf¨ªa intentaba 'captar la evoluci¨®n de los m¨²ltiples elementos que componen una pel¨ªcula', porque 'durante el rodaje, el director ocupa un lugar en el decorado en el que no cabe nadie m¨¢s, a veces ni ¨¦l mismo. En ese sentido, las fotos que hace el director son ¨²nicas porque nadie ve lo que ¨¦l ve desde donde lo ve'. Por el contrario, Trueba, respecto de la colecci¨®n de Airob, afirma que cuando vio el reportaje que este discreto fot¨®grafo, 'el fot¨®grafo invisible' -como lo denomina- hizo sobre su realizaci¨®n 'tuve la sensaci¨®n de no haber estado en mi propio rodaje' porque estos registros se hab¨ªan convertido en 'una especie de pel¨ªcula paralela. Un punto de vista jam¨¢s so?ado. Y que ense?a a ver la realidad del rodaje desde otros ojos, desde otra mirada'. Lo cual es cierto si se comparan estas fotos con las que articulan el discurso visual del relato cinematogr¨¢fico (posiblemente ocurra un proceso similar a las sorpresas que causan, a veces, en el lector determinados textos llevados a la pantalla).
Son im¨¢genes tratadas
con una especial sensibilidad que ubican al cine dentro del cine; fotos que evidencian lo que no vamos a ver en ¨¦l, pero que van m¨¢s all¨¢ de esos juegos -absurdos- de las denominadas 'tomas falsas' que tratan de desmitificar, cuando no evidenciar, el c¨®mo se hizo y la magia de lo ignorado. ?stas nos muestran al director o las luces -las bombillas y reflectores que iluminan secretamente la escena-, pero que recomponen otra nueva, con una nueva pigmentaci¨®n formal y una visi¨®n divergente. Fernando Trueba, cuyo aprecio por esta suerte de trabajos es notorio, a?ade un cap¨ªtulo m¨¢s al repertorio iconogr¨¢fico que fija est¨¢ticamente su forma de hacer (el anterior fue Praga-Berl¨ªn-Ronda. La ni?a de tus ojos. Diario fotogr¨¢fico de un rodaje, con el fot¨®grafo Jiri Hanzl. Fundaci¨®n Telef¨®nica, libro y exposici¨®n, Madrid, 1999).
Como contrapunto, desde otro punto de vista m¨¢s intimista, una serie de Abbas Kiarostami en mediano formato, blanco y negro y en clave po¨¦tica, nos ense?a la otra faceta creativa, menos conocida, del realizador de pel¨ªculas como ?D¨®nde est¨¢ la casa de mi amigo? o El sabor de las cerezas, cuyos fotogramas distan tanto de ¨¦stas; con ellas se inaugura un nuevo espacio con vocaci¨®n fotogr¨¢fica: la galer¨ªa LEI (Barcelona).
FOTOGRAF?AS DE ABBAS KIAROSTAMI
Galer¨ªa LEI
Balmes, 52. Barcelona
Hasta el 11 de mayo
FOTOGRAF?AS DE ABBAS KIAROSTAMI
Galer¨ªa LEI
Balmes, 52. Barcelona
Hasta el 11 de mayo
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