La LOU y la financiaci¨®n de las universidades
Una de las cr¨ªticas que se han hecho a la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU) es que no prev¨¦ la financiaci¨®n de los cambios que introduce en las universidades. En el caso de las valencianas, el actual Plan Plurianual de Financiaci¨®n de las universidades (PPF) naci¨® en 1999 como consecuencia directa del Libro Blanco sobre el Sistema Universitario Valenciano. ?ste fue un encargo del anterior Consejero de Educaci¨®n, Francisco Camps, a las universidades y al IVIE, quienes bajo la coordinaci¨®n de la Direcci¨®n General de Universidades, hicieron el diagn¨®stico de la situaci¨®n en que se encontraba la educaci¨®n superior y apuntaron una serie de medidas para la mejora de lo que a partir de ah¨ª se empez¨® a llamar sistema p¨²blico universitario valenciano.
El PPF permite calcular la subvenci¨®n anual para las universidades bas¨¢ndose en par¨¢metros objetivos, entre ellos la composici¨®n de la plantilla, el n¨²mero de estudiantes matriculados, y el contenido pr¨¢ctico de cada titulaci¨®n y ten¨ªa como objetivo general que el gasto en universidades llegara al 1% del PIB de la Comunidad Valenciana ya que en ese momento se dedicaba el 0,6% mientras que la media de la OCDE era del 1,6%.
Una novedad del PPF era la financiaci¨®n ligada a objetivos, de tal forma que el 10% de la subvenci¨®n de cada universidad se condicionaba a alcanzar una serie de objetivos encaminados a mejorar su calidad. Estos objetivos deb¨ªan pactarse con la Consejer¨ªa y, seg¨²n el grado de cumplimiento de cada a?o, se pod¨ªa obtener, por el conjunto de las universidades, una cantidad que iba desde 1.190 millones de pesetas anuales hasta un m¨¢ximo de 8.500 millones en el ¨²ltimo a?o de desarrollo del plan. Debe quedar claro que se trata de una parte de la subvenci¨®n ordinaria y por tanto necesaria para el normal funcionamiento de las universidades, pero se obtiene mediante el esfuerzo de conseguir unos objetivos previamente pactados, por tanto no es, como se ha llegado a decir, una sobrefinanciaci¨®n de las universidades. S¨®lo si se financia ese 10%, se estar¨¢ invirtiendo en educaci¨®n universitaria el porcentaje del PIB pactado.
Los cambios en la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, primero del consejero y m¨¢s tarde del director general de universidades, hicieron que la presentaci¨®n del Libro Blanco fuera la ¨²ltima ocasi¨®n en que se habl¨® de ¨¦l. Nunca m¨¢s se utiliz¨®, hasta el punto de que el ¨²ltimo cap¨ªtulo, el de investigaci¨®n, ni siquiera lleg¨® a publicarse y desde luego no se desarrollaron sus previsiones en cuanto a racionalidad en el mapa de titulaciones. Suerte parecida corri¨® la financiaci¨®n por objetivos, los presupuestos de la Generalitat en los ejercicios 2000 y siguientes dotaron insuficientemente la l¨ªnea correspondiente, las cantidades transferidas en el 2000 fueron muy inferiores a las previstas en el PPF, y a estas alturas del a?o 2002 no est¨¢ terminado ni siquiera el c¨¢lculo de las cantidades a transferir por los objetivos alcanzados el a?o pasado.
Para complicar m¨¢s las cosas la entrada en vigor de la LOU genera una situaci¨®n nueva, naturalmente no contemplada en el PPF. Se modifica el porcentaje de profesorado contratado que pasa del 30% al 49%, lo que cambia de manera importante los costes, pero adem¨¢s la LOU crea nuevas figuras de profesorado no contempladas en la LRU y con coste superior al de los actuales profesores contratados. Ello hace que uno de los par¨¢metros base de c¨¢lculo del PPF, el coste medio de la plantilla, se modifique de manera notable, lo que deber¨ªa llevar a una revisi¨®n de las previsiones del PPF.
Adem¨¢s, la Direcci¨®n General de Universidades, la misma que a?o tras a?o est¨¢ incumpliendo el plan al rebajar y retrasar la financiaci¨®n ligada a objetivos, ha iniciado un proceso de creaci¨®n de complementos retributivos al profesorado que seg¨²n parece deber¨ªan tambi¨¦n pagarse con la subvenci¨®n ordinaria. El PPF no contempl¨® en ning¨²n momento la posibilidad de financiar retribuciones que no exist¨ªan entonces y los c¨¢lculos de la subvenci¨®n se hacen considerando un coste de plantilla que, de crearse los complementos, se ver¨¢ seriamente incrementado.
Nos encontramos, pues, en una situaci¨®n en que el n¨²mero de estudiantes, base del c¨¢lculo de la subvenci¨®n, baja por razones demogr¨¢ficas y el coste medio de la plantilla sube por la modificaci¨®n de su composici¨®n y por la creaci¨®n de nuevos conceptos retributivos. Para completar el cuadro, la Consejer¨ªa ha dado publicidad a una tabla en la que para dar la impresi¨®n de que se llega al 1% del PIB, suma los m¨¢ximos de subvenci¨®n, que nunca ha presupuestado, con lo recaudado por tasas. La confusi¨®n est¨¢ servida.
En resumen, la LOU ha modificado el panorama en el que se pact¨® el PPF y, a¨²n cuando su vigencia llega hasta el 2003, ser¨ªa necesario hacer algunas modificaciones o contemplar acciones de financiaci¨®n extraordinaria, si se quiere cumplir la ley y mantener, al menos mantener, la calidad de las universidades valencianas.
Francisco Morales es profesor de la Universidad de Valencia y miembro del equipo redactor del Libro Blanco del Sistena Universitario Valenciano.
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