Vuelta al cole a los sesenta

'Se dar¨¢n cuenta de que somos mayores pero que servimos para algo'. Manuel Artesero se afanaba ayer en que todos circularan por su sitio. Respetando los pasos de cebra y marcando los tiempos de los sem¨¢foros. Manuel o 'Manolito', es uno de los 26 voluntarios de la tercera edad que participan en el programa Protecci¨®n Escolar, iniciado por el Ayuntamiento de Castell¨®n. Ayer, a las 8.30 de la ma?ana, se encontraba en uno de los sem¨¢foros de la calle de Columbretes, frente al colegio Bernat Artola, lugar que le ha sido designado para controlar las entradas y salidas de los escolares y procurar que ning¨²n veh¨ªculo deje de cumplir las normas de circulaci¨®n. Manuel tiene 66 a?os y para hablar con ¨¦l hay que esperar a que entren o salgan todos los ni?os del centro, seg¨²n la hora. Mientras, en este intervalo que va desde las 8.30 hasta las 9.15 y de las 16.45 a las 17.15, ejerce su labor sin permitir que nada perturbe su atenci¨®n. Manuel era camarero y ahora porta un peto reflectante, un silbato, que hace sonar sin temor, y una se?al de stop. Afirma que ahora no tiene 'otra cosa que hacer'. Y aunque nunca hab¨ªa desarrollado una labor como voluntario, este programa le llam¨® la atenci¨®n. 'La verdad es que la labor con los ni?os recompensa', dice, 'los padres tambi¨¦n se han puesto contentos al vernos porque dicen que es algo que hac¨ªa falta'. 'Habr¨¢ que hacer un esfuerzo entre todos para ir familiariz¨¢ndonos y coger confianza', apunta, aunque es de los que piensan que, con el tiempo, los padres no bajar¨¢n de los coches y ni siquiera cruzar¨¢n la calle porque all¨ª estar¨¢ ¨¦l para conducirlos hasta la puerta del cole.

El l¨ªmite de edad 'lo ponen las ganas y la capacidad de los propios voluntarios'

Manuel no es un extra?o en el barrio; vive al lado del Bernat Artola, igual que Mar¨ªa Lid¨®n S¨¢nchez y Mar¨ªa del Carmen Prades, que se encuentran en un cruce con sem¨¢foro intermitente para los veh¨ªculos. 'Si no les pones la mano no paran', espetaban ayer. Durante la ma?ana no s¨®lo facilitaron el paso a los escolares y a sus padres, sino tambi¨¦n a muchas vecinas, que se dispon¨ªan a efectuar su compra diaria y que les saludaban entre extra?adas y complacidas. A los m¨¢s jovencitos, les se?alaban el paso de cebra como punto para efectuar el cruce. En ambos casos, estas mujeres son madres de voluntarios de Cruz Roja aunque, al igual que su 'compa?ero de colegio', hasta ahora no hab¨ªan desarrollado ninguna labor. 'Las madres y los ni?os nos sonr¨ªen', dec¨ªan ayer las dos. 'Y es gratificante', a?ad¨ªan. 'Es que este trabajo lo hac¨ªan antes los que no iban al servicio militar', explicaba Mar¨ªa Lid¨®n, y ahora 'yo he pensado que una hora al d¨ªa no est¨¢ mal, aunque mi hijo me diga que estoy loca'.

Joaqu¨ªn Cornelles regul¨® el tr¨¢fico en el colegio Gregal. ?l es voluntario desde hace 27 a?os, y el programa en colegios le motiv¨®. 'Con 65 a?os uno no es viejo y si se encuentra bien puede hacer algo por los dem¨¢s', afirma. Para participar en este programa han recibido un curso de educaci¨®n vial. El l¨ªmite de edad, seg¨²n Cornelles, 'lo ponen las ganas y la capacidad de los propios voluntarios'.

Pero no todo son alabanzas. Uno de los vocales de la Coordinadora de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Castell¨®n, Vicent Font, asegur¨® ayer que el gobierno popular no se ha puesto en contacto con ellos. Considera que los mayores podr¨ªan ejercer labores menos peligrosas como contar cuentos a los ni?os o acompa?ar a los maestros en las excursiones. Adem¨¢s, apunta que ese trabajo debe desempe?arlo la polic¨ªa y que los voluntarios podr¨ªan estar 'quitando puestos de trabajo'. El programa comenz¨® con pol¨¦mica ya que se anunci¨® como una labor por la que los mayores iban a cobrar, algo prohibido por la Ley del Voluntariado. El equipo de gobierno asegur¨® que hab¨ªa sido un malentendido y ha sacado la idea adelante con un 'viaje de fin de curso' como 'premio especial' y un 'reconocimiento y trato preferencial en el Ayuntamiento'.