Empresarios, j¨®venes y oposici¨®n ven 'represiva e inaplicable' la 'ley seca' que planea el Gobierno
El borrador del proyecto de ley seca aglutin¨® ayer la cr¨ªtica un¨¢nime de la oposici¨®n, de los representantes de las industrias afectadas y de las asociaciones de j¨®venes. Tan dispares colectivos coincidieron en calificar el proyecto del Gobierno de 'represivo', 'prohibicionista', 'inaplicable' y 'discriminatorio'. La ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo, asegur¨® que el borrador est¨¢ 'lleno de sentido com¨²n', aunque admiti¨® no conocerlo en detalle. Nuevas Generaciones (las juventudes del PP) subray¨® que una abrumadora mayor¨ªa de ciudadanos, el 91% seg¨²n el CIS, reclama una ley antibotell¨®n.
La Delegaci¨®n del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, responsable de la redacci¨®n de la ley antibotell¨®n, respondi¨® a la avalancha de cr¨ªticas con el argumento de que 'estamos s¨®lo ante un borrador sujeto a cambios', que puede modificarse con las aportaciones de los afectados, y que el objetivo del Ejecutivo es la 'prevenci¨®n' para que los menores no beban alcohol. Muchos son los cambios que requiere el proyecto de ley seca, seg¨²n la oposici¨®n de izquierdas (PSOE e IU), los empresarios de bebidas, de publicidad, de hosteler¨ªa, de gasolineras y de hipermercados y las asociaciones de j¨®venes. En resumen, ¨¦stas son sus cr¨ªticas y reclamaciones:
M¨¢s prevenci¨®n, menos prohibici¨®n. Las Juventudes Socialistas y el PSOE mantuvieron ayer una reuni¨®n para analizar el borrador. Su conclusi¨®n, seg¨²n Herick Campos, secretario general de las Juventudes del PSOE, es que 'existe un problema real de abuso del consumo de alcohol por parte de los menores durante los fines de semana', que 'no responde s¨®lo a un exceso de publicidad a una f¨¢cil disponibilidad' sino, 'sobre todo', a 'la falta de alternativas'. Por ello, los socialistas se ofrecen 'a negociar una propuesta integral sobre ocio y comportamiento saludable de los j¨®venes' y declaran que 'no ser¨¢n c¨®mplices de una imposici¨®n como esta ley seca'. En IU, su diputada Marisa Castro compar¨® el impacto de este proyecto con la ley seca que en Estados Unidos en los a?os veinte facilit¨® el auge del crimen. Desde las asociaciones juveniles, el presidente del Consejo de la Juventud, David Ortiz, dijo que el borrador 'se centra en medidas represivas para evitar el ruido y las molestias del botell¨®n, pero se olvida de medidas educativas a medio y largo plazo'. Ortiz calific¨® de 'inaplicables' la mayor parte de las medidas propuestas. Por ejemplo, el Consejo de la Juventud se pregunta c¨®mo y qui¨¦nes van a implementar los trabajos sociales con los que se castigar¨¢ a los menores que beban alcohol: a ellos no les han consultado.
Discriminaci¨®n y autorregulaci¨®n. Las distintas asociaciones empresariales que se ver¨¢n afectadas por el proyecto de ley seca (bebidas, publicidad, gasolineras y supermercados, principalmente) criticaron las 'prohibiciones' que incorpora el proyecto. Los gasolineros no entienden por qu¨¦ no podr¨¢n vender ellos bebidas alcoh¨®licas y s¨ª los h¨ªper, mientras los h¨ªper pueden vender gasolina. Los h¨ªper ven 'curioso y raro', adem¨¢s de 'discriminatorio', que les obliguen a tener una caja especial para el alcohol. Los hosteleros ven 'excesivo' tener que poner un cartel que advierta contra el alcohol. Los licoreros van m¨¢s all¨¢: consideran que la norma vulnera los derechos constitucionales de libertad de expresi¨®n, de reuni¨®n y de libertad de movimientos. A los licoreros se unen los publicistas para recordar que ya existe una sociedad de autocontrol de la publicidad y que la legislaci¨®n espa?ola consagra 'la libertad de comunicaci¨®n comercial'. Ambas asociaciones est¨¢n de acuerdo en que los mensajes no pueden incitar al abuso, pero reclaman el derecho a 'la publicidad de marca'.
Consenso y negociaci¨®n. Pol¨ªticos, j¨®venes y empresarios advierten de que 'prohibir el alcohol puede convertirlo en el deporte nacional para los j¨®venes' y recuerdan el escaso ¨¦xito de las medidas de represi¨®n de, por ejemplo, el ¨¦xtasis, que es ilegal. Todos reclaman consenso, negociaci¨®n y que se tenga en cuenta, adem¨¢s, el escaso control sanitario de las drogas cuando son ilegales. 'O incluso del garraf¨®n en algunos bares', recuerdan los representantes juveniles.
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