Schr?der busca una Alemania normal
El canciller socialdem¨®crata debate en p¨²blico con el pol¨¦mico escritor Martin Walser 57 a?os despu¨¦s de la derrota nazi
Corren tiempos electorales en Alemania y el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, se atrevi¨® ayer a dar un paso audaz y de alto riesgo pol¨ªtico: discutir p¨²blicamente, en el 57? aniversario de la derrota del nazismo en la Segunda Guerra Mundial, sobre 'Naci¨®n. Patriotismo y Cultura Democr¨¢tica'. Y no con cualquiera: su interlocutor en la Willy Brandt Haus, sede del Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) en Berl¨ªn, fue nada menos que Martin Walser, el novelista alem¨¢n que en 1998 desat¨® una pol¨¦mica mayor al cuestionar, durante la ceremonia de aceptaci¨®n del Premio de la Paz de los libreros alemanes, 'la instrumentalizaci¨®n de Auschwitz' en la opini¨®n p¨²blica alemana y rechazar la 'presentaci¨®n permanente de esta desgracia' en los medios de comunicaci¨®n.
Para Schr?der, la naci¨®n es un espacio de recuerdos, democracia y solidaridad compartida
En su momento, estas muy personales tesis de alguien que no es ni mucho menos un concienzudo historiador, aunque s¨ª un gran novelista, condujeron a un agrio debate con el entonces presidente del Consejo Central de los Jud¨ªos Alemanes, Ignatz Bubis, quien acus¨® a Walser de ser un 'incendiario espiritual' y de relativizar el holocausto.
El hecho de que Schr?der ahora precisamente invitara a este escritor para debatir con ¨¦l sobre los abismos de la historia alemana, desde antes del debate, caus¨® escozor a muchos, entre ellos el sucesor de Bubis, Paul Spiegel, quien declin¨® participar en la discusi¨®n, pese a haber sido invitado. En las afueras de la Willy-Brandt-Haus, adem¨¢s, se form¨® una peque?a manifestaci¨®n, convocada por una Alianza contra el Antisemitismo.
La inquietud acerca de lo que podr¨ªa decirse tambi¨¦n ten¨ªa que ver con la invitaci¨®n al debate, formulada por el secretario general del SPD, Franz M¨¹ntefering: 'Nosotros en Alemania. Lo decimos con orgullo en nuestro pa¨ªs, con un patriotismo autocr¨ªtico, pero tambi¨¦n confiado. Queremos renovar y mantener la cohesi¨®n. Y hacer justicia a nuestro papel en Europa y el mundo. Como una naci¨®n normal'.
Incluso amigos del canciller, como el historiador Heinrich August Winkler, resaltaron que la convocatoria -similar a un p¨¢rrafo en el nuevo programa de Gobierno- y el debate mismo tienen que ver con la campa?a electoral. Schr?der, por lo visto, de entrada pretende evitar cualquier discusi¨®n sobre el nacionalismo con los conservadores, quienes en su propio programa postulan un 'patriotismo ilustrado'.
Y qui¨¦n mejor para debatir de estos asuntos que Martin Walser, de 75 a?os y mucha experiencia a cuestas. En su discurso, el escritor comenz¨® afirmando que para ¨¦l la historia y la pertenencia a la naci¨®n tiene que ser 'sentida' en lo m¨¢s profundo del ser humano, y luego invoc¨® 'un gran r¨ªo hist¨®rico', que da unidad a la historia alemana, desde los Carolingios hasta la reunificaci¨®n del pa¨ªs, en 1989.
Walser record¨®, citando al historiador Golo Mann, que la Primera Guerra Mundial fue 'la madre de todas las cat¨¢strofes' del siglo XX, y, acto seguido, afirm¨® que los Tratados de Versalles fueron 'el m¨¢s importante eslab¨®n' en la cadena hist¨®rica que condujo al nazismo y al holocausto. Esta interpretaci¨®n es muy pol¨¦mica e incluso ha sido criticada por el semanario Die Zeit antes de que Walser pudiese pronunciar sus palabras: argumentando as¨ª se arriesga terminar culpando a los aliados del terror que sobrevendr¨ªa en la misma Alemania a partir de 1933.
Algo preocupado, Schr?der se apresur¨® a matizar en el debate que Versalles no puede ser vista como 'una causa ¨²nica' del nacionalsocialismo. En su discurso, el canciller de por s¨ª hab¨ªa dejado en claro que de manera alguna pretende no respetar el recuerdo de los millones de v¨ªctimas del nacionalsocialismo, el holocausto y la guerra, y que su concepci¨®n de naci¨®n alemana difiere bastante de la de Walser. Donde ¨¦ste citaba a Nietzsche, Schr?der prefiri¨® recordar palabras de Willy Brandt, del escritor G¨¹nter Grass y, c¨®mo no, del soci¨®logo brit¨¢nico Anthony Giddens. La naci¨®n, por tanto, para Schr?der es un espacio de recuerdos, de democracia y de solidaridad compartida. Todo muy racional, con s¨®lo una pizca de emoci¨®n y sentimiento: la de los partidos de la selecci¨®n nacional de f¨²tbol.
El canciller destac¨® asimismo que la 'normalidad' alemana posibilitada por la reunificaci¨®n del pa¨ªs tan s¨®lo es posible si as¨ª es considerada tambi¨¦n por los pa¨ªses vecinos y si ¨¦sta no conlleva el olvido del temeroso pasado.
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