Las dos almas de Djalminha
El brasile?o recibe sereno su exclusi¨®n del Mundial y dice que podr¨ªa seguir en el Depor
El Deportivo cierra hoy la Liga con la eterna inc¨®gnita: ?ser¨¢ el ¨²ltimo partido de Djalminha ?. 'Llevo cinco temporadas aqu¨ª y siempre ha ocurrido lo mismo', dice el jugador. 'Hasta el a?o que ganamos la Liga se coment¨® que me iba a ir'. Muy cierto, como tambi¨¦n lo es que el brasile?o nunca hab¨ªa tenido que lidiar con circunstancias tan borrascosas como las actuales: tras una campa?a casi en blanco, su cabezazo al entrenador, Javier Irureta, durante una discusi¨®n en un entrenamiento, le ha costado muy cara. El club le disculpa -'fue un gesto, no una agresi¨®n', seg¨²n el presidente, Augusto C¨¦sar Lendoiro- y el t¨¦cnico sigue incluy¨¦ndole en las convocatorias a la espera de que se le imponga una multa.
Pero parte de la afici¨®n est¨¢ contra ¨¦l y el incidente ha pesado mucho en la decisi¨®n del seleccionador brasile?o, Luiz Felipe Scolari, de dejarle fuera del Mundial. Siempre debati¨¦ndose entre sus dos almas -fr¨ªo y cerebral muchas veces, pendenciero incorregible en otras-, el futbolista dice estar dispuesto a quedarse en el Depor, aunque no se le note mucho entusiasmo.
Sereno, racional y sin perder nunca la correcci¨®n, el Djalminha que compareci¨® el jueves ante la prensa no parec¨ªa el mismo individuo que una semana antes protagonizaba un grotesco incidente con su entrenador a la vista de todo el mundo. El jueves, Djalma acababa de recibir el peor golpe de toda su carrera futbol¨ªstica. A sus 31 a?os, hab¨ªa perdido la ¨²ltima ocasi¨®n de jugar un Mundial. La cita asi¨¢tica fue el est¨ªmulo que le mantuvo vivo durante toda la temporada y le ayud¨® a soportar la suplencia estoicamente. Pero el incidente del cabezazo result¨® fat¨ªdico. 'En Brasil, las im¨¢genes tuvieron una repercusi¨®n incluso m¨¢s grande que aqu¨ª', reconoce. Scolari, con el que mantiene una buena relaci¨®n, se vio entre la espada y la pared tras haberse enfrentado a medio pa¨ªs al prescindir de Romario precisamente por su indisciplina. Djalminha lo pag¨® y se llev¨® la decepci¨®n de su vida. Y aun as¨ª supo mantener la entereza para decir sin que le temblase la voz: 'S¨¦ que ya nunca jugar¨¦ un Mundial. Pero la vida sigue'.
En noviembre pasado, Djalminha intuy¨® que su situaci¨®n en el Deportivo hab¨ªa cambiado radicalmente desde la temporada anterior, tal vez la que m¨¢s brill¨® en Espa?a. Valer¨®n, que cogi¨® su puesto despu¨¦s de que el brasile?o no pudiese empezar la temporada por una lesi¨®n, se hab¨ªa desatado. Djalminha se vio sin futuro, acudi¨® al presidente y pidi¨® que le traspasasen. Lendoiro fue claro: al club segu¨ªa interes¨¢ndole y s¨®lo estaba dispuesto a venderlo si alguien pagaba los 12.000 millones de pesetas de su cl¨¢usula de rescisi¨®n. Djalminha acept¨® las reglas del juego y a ellas se ha vuelto a remitir ahora: si le buscan otro equipo de su gusto, se marchar¨ªa; en caso contrario, est¨¢ dispuesto a quedarse, incluso con Irureta.
Por parad¨®jico que parezca, hay muchos futbolistas a los que no les gusta el f¨²tbol. Disfrutan en el campo, pero el juego apenas les interesa como espectadores. No es el caso de Djalminha, un futbolero apasionado, que sigue las Ligas de medio mundo y es capaz de recomendar nombres de futbolistas ignotos. Todo, para mejorar su estilo. 'Yo no invento nada en el campo', suele decir; 'me limito a hacer cosas que he visto por ah¨ª y que luego ensayo por mi cuenta'. Pero junto a ese Djalminha reflexivo, perfeccionista y cabal, hay otra persona: el tipo que en medio de un partido declara la guerra al universo entero, el que da un desplante a un aficionado que se acerca a pedirle un aut¨®grafo, el que arma un foll¨®n a la salida del casino o el que no se presenta al homenaje en su honor organizado por una pe?a. El segundo Djalminha ha vuelto a eclipsar al primero y esta noche estar¨¢ en el banquillo de Riazor con m¨¢s dudas que nunca sobre si ser¨¢ la ¨²ltima vez.
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