De una grada vac¨ªa, al t¨ªtulo de Liga

Hace siete a?os, cuando el Portland recuper¨® la m¨¢xima categor¨ªa del balonmano espa?ol, el equipo navarro exhib¨ªa la estrella del portero rumano Alexandru Buligan, un tipo afable y emotivo que no dejaba de mirar las gradas despobladas del pabell¨®n navarro. 'S¨®lo nos ven¨ªan a ver 200 personas', recordaba minutos despu¨¦s de alcanzar el t¨ªtulo de Liga -el primero en la historia de un club fundado en 1955- sin haber disputado un solo minuto del decisivo encuentro ante el Ciudad Real. Buligan fue el pasado mi¨¦rcoles un espectador a pie de cancha y lo fue igualmente el 14 de febrero de 1999, ingresado tras un grave accidente de circulaci¨®n en un hospital mientras su equipo conquistaba el primer t¨ªtulo de su historia: la Copa del Rey.

El mi¨¦rcoles, Buligan daba gracias 'a Dios, que me ha permitido tener salud para disfrutar logrando t¨ªtulos mientras otros compa?eros se retiraban'. A su lado, menos emotivo, el fen¨®meno yugoslavo Nedeljko Jovanovic se dejaba llevar por la fiebre de su primera conquista en Espa?a: 'Yo me emborracho en el autob¨²s, camino a casa'. El Portland celebr¨® su primera fiesta entre Ciudad Real y Pamplona, siete horas bien surtidas 'de cerveza, vodka y todo lo que hace falta en estos casos', se solt¨® Jovanovic, un tanto reprendido por el capit¨¢n antoniano, Mateo Garralda: 'No es un profesional serio este Jovanovic. Todav¨ªa nos falta un partido para acabar la Liga', dec¨ªa entre risas.

Buligan se despide esta temporada, con 41 a?os. Todos los t¨ªtulos del Portland son suyos tambi¨¦n: la Copa del Rey 1999 y 2001, la Recopa y la Supercopa de Europa 2000 y la Copa de Europa y la Supercopa 2001. Su aterrizaje en Pamplona, cinco a?os despu¨¦s de resultar elegido como el mejor portero del mundo, anunciaba las incipientes ambiciones del reci¨¦n ascendido, por una vez capaz de jugar con un presupuesto s¨®lido para asentarse en la Liga Asobal. Desde entonces, el conjunto navarro ha apostado fuerte para extraerse de su an¨®nima historia sin separarse de su tradici¨®n modesta: Richardson, doble campe¨®n del mundo y de Europa con Francia, firm¨® hace dos temporadas su primer contrato con el Portland... en la parte trasera de un bar que hac¨ªa las veces de sede social del club.

Sorprende en el Portland la ausencia de divismo entre sus numerosas estrellas, internacionales varios, campeones de todo lo imaginable en el mundo del balonmano y todav¨ªa hambrientos de ¨¦xitos, voracidad que insufla su t¨¦cnico, Zupo Equ¨ªsoain. Diez minutos antes de que concluyera la primera parte de la decisiva cita en Ciudad Real, el Portland se arrastraba incapaz de sobreponerse al empuje del rival. Zupo solicit¨® un tiempo muerto para abroncar a sus jugadores, para gritarles a la cara su enorme desilusi¨®n. 'Los jugadores est¨¢n cansados, son ocho meses de esfuerzos. hab¨ªa que hacerles reaccionar', explicar¨ªa despu¨¦s Equ¨ªsoain, en su d¨ªa el t¨¦cnico m¨¢s joven en dirigir a un equipo en la m¨¢xima categor¨ªa (con 25 a?os, en la temporada 89-90).

El t¨ªtulo de Liga concede cierta coherencia al palmar¨¦s del grupo navarro, capaz de conquistar Europa antes que el t¨ªtulo nacional. Su despegue definitivo tiene mucho que ver con la brecha abierta en la hegemon¨ªa del Barcelona, el modelo del Portland salvo para el orgulloso y parlanch¨ªn Jovanovic: 'Tambi¨¦n queremos la Copa del Rey'.