Toreo de repetici¨®n

El pensamiento ¨²nico, la falta de pensamiento, ha alcanzado tambi¨¦n a la fiesta, en la que todos los diestros torean igual, m¨¢s bien no torean, y el toro ¨²nico se repite hasta decir basta.

S¨®lo D¨¢vila Miura, en el sexto, se salv¨® de la quema, al torearlo por bajo d¨¢ndole distancia en cuatro series con la derecha, despegadas y mandonas; los naturales, naturalmente, hacia afuera, y las orejas, como todas las de la tarde, vejatorias e inadecuadas. En el tercero s¨®lo pudo dominar el peligro que en forma de cabeceo y de coladas le opon¨ªa su enemigo en una serie por la derecha; lo dem¨¢s qued¨® en tirones hacia afuera.

Joselito -le viene grande el diminutivo- volvi¨® a salir vestido de aflicci¨®n y oro. Capote poco forrado de vueltas malvas para que vuele mejor en los desarmes y muleta manejada con un atl¨¦tico juego de piernas, entre respingos, pisotones, enganches y sobresaltos, todo ello con el toro a su aire y el torero falto de ¨¦l. El cuarto se despitorr¨® el cuerno izquierdo, justo el lado por el que Arroyo hizo adem¨¢n de querer torear. Tuvo el detalle de matar ambos toros por los bajos.

Rivera ha ingresado en la UVI que regenta Jos¨¦ Luis Segura, m¨¢s bien unidad de resurrecci¨®n, a juzgar por c¨®mo le llegan los enfermos. En el segundo estuvo afanoso con la derecha y toreando al antinatural con la zurda, ya que antinaturales eran cite, recorrido y remate. Tambi¨¦n fue antinatural la estocada que, de pinchazo, pas¨® a casi entera. Sali¨® toreando de rodillas por largas cambiadas al quinto y derroch¨® voluntad hasta ahogar al toro y las expectativas de la parte del p¨²blico que las tuviera.

Los toros de Jandilla, bien presentados a pesar de los pitones, naturalmente rectificados a la baja, sacaron genio y brusquedad, defectos que no fueron generalmente corregidos por una torer¨ªa que anduvo atribulada y con mala cara. Por mucho que se hable del monoencaste y del pensamiento ¨²nico, no se deber¨ªa poder hablar del monotorero, y mucho menos de esa forma de torear repetitiva que consiste en coger la muleta siempre con la derecha, enhebrar la embestida siempre con el pico y llevarla hasta la l¨ªnea del horizonte, siempre hacia afuera para rematar de no se sabe bien qu¨¦ manera, no se sabe bien qu¨¦ pase. Lo del presidente, en la concesi¨®n de trofeos, de risa o, tal vez, para llorar.