El grano de Time Warner
Richard Parsons asume la presidencia del grupo con el dif¨ªcil reto de encontrar una salida a la compleja situaci¨®n de America Online
Richard Parsons toma el tim¨®n de AOL Time Warner, la primera compa?¨ªa de comunicaci¨®n del mundo, con presencia en el ciberespacio y en solares tan terrenales como las revistas Fortune y Time o la cadena de televisi¨®n CNN o los estudios de la Warner. Parsons ascender¨¢ el jueves a la c¨²spide ante una junta general de accionistas expectante y frustrada.
La cotizaci¨®n de la compa?¨ªa no deja de caer y ya ha perdido un 75% del valor que tuvo cuando AOL compr¨® Time Warner
El crecimiento del beneficio bruto al final de 2002 oscilar¨¢ entre el 5% y el 9%, inferior al inicialmente previsto del 8% o 12%
Frustrada porque la cotizaci¨®n de la compa?¨ªa no deja de caer y ya ha perdido el 75% del valor que tuvo cuando en enero de 2000 se anunci¨® la mayor fusi¨®n de la historia en Estados Unidos con la compra de Time Warner por America Online. Expectante porque Parsons es quien debe sacar a ese accionariado del desierto financiero que ahora cruza. Su diagn¨®stico es claro: el problema est¨¢ en AOL. Menos clara es la estrategia a seguir para salir del marasmo.
'Somos la compa?¨ªa n¨²mero uno en cine, la compa?¨ªa n¨²mero uno online, la compa?¨ªa n¨²mero uno en televisi¨®n por cable de pago, la compa?¨ªa n¨²mero uno de televisi¨®n por cable, la compa?¨ªa n¨²mero dos en cable, la compa?¨ªa n¨²mero dos en m¨²sica', declaraba esta semana Parsons en Nueva Orle¨¢ns durante el congreso anual de la televisi¨®n por cable de Estados Unidos. 'Todos estos negocios van como la seda, con una excepci¨®n, desde luego'. La excepci¨®n es AOL, la compa?¨ªa de la nueva econom¨ªa de servicios basada en Internet que engull¨® a Time Warner, basada en antiguallas tecnol¨®gicas tales como el papel impreso y la septuagenaria televisi¨®n.
AOL creci¨® tan fulgurantemente a finales de la pasada d¨¦cada que no pudo comenzar el nuevo milenio sin dar el gran zarpazo. Necesitaba contenido para llenar el ciberespacio en infinita expansi¨®n econ¨®mica que promet¨ªa Internet. Time Warner ofrec¨ªa una oportunidad sin par, con sus vastos fondos editoriales, period¨ªsticos, musicales, televisivos y cinematogr¨¢ficos, adem¨¢s de una infraestructura de cable con 13 millones de abonados. El maridaje de America Online y Time Warner iba a formar la compa?¨ªa de nuevo cu?o que necesitaba la nueva era de la comunicaci¨®n y el entretenimiento masivo, instant¨¢neo y a la carta, que predicaba Steve Case, el fundador de AOL.
Enero del a?o 2000 fue el momento cumbre, con la burbuja de Internet y de las puntocom en una ascensi¨®n que se presum¨ªa imparable. AOL adquir¨ªa Time Warner por 165.000 millones de d¨®lares, lo que daba un valor de 72,62 d¨®lares a cada acci¨®n del nuevo gigante. La transacci¨®n fue aprobada por las autoridades correspondientes justo un a?o despu¨¦s, por 106.000 millones debido a una cotizaci¨®n que hab¨ªa ca¨ªdo hasta los 47,23 d¨®lares. Tras unos meses de sostenimiento en ese nivel, el papel empez¨® a despe?arse ante unos inversores que se retiraban en vista de que los gestores no hac¨ªan realidad las promesas de crecimiento en flecha, conforme a la pauta del pasado reciente. La revolucionaria integraci¨®n de viejos medios y nuevos canales de distribuci¨®n no daba los r¨¢pidos y fruct¨ªferos resultados esperados.
Provisi¨®n de fondos
En lo que va de 2002, AOL Time Warner ha perdido m¨¢s del 40% del valor con que comenz¨® el a?o y abri¨® esta semana justo por encima de los 17 d¨®lares. El primer trimestre lo cerr¨® con una fant¨¢stica provisi¨®n de fondos de 54.000 millones de d¨®lares, el mayor resultado negativo trimestral de la historia en Estados Unidos, que reflejaba la depreciaci¨®n de los intangibles (exigida por la nueva normativa contable) de la operaci¨®n cerrada hace poco m¨¢s de un a?o. Sin el efecto de esa provisi¨®n, el trimestre hubiese concluido con p¨¦rdidas de 1.000 millones de d¨®lares, una mejora sobre los 1.400 perdidos en el mismo periodo del a?o pasado. El crecimiento de los beneficios brutos al final de 2002 para toda la corporaci¨®n oscilar¨¢ entre el 5% y el 9%, inferior a lo previsto del 8%-12%. Para la parte del negocio de AOL, los analistas esperan una ca¨ªda del 3% sobre los resultados del pasado ejercicio, en las ant¨ªpodas del 25% de incremento anual que hab¨ªa so?ado Case.
La actual cotizaci¨®n es el precio que los expertos atribuyen s¨®lo a la vertiente Time Warner de la corporaci¨®n, cuyo ¨¦xito empresarial nadie discute, con revistas que se venden muy bien, una divisi¨®n musical en recuperaci¨®n y ases cinematogr¨¢ficos como Harry Potter y El se?or de los anillos. Ese c¨¢lculo financiero en torno a los 18 d¨®lares para Time Warner deja a AOL en nada. Lo que plantea a analistas y accionistas un intrigante juego. Y crea a Parsons, Case y otros altos ejecutivos la necesidad de probar que la uni¨®n de AOL y Time Warner no fue un error. Prensa especializada, estudios universitarios y analistas especulan sobre el futuro y han ofrecido a Parsons toda clase de consejos, incluido el de volver a dividir el negocio. ?l dice que ha hecho sus c¨¢lculos y ninguno da como resultado una compa?¨ªa que valga desmembrada m¨¢s que unida.
Parsons es un hombre con experiencia en los despachos de Time Warner, cuya presidencia dejar¨¢ el jueves, conciliador y muy ducho en pol¨ªtica, pero sin gran experiencia en la gesti¨®n de un grupo de comunicaci¨®n necesitado de soluciones de choque. No hace mucho puso nerviosos a los inversores al despotricar contra la tiran¨ªa de los resultados trimestrales que exige Wall Street. Rectific¨® enseguida: 'Quiero asegurarles que como consejero delegado voy a centrarme en conseguir trimestre a trimestre los resultados que nos pongan en cabeza'. Y eso pasa por volver a poner a pleno funcionamiento al motor de AOL, lo que no es tarea peque?a dada la crisis publicitaria (las empresas han recortado ese rengl¨®n y no terminan de confiar en Internet como veh¨ªculo publicitario), la saturaci¨®n del n¨²mero de abonados en un mercado maduro y el extremadamente lento despegue de la banda ancha para Internet.
La coronaci¨®n de Parsons permite aventurar cambios en la estructura del grupo, que ¨¦l quiere simplificar. Por lo pronto, desde hace ya un mes est¨¢ de nuevo al frente de AOL Robert Pittman, el experto en marketing y publicidad de 48 a?os que puso a America Online en la estratosfera a finales de la pasada d¨¦cada, antes de pasar a codirigir todo el grupo con la transacci¨®n del 2001. El que Pittman fuera desplazado por Parsons como sucesor de Gerald Levin al frente del grupo sorprendi¨® el pasado mes de diciembre a los analistas, que ahora se preguntan si el retorno de Pittman no ser¨¢ se?al de que las cosas andan peor de lo que parece en AOL.
Trabajadores, a favor
Los trabajadores de AOL, en cambio, le han recibido con entusiasmo. Pittman les ha dicho que la compa?¨ªa hab¨ªa perdido el norte al entrar en terrenos que no le son propios, como la televisi¨®n interactiva, y que hay que volver a lo b¨¢sico del negocio: 'El desaf¨ªo es la publicidad, que sigue siendo d¨¦bil en todos los medios de comunicaci¨®n. Recuperarla es nuestra m¨¢xima prioridad'.
Case, presidente de la corporaci¨®n, se mantiene fuera del d¨ªa a d¨ªa de la gesti¨®n, por estar en California atendiendo a un hermano afectado por un tumor cerebral. A sus 43 a?os es el visionario. 'Pronto las televisiones llegar¨¢n equipadas con portales y la gente podr¨¢ marcar sus programas favoritos como marca sus direcciones favoritas en la Red', dec¨ªa hace un a?o en un discurso en el que dibujaba el futuro del hogar digital donde se fund¨ªan m¨²sica, televisi¨®n, telefon¨ªa y ordenadores.
Entre los pies en la tierra y atenci¨®n al corto plazo de Pittman y las visiones futuristas y estrategia a largo de Case -dos tensiones no contradictorias, pero complicadas de ajustar en momentos de crisis- tiene que moverse Parsons, de 54 a?os. 'Steve es un socio y Bob es un socio y al final la estrategia a seguir debe ser algo que el consejero delegado pueda asumir y llevar adelante', dec¨ªa Parsons hace unos d¨ªas. 'Yo soy responsable ante el consejo de administraci¨®n que preside Steve y Steve es responsable ante Dios'.
El fiasco de la banda ancha
'Lo que tenemos que hacer es responder a algunas importantes preguntas sobre AOL. ?Cu¨¢l es el futuro de la banda estrecha ? ?Es ¨¦ste un medio que tiene futuro para la publicidad? Si es as¨ª, ?qu¨¦ crecimiento cabe esperar y c¨®mo se producir¨¢ la migraci¨®n a la banda ancha ?' , dice Richard Parsons. Uno de los principales alicientes de la compra de Time Warner era el acceso que iba a proporcionar a AOL al cable, gracias a sus 13 millones de abonados. En la guerra por la banda ancha, Time Warner parec¨ªa una cabeza de playa ideal para los 25,2 millones de suscriptores (unos 34 millones en todo el mundo) de abonados en Estados Unidos al servicio de Internet de AOL. La realidad no ha respondido a las expectativas. AOL opera en un mercado ya maduro con un crecimiento lento (que tendr¨¢ unos 2,7 millones de nuevos suscriptores netos este a?o, frente a los 3,7 millones del a?o pasado o los 4,2 de 1999) en el que los abonados no terminan de dar el salto a la banda ancha, por la que AOL cobra 55 d¨®lares mensuales frente a los 23,90 (m¨¢s otros recargos y una segunda l¨ªnea telef¨®nica) por el servicio convencional, bastante m¨¢s de lo que pide la competencia. Time Warner ha defraudado y apenas 200.000 de sus abonados han optado por recibir AOL por cable. A otros tantos les llega el servicio por telefon¨ªa de banda ancha en la que AOL debe de pagar una cuota a la telef¨®nica correspondiente. En total, apenas 400.000 de un conjunto de m¨¢s de 25 millones de clientes de AOL se han pasado a la banda ancha, con un potencial de servicios de pago que Robert Pittman estima podr¨ªa alcanzar hasta 200 d¨®lares por abonado dentro de unos a?os. A ese fiasco, AOL Time Warner uni¨® en diciembre el de quedarse sin la divisi¨®n de cable de AT&T y sus 14 millones de abonados. Los analistas predicen que este a?o AOL subir¨¢ hasta los 1,4 millones de abonados en banda ancha, alrededor del 8% del conjunto de la banda ancha , en flagrante contraste con el 41% del mercado que copa en Internet por telefon¨ªa convencional.
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