?lvarez Bravo, un siglo de im¨¢genes
Un libro y una exposici¨®n repasan la trayectoria del m¨¢s destacado fot¨®grafo mexicano, que cumple un siglo de vida
El pasado mes de febrero cumpli¨® 100 a?os. Pero el paso del tiempo no ha mermado su pasi¨®n por la imagen. Manuel ?lvarez Bravo, considerado como la m¨¢s relevante figura de la fotograf¨ªa mexicana, ha participado activamente en las dos grandes iniciativas p¨²blicas organizadas para celebrar su centenario: una exposici¨®n retrospectiva que da testimonio del trabajo realizado en los ¨²ltimos 70 a?os y un libro con 100 fotograf¨ªas, una por a?o, editado por Turner. La exhibici¨®n recala ahora en Barcelona, en la Fundaci¨®n Foto Colectania (Juli¨¢n romea, 6, D-2), y en este marco de limpias im¨¢genes, el escritor Juan Villoro y el fot¨®grafo y comisario de la exposici¨®n Pere Formiguera presentaron el libro.
Ayudado por su esposa, Colette Urbajtel, ?lvarez Bravo seleccion¨® personalmente tanto las fotograf¨ªas incluidas en la exposici¨®n (ahora de gira por Europa; estuvo en Rotterdam antes que en Barcelona) como las que integran el libro. Lo hizo, seg¨²n confiesa el editor Juan Garc¨ªa Oteyza, teniendo presente la necesidad de incluir algunas obras mundialmente famosas, como la del obrero en huelga muerto en 1934, tendido en la calle con el rostro ensangrentado, u otra, fruto de un encargo de Andr¨¦ Breton, de la bella mujer que toma el sol en una azotea completamente desnuda salvo por unos vendajes en zonas en principio nada p¨²dicas, como los tobillos o la parte superior del muslo. Y ha tratado de alternar las im¨¢genes m¨¢s conocidas con otras menos famosas, pero tal vez ¨ªntimamente m¨¢s importantes para ¨¦l, en una selecci¨®n personal a partir de los dos o tres millones de negativos que, seg¨²n Garc¨ªa Oteyza, tiene en su casa.
Considerado un firme representante del surrealismo, aunque algunos autores, como Pere Formiguera, confiesen 'que a m¨ª nunca me ha parecido surrealista', ?lvarez Bravo es creador de un universo de resonancias on¨ªricas, con la muerte como elemento recurrente y un constante sentido del humor. Los t¨ªtulos de sus fotograf¨ªas y los temas de ¨¦stos est¨¢n cargados de gui?os: sean dos esculturas de ¨¢ngeles que en lugar de utilizar sus alas para volar prefieren mantenerlas en reposo y dejarse transportar en cami¨®n, sea una ¨®ptica cuyo escaparate aparece decorado con ojos, mientras no se ven gafas por ninguna parte.
Con su personal¨ªsima visi¨®n, ?lvarez Bravo ha retratado un M¨¦xico detenido en el tiempo. Y lo ha hecho huyendo del folclorismo, del estereotipo, creando, seg¨²n Villoro, un lenguaje propio, ¨ªntimo y simb¨®lico. De modo que, en ¨¦l, lo cotidiano se convierte en misterioso porque 'tiene la capacidad de ver la manera oculta que las cosas tienen de ser ciertas'. El propio ?lvarez Bravo ha escrito: 'Si el individuo no est¨¢ atento a aquella alimentaci¨®n que recibe del arte y de la vida misma, no puede producir obra. Sus fotos tomadas mec¨¢nicamente no van a decir nada, puesto que ¨¦l no tiene nada que decir'. La exposici¨®n estar¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 10 de julio.
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