El gusto de Leandro Marcos

Llegas a la plaza de Talavera por una alameda de parque muy recoleto, alegre y confiado, y luego adem¨¢s aciertas a acomodarte a la cola de la banda de m¨²sica, que va tocando un bonito pasodoble, y piensas que la vida es bella y vas a ver una buena corrida de toros. Pero luego no resulta para tanto, y sucede lo que suele ocurrir en la mayor parte de las tardes, en las plazas de segunda, tercera y pare usted de contar.

O sea, que ocurre una historia ya manida y tantas veces contada. Que los toros, en fin, son chicos, nobles y sosos, aguantan una varita en el caballo y no demasiados pases cuando llega el ¨²ltimo tercio de muleta y estoque de herir en la hora suprema. Y que a poco que hagan los diestros caen orejas del cielo como por ensalmo.

Algo parecido pas¨® ayer, 16 de mayo, en Talavera de la Reina, fecha del aniversario de la muerte de Joselito El Gallo. En tarde de calor bochornoso y toros nobles, flojos y manejables que dieron poca guerra a la terna correspondiente. En la que destac¨® el toreo templado e interpretado con gusto de Leandro Marcos.

El torero de Valladolid, que recientemente tom¨® la alternativa en su tierra, salud¨® a su primero con ver¨®nicas estilosas de buen juego de brazos y le suministr¨® al noble manso tres series de derechazos suaves y bien rematados por bajo, a favor de querencia en las cercan¨ªas de los chiqueros. Y mejor¨® su actuaci¨®n en el buen torillo de cara amabil¨ªsima que cerr¨® plaza. Un toro al que el picador de turno le endilg¨® un puyazo de barrena castigadora, sin saberse el motivo, dada la nobleza del torito de Zalduendo. Leandro Marcos se recre¨® en el redondo con gusto y empaque, y dibuj¨® naturales exquisitos.

Detalles

Joselito estuvo triste y como cansino en su primero y en el cuarto le regalaron dos orejas por una buena estocada y algunos detalles con la muleta y el percal.

El Juli se las vio con un lote inv¨¢lido y soso, que apenas le sirvi¨® para entrenarse como torero, en el noble arte del toreo de sal¨®n. Suficiente y confiado, no pas¨® ning¨²n apuro. Es muy comprensible la cuesti¨®n. Otra tarde ser¨¢n los toros de casta y poder para El Juli, que como figura de mando en plaza y en los despachos es lo que debe exigir y lidiar. Por su bien y el nuestro.

Algo s¨ª se vio de inter¨¦s en Talavera, de todas maneras, como habr¨¢n comprendido si han llegado hasta aqu¨ª. No como para creer que la vida es bella, y vamos al decir. El buen gusto de Leandro Marcos puso el color.